Zacatecas está atorado en su proceso de desarrollo. Y en los últimos 5 años han empeorado todos los indicadores relevantes que con la pandemia se vieron aún más imputados. De acuerdo con el ingreso, el 67.9% de la población recibió menos de tres salarios mínimos; y de estos, 44% menos de dos salarios mínimos (alta precariedad). Ello da cuenta de la alta heterogeneidad estructural del mercado de trabajo zacatecano. En la capital pasó en los últimos 3 años de 28 a 57% de la población ocupada con 2 o menos salarios mínimos. Este último dato es de enorme preocupación, y no hay a la fecha alguna política que la haga mejorar. El empleo no precario se reduce a un grupo muy pequeño entre los que destacan los funcionarios públicos y privados (65%), el personal calificado (58%) y los operadores de transporte (32%), es decir, en sectores laborales vinculados a los servicios, la administración y la educación, con escasa relación con los sectores productivos.
En cuanto al campo, el rezago, abandono y su desmantelamiento ha ocasionado por la ausencia de políticas agroalimentarias regionalizadas de acuerdo a las capacidades productivas y condiciones socioeconómicas de las regiones del país trajo como consecuencia una mayor importación de alimentos y granos básicos que son parte de la dieta mexicana; de ahí que el coeficiente de dependencia alimentaria alcanza el 45%. En la actualidad importamos el 50% de los alimentos que consumimos, los insumos para la producción, la maquinaria, el equipo, los implementos y el combustible para la agricultura. Nuestro alimento principal que es el maíz, nos convertimos en el primer importador mundial, a pesar de que este grano está ligado con nuestro origen y desarrollo, adquirimos en el exterior el 40% de los 40 millones de toneladas que consumimos.
En el informe de pobreza 2020 de CONEVAL, se observa que de 2008 a 2018, la población con carencia por acceso a la alimentación en Zacatecas tuvo una disminución de 3.0 puntos porcentuales; sin embargo, en el análisis de la evolución de la carencia por periodos, se observa que la carencia por acceso a la alimentación se incrementó en 1.6 puntos porcentuales, al pasar de 15.1% en 2016 a 16.6% en 2018, lo cual indica que 268 mil 700 zacatecanos tienen dificultades para satisfacer su alimentación. Dicho indicador de la pobreza es el que mayor incremento reporta.
Como podemos observar, estamos en un paraje pobre, abandonado y deprimido. Hay proyectos estratégicos que con Justicia se hacen en el sureste y en el norte. Pero en Zacatecas no hay nada: ni uno solo. Se necesita que Gobierno Federal voltee a ver a nuestro estado, pero también que nuestra clase política, académica, empresarial y social elaboren proyectos estratégico que detorne el desarrollo de largo plazo impulsados por la Federación. En la visita del presidente debería aprovecharse para presentarle un gran proyecto estratégico: ¿el nuevo gobierno tendrá alguno? Hoy lo sabremos.
