El año 2019 representará para la Universidad Autónoma de Zacatecas un antes y un después en su historia reciente; los acontecimientos financieros de fin de año donde se puso en riesgo el pago de las prestaciones contractuales, provocará distintas reacciones entre los universitarios, simplemente hasta la edición de hoy, no ha sido depositado el aguinaldo que debió dispersarse el 12 de Diciembre, lo cual representa una violación directa al Contrato Colectivo de Trabajo SPAUAZ, de igual forma, los 31vos días debieron haberse pagado ya de conformidad con la Cláusula 64B, que a la letra señala: la Universidad conviene en pagar a los trabajadores académicos la diferencia que resulte del número de días naturales y el pago de salario en forma mensual, equivalente a cinco días de salario integrado y seis en los años bisiestos. Su pago se hará en la primera quincena del mes de diciembre. En este sentido, existen elementos fundados y motivados que serán puestos en la mesa de discusión para el próximo mes de Febrero cuando se haga la revisión contractual; la huelga, que ahora podría tener ciertos grados de justificación, podría afectar la vida institucional y académica de la UAZ. Por su parte, los señalamientos de corrupción inherentes a la estafa maestra, deben quedar claros y ciertos, pues constituye un pesado yugo que pesa en la espalda de la Universidad y que enloda su buen nombre a nivel nacional. De igual forma, la orden que restringe el manejo de los recursos financieros al interior de las unidades académicas, constituye un golpe fuerte para las instituciones pues las direcciones dejarán de ser un jugoso negocio para los grupos políticos que se han repartido a la UAZ. En este contexto, los grupúsculos que persisten desde afuera y al interior de la Universidad, deberán estar ya en la negocia para las elecciones del 2020; se sacrificarán cuadros y surgirán nuevos ya que el año entrante será muy difícil y pasará factura a algunos de ellos, la crisis económica ha puesto al descubierto nuestras demás crisis. En la UAZ, llegó la hora de limitar a los divos académicos que ganan mucho más que los universitarios de a pié, es momento de que en nuestra Máxima Casa de Estudios llegue la igualdad, la democracia genuina, el reconocimiento a quienes han hecho de la vida académica un proyecto de vida, pues sin duda hay excelencia, hay miles de alumnos satisfechos, hay trabajo administrativo de calidad, hay puntualidad y trabajo por resultados y, si eso no fuera suficiente, estamos muchos de los que somos orgullosamente universitarios, en la disposición de demostrar nuestro trabajo en la dependencia que sea necesaria y ante la autoridad que así lo demande. La UAZ requiere de un mayor financiamiento par sacar a flote sus múltiples compromisos pues ya al interior, no se puede apretar más. De lo que me consta es que por ejemplo en la Unidad Académica de Derecho, somos 170 docentes para más de 4 mil alumnos inscritos en los sistemas escolarizados, semiescolarizados y maestrías, tenemos cuerpos académicos, perfiles deseables y una maestra en el SIN, el 80% o más, tenemos el grado de doctor y eso se refleja en la calidad de las cátedras que se imparten. En este sentido, hay en muchas otras unidades académicas prestigio profesional y trabajo comprobado que no debe detenerse por los conflictos financieros que vienen desde periodos rectorales pasados. Sin duda, esta mala experiencia por la que estamos pasando al interior de la Universidad, nos debe convocar a todos a participar en la solución de los retos que tenemos en frente, con la plena convicción de no dejar el presente y el futuro de nuestra institución, en las buenas o malas decisiones de algunos, de igual manera, es importante que el Rector haga las alianzas correspondientes con las demás universidades que comparten las mismas dificultades, con la finalidad de hacer un frente común que pueda negociar en conjunto, mejores condiciones de trato y de búsqueda de soluciones efectivas para enfrentar la crisis multidimensional que las aqueja ya que por ahora, y con el fin de obtener el dinero para pagar los aguinaldos y quincenas, estamos comprometiendo pequeños trozos de autonomía que a la postre pueden perjudicarla en su conjunto. Finalmente, el 2019 será un camino espinoso para la UAZ y si la UAZ sufre, padece Zacatecas, la población que vive en torno a ella y, sobre todo, los más de 38 mil estudiantes que alberga, por lo que la crisis universitaria es también una crisis de estado. Pese a todo, les deseo un Feliz Año lleno de abundancia de cosas buenas, salud, amor, prosperidad, armonía familiar y buenas determinaciones gubernamentales. Ojalá. ■
*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
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