De un Estado Benefactor, México ha pasado a un Estado que solamente administra los problemas pero no los combate, por lo cual su participación en la economía ha disminuido y solamente incide en áreas muy limitadas, afirmó Roberto Soto Esquivel, docente investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
“Esto se ha traducido en una falta de responsabilidad de los gobiernos para procurar tanto bienestar económico como bienestar social, porque hay cosas que son obligación del Estado y no las cumple, como el empleo”, expresó.
Es decir, el Estado ha pasado de lo administrativo a lo gerencial, puesto que se maneja como si fuera una empresa privada, lo cual ha predominado desde la década de los 80 del siglo pasado y hasta la actualidad, particularmente acentuado en países como México.
Los objetivos de los Estados gerenciales, indicó, son lograr equilibrios macroeconómicos, evitar el superávit y déficit públicos, promover la inversión privada y tratar a las entidades públicas como empresas para obtener algún tipo de ganancia.
Soto Esquivel manifestó que el Estado gerencial ha dejado de lado el tema de la deuda externa, a pesar de que América Latina ha pasado de 760 mil millones de dólares a 1.12 billones de dólares, lo que se debe a que en términos porcentuales con respecto al Producto Interno Bruto, el monto ha disminuido drásticamente, de 50 a 30 por ciento.
Por tanto, “el peor error que podemos cometer los economistas es medir el bienestar solamente por el PIB. Eso debemos dejarlo de lado porque el progreso de un país no se mide con esa tradición neoliberal”, según expresó.
El académico informó que Brasil, Costa Rica, México, Nicaragua, Perú y Venezuela han incrementado su deuda externa, lo que implica una transferencia de recursos hacia los acreedores y no hacia cuestiones sociales como salud o educación.
En el caso de México, expuso que desde 1997 a la fecha, se paga en promedio anual 35 mil millones de dólares de intereses de la deuda externa, lo cual constituye una transferencia hacia el exterior muy importante.
Las características actuales del Estado también impactan en indicadores sociales como el nivel de pobres, en el cual la desigualdad persiste. Por el contrario, Cuba es el único país en América Latina donde el gasto social se ha incrementado en los últimos años, ello de acuerdo a la Cepal, indicó Soto Esquivel.
