Editorial Gualdreño 528
“El verdadero éxito es el lenguaje, y por eso [La Dichosa Palabra]
ha durado 20 años… el lenguaje siempre se renueva”.1
Eduardo Casar
No recuerdo con precisión si fue hace 20 años cuando inicié a ver “La Dichosa Palabra”, de lo que sí estoy segura es que desde la primera vez que vi el programa transmitido en Canal 22, a inicios de este siglo, quedé enamorada de su contenido, de su formato tan acertado, y de la grandilocuencia y simpatía de sus conductores. Simplemente se convirtió en uno de mis programas favoritos porque ahí se habla, desde entonces, de las maravillas del lenguaje, tanto del escrito -en libros, muchos libros- como del que se usa de manera cotidiana en nuestras conversaciones; de cómo es que este ha ido evolucionando, modificándose y adaptándose de acuerdo con las circunstancias y de cómo, a partir de una palabra, se pueden construir mundos completos.
Ya en el Evangelio según San Juan (1,1-18), se dice que: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria…”; aquí hay que decir que de acuerdo con la traducción de la que se trate, hay quienes han sustituido el vocablo “verbo” por el de “palabra”, y creo que me gusta más como se escucha: “Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria…”; la palabra es inherente al género humano, es el ser humano entonces el único capaz de verbalizar, de emitir estas unidades léxicas con significados varios, que dependiendo del contexto -incluso del tono- adquieren colores y sonidos diversos; es decir, cobran sentido para quienes las escuchan o leen.
En este programa se habla de cómo es que usan las palabras -estas representaciones gráficas tan bellas cuando están escritas- y de cómo se han ido modificando e incluso creando nuevas por las necesidades comunicativas y expresivas de nuestros tiempos; tratados y volúmenes completos existen y en las universidades siguen generándose tesis relacionadas con el tema. Pero, la ventaja de un proyecto televisivo como este, es que de alguna u otra forma, sus conductores son un puente entre lo mucho que se ha investigado por los académicos y nosotros, los espectadores.
Laura García Arroyo, Germán Ortega Chávez, Pablo Boullosa y Eduardo Casar -y en algún tiempo Nicolás Alvarado- han sido para los espectadores ese puente luminoso, edificante, constructivo, analítico y divertido, muy divertido, entre las palabras y nosotros. Si usted ha visto “La Dichosa Palabra”, coincidirá conmigo en que la mayor parte del tiempo uno sonríe mientras ve el programa; no podría ser de otra manera cuando ellos, estos cuatro genios del lenguaje, sus significados y renovaciones, disfrutan al máximo de lo que hacen, atienden a sus públicos, conversan con ellos a la distancia. Qué afortunados somos de tener en televisión pública un programa como este, en el que los televidentes somos importantes para quienes lo realizan; tanto así que somos nosotros los premiados en cada emisión, porque terminamos cada vez con un conocimiento nuevo y con la motivación para seguir aprendiendo.
Muchos han sido los libros que he buscado y leído después de ver este programa, las biografías de personajes nombrados ahí que he investigado por la riqueza de sus aportaciones a nuestra historia, los autores que he descubierto gracias a las recomendaciones que semana con semana nos hacen los conductores; seguramente somos muchos más de los que ahora imagino quienes tengamos que agradecer el profesionalismo, la entrega, la pasión por el conocimiento que nos comparten en cada emisión, con esa frescura tan suya, tan dichosa.
Gracias, Laura, Germán, Pablo, Eduardo -y Nicolás-, por las conversaciones en las que nos han dejado participar durante estas primeras dos décadas; por las alas que nos han dado para seguir disfrutando de las palabras, para descubrir un espacio más amable en todos los sentidos, para sorprendernos con la belleza de las construcciones lingüísticas y para comprender-nos un poco más a partir de ellas. El mundo es más bello de lo que alcanzamos a imaginar, hay mucho que nos queda por encontrar en él, y son muchas las vías para encontrar eso que llamamos felicidad. Gracias, nuevamente, a todos quienes hacen La Dichosa Palabra, felicidades por estos primeros 20 años. Con ustedes, los dichosos somos nosotros.
Que disfrute su lectura.
1 Ver entrevista completa “Debate 22: 20 años de La Dichosa Palabra”, con Álvaro Cueva, en: https://youtu.be/k-YAt_zLVJ8
Jánea Estrada Lazarín
https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la-gualdra-528
