■ “No se han parado” ni personal de la empresa, del IMSS o el sindicato, expresa afectado
■ Señala STPS hubo un “descuido” en la respuesta y que se seguía a la espera del dictamen médico
Juan José Ibarra Rocha perdió el pasado 29 de agosto la pierna y la mano derechas cuando trabajaba en la mina Frisco-Tayahua de Carlos Slim, ubicada bajo el subsuelo de la comunidad de Salaverna, Mazapil. A cuatro meses de ocurrido el hecho, “no se han parado” en su casa ni personal de la empresa, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el sindicato, que presuntamente debiera respaldarlo.
Ha recibido desde entonces por concepto de incapacidad dos pagos, y el tercero se “ha perdido”, en medio de los laberintos de la burocracia.
“Que no hallan esa incapacidad”, expuso a este medio el pasado viernes 23 de diciembre, fecha en que relató, tenía cita para acudir a Saltillo, Coahuila donde recibe atención médica por estos hechos.
“Que no hallan esa incapacidad, y ahora teníamos cita en Saltillo con la doctora, no pudimos por lo mismo, porque si dejábamos solo aquí nos iban a tumbar la casa, nada más nos estaban espiando.
A la llegada del equipo de La Jornada Zacatecas a Salaverna el pasado 23 de diciembre, el hijo de ambos, Ángel Hernán Rocha Guevara había relatado, “toda mi vida he crecido aquí, nací aquí, mi padre y mi madre también, y la situación que estamos viviendo es que la minera Tayahua nos quiere sacar a la fuerza. Y ya como lo vieron, mandaron a la fuerza pública a sacarnos y pues es injusto”.
El joven relató que su tránsito en la comunidad fue obstaculizado por elementos de la Policía Estatal que aquel día hizo presencia, según los propios datos ofrecidos por el Comandante Tormenta, con 30 efectivos.
Les di nombre amablemente, se los di, y dijeron no, no está en la lista, y les dije bueno, y fui y me regresé a mi casa y le avise a mi tío y a mi mamá”. En el lugar les informaron: “venimos a desalojarlos de parte del gobierno y no sé qué”.
Ángel molesto les espetó, “¿saben qué? son una bola de corruptos; en eso me subo a mi camioneta y uno de los hombres armados de estos que están aquí –voltea hacia el retén del acceso a la comunidad-, me alcanzó me abrió la puerta y me dio un manotazo, y en eso me bajó y me agarraron tres”.
En la trifulca la señora María de los Ángeles, madre de Ángel tuvo que intervenir, pues uno de los elementos policiacos ordenó a otro “que lo agarrara, que lo esposara, fue cuando vi que lo cachetearon y le quitó las llaves, entonces yo me fui encima y corrieron a agarrarme y traían aliento alcohólico los policías.
Luego de quitarle las llaves de su camioneta, le exigieron a Ángel que ofreciera disculpas a quienes sin una orden de un juez o de un Ministerio Público, pretendían realizar un desalojo en su hogar solo con una notificación de la Dirección de Protección Civil.
Al momento en que Ángel Hernán Rocha Guevara ofreció la entrevista para La Jornada Zacatecas en el retén policiaco que cercaba la comunidad de Salaverna, segunda que se realizó aquel 23 de diciembre, no sabía si su casa ya había sido desalojada y demolida, las policías Ministerial y Estatal no permitían la salida de quienes estaban adentro ni la entrada a quienes necesitan saber los suyos.
“Tengo muy poca comunicación con mi mamá y no hay señal –de telefonía celular-, y así. No me ha dicho nada pero ya ahorita me di cuenta que ya tumbaron la escuela y la iglesia”.
“Mi papá hace cuatro meses tuvo un accidente en la mina, trabajaba aquí con ellos y tuvo un accidente y fue tan fuerte que quedó prácticamente inválido, le amputaron su mano derecha y su pie derecho, y también estamos batallando, arreglando eso de su pensión todo eso, y es injusto lo que están haciendo.
La verdad que a mí me gustaría que el gobierno recapacitara, porque esto que están haciendo es a base de pura corrupción (…) quiere decir que les dieron dinero para que nos saquen, porque se supone que el gobierno está para defendernos a nosotros y manda propiamente a defender a la empresa”.
En la casa, al momento del connato de aprehensión de su hijo, ocurrido antes de que Ángel que se dirigía a su trabajo pudiera finalmente salir con su camioneta de Salaverna, Juan José Ibarra Rocha poco podía hacer para defender a su familia y su casa, desde la silla de ruedas en que lo dejó el derrumbe que le mutiló el cuerpo.
El padre de familia relató a este medio sobre el incidente ocurrido en la Frisco-Tayahua el pasado 29 de agosto, ya cuando La Jornada Zacatecas pudo acceder a la comunidad, que fue enviado por su superior a trabajar en un área de la mina sin advertírsele que la zona había sido acordonada por cuestiones de inseguridad.
“Yo no sabía cómo estaba, el cordón lo quitaron; vino el jefe y quitó el cordón y metió la máquina para que diera los barrenos. Nosotros andábamos en otra área trabajando, entonces llega el supervisor y nos dice: ahí hay más trabajo para que se vayan a trabajar y nos fuimos sin saber que ya estaba acordonado…”.
Juan José Ibarra Rocha supo de las condiciones inseguras en que se le había ordenado trabajar ya muy tarde, cuando la desgracia había ocurrido, y por parte de personal del Instituto Mexicano del Seguro Social, quien habría sido enterado a su vez por un representante del Sindicato.
El trabajador era operador de voladuras, “pero ese día yo traía una retro, una máquina que los levantaba yo, y ya del accidente, ya lo que me pasó no me acordé nada yo”. El doctor le ha dicho que luego que le pongan las prótesis volverá a presentarse a trabajar a la minera Frisco-Tayahua.
En una entrevista realizada al delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en la entidad, Adolfo Yáñez Rodríguez, a 14 días del percance en la mina de Carlos Slim, el funcionario confirmó que hasta ese momento no se habían verificado las condiciones en las que se dio el incidente; dijo que la ley no especificaba un plazo para ello aunque lo recomendable era que se hiciera “de inmediato”.
Según Adolfo Yáñez, “se descuidaron y no amacizaron un talud que había ahí y que fue el que se vino encima”.
En aquel momento, 12 de septiembre de 2016, Yáñez Rodríguez no pudo precisar el estado de salud de Juan José Ibarra Rocha ni si se había convenido con la empresa un monto de indemnización, pues dijo, aún se esperaba el dictamen médico “debidamente definido”.
