El actual sexenio -2018-2024- promovió la reforma al artículo 3° Constitucional, a la fecha, no se ha elaborado un nuevo modelo educativo, son solo proyectos que, según algunos investigadores, consideraron pertinente construirlos; lo que se derivaron de dicha reforma, fueron solo leyes, mismas que dan línea al actual sistema educativo -lo mismo sucedió en el sexenio anterior (2012-2018). Cierto es que se cumplió con derogar la Reforma educativa impuesta en el año 2013, pero también es cierto que a estas alturas -2023-, no ha habido una propuesta de reforma educativa, solo se han elaborado proyectos educativos, mismos que surgen de la aprobación de las leyes consensadas en el Congreso de la Unión. Se cumplió con el compromiso de derogar la reforma educativa peñista, solo que no se ha concretado la nueva reforma, digamos que esto solo fue un compromiso político del actual presidente de la república hacia los maestros disidentes puesto que los institucionales ni siquiera impulsaron alguna propuesta.
Fue atinada la decisión del actual gobierno federal de desaparecer al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE) -15 de mayo de 2019-, consecuencia de ello, se creó la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, su naturaleza es distinta y no se puede comparar con el INEE, aunque para el caso es lo mismo puesto que la actividad de esta comisión ha sido mínima y opaca. El actual gobierno realmente no tiene o no demuestra claridad en cuanto a la concepción pedagógica o filosófica sobre educación; no existe un proyecto de evaluación de la práctica docente.
Derogar la reforma educativa peñista implicó todo un trabajo legislativo, mismo que derivó en la elaboración de las nuevas leyes, no así en la elaboración del nuevo modelo educativo. Es cuestión de que se haga un análisis sobre si se ha cumplido con el propósito de transformar al sistema educativo; impulsando la obligatoriedad y gratuidad desde preescolar hasta educación superior, promoviendo un sistema de capacitación y revalorización docente, fortaleciendo los aprendizajes de los estudiantes y, mejorando las condiciones de infraestructura educativa.
Mucho se dijo que la intención de derogar la mal llamada reforma educativa peñista, era la de transformar al sistema educativo, sin embargo, a cinco años de haber iniciado el actual sexenio -2018-2024-, no ha habido ninguna evaluación diagnóstica, en consecuencia, no se puede saber cuales son los problemas que realmente merecen ser abordados y así, generarles alternativas para que puedan ser superados. Tal vez el error fue la creación de proyectos bien orientados, pero mal estructurados; podemos mencionar el de las Becas Universales para Educación Media Superior, Jóvenes Construyendo el Futuro, Universidad para el Bienestar Benito Juárez y el programa de La Escuela es Nuestra.
Hasta el momento, no se puede hablar de las características de un nuevo modelo educativo, solo de proyectos en educación, ha habido intentos de construcción de modelo, sin embargo, no ha habido trascendencia. Se puede decir que los programas de profesionalización docente y fortalecimiento de aprendizajes, oficialmente se les consideran como magnos proyectos, sin embargo, realmente se encuentran empequeñecidos.
A lo que mucho se le ha apostado, es a la universalización de becas con la finalidad de abatir la deserción escolar y el rezago educativo; esto no ha dado buenos resultados puesto que el problema radica principalmente en deficiencias en los aprendizajes, y, por supuesto, trae como consecuencia una formación deficiente, así como el desánimo y decepción de los educandos. La ausencia de un modelo educativo eficiente, desalienta a los jóvenes y, muy por encima de que se les otorguen becas, no logran avanzar en su formación.
Actualmente, no podemos hablar de un nuevo modelo educativo puesto que en realidad no existe, difícilmente se puede construir uno a corto plazo, para ello se requiere de un diagnóstico educativo bien estructurado. Existen programa que los refieren como proyectos, mismos que, contextualmente, no se encuentran bien estructurados –“La Escuela es Nuestra” y “La Nueva Escuela Mexicana”. El primer proyecto, plantea como objetivo el mejorar la infraestructura educativa, hasta el momento, es solo un propósito porque se queda solamente a nivel de intención; todo esto se debe tal vez a que no se ha asignado el presupuesto suficiente, o si lo asignan, se le da un mal manejo.
En la Reforma Educativa del 2013, el eje de acción consistía en favorecer el desarrollo de competencias tanto en docentes como en alumnos, hoy -2023-, dado que no existe realmente un modelo educativo institucional, se ha dejado de lado el fortalecimiento didáctico-pedagógico y, consecuencia de ello, también los aprendizajes. Tiempo atrás, la Secretaría de Educación Pública, dijo haría una evaluación socioemocional, a la fecha sigue siendo un propósito.
Concluyo, no hay claridad en cuanto a lo que será la Reforma Educativa y/o el nuevo modelo educativo, lo único que existe es un marco jurídico constitucional e institucional.
