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sábado, 27 abril, 2024
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España pierde interés por las corridas de toros

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Por: La Jornada •

Por Ap

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Villafranca de los Caballeros. Una nueva camada de funcionarios locales españoles están destinando a fines educativos y de otros tipos, los subsidios que eran para fomentar la tauromaquia.

Julián Bolaños, el alcalde de esta ciudad española de unos 5 mil habitantes, anunció recientemente que los 18 mil euros (20 mil dólares) que tenía en los fondos públicos para las corridas de toros los invertirá en textos escolares y otro material educativo.

Días antes, su nuevo contraparte izquierdista en la ciudad de La Coruña retiró 50 mil euros que tenía en subsidios para la fiesta taurina y prometió darles un destino más adecuado.

Las medidas podrían parecer sorprendentes en un país donde las corridas de toros son un ingrediente emblemático de la cultura y un evento tradicional en los festivales veraniegos de casi toda ciudad, pero no son inusuales.

Desde las elecciones locales del 24 de mayo, el Partido Popular gobernante, conservador y partidario de las corridas ha sido desplazado de los ayuntamientos y gobiernos regionales en numerosas partes de la nación para ser reemplazado por coaliciones izquierdistas que cuestionan la financiación de las corridas de toros, consideradas un lujo en épocas de penurias económicas.

«De cada 10 personas que vienen a verme, nueve buscan empleo o ayuda y nadie me ha preguntado por las corridas de toros», dijo Bolaños, miembro del Partido Socialista. Su ciudad, al igual que la mayoría de las demás en España, padeció severamente durante la crisis económica que ha dejado un 22 por ciento de desempleo.

En Madrid, la capital mundial de la tauromaquia, la nueva alcaldesa izquierdista Manuela Carmena dijo que no usará el palco presidencial en Las Ventas y estudia la posibilidad de retirar los subsidios y declarar la capital como ciudad amistosa con los animales, un gesto mayormente simbólico en deferencia a los grupos defensores de los derechos de los animales.

Esa medida ya fue adoptada por Palma de Mallorca en las Islas Baleares, también administradas por un nuevo alcalde izquierdista.

El alcalde de Valencia, en el este, también tiene un nuevo equipo izquierdista que ha rebanado los subsidios para las corridas de toros, mientras casi una decena de ciudades de la región, incluso Alicante, proponen plebiscitos para decidir si mantendrán las corridas como parte de los festivales locales.

«Estamos acosados», se quejó Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores de Toros. «Las elecciones del 24 de mayo han traído muchos cambios con coaliciones que incluyen partidos opuestos a las corridas».

Núñez consideró que era un tratamiento injusto para un espectáculo que ha sido declarado parte de la tradición nacional española y que es el espectáculo nacional más popular después del fútbol. Las corridas y las sueltas de toros siempre han suscitado pasiones intensas; algunos las consideran un espectáculo artístico y otros las ven como eventos anacrónicos, sangrientos y crueles.

Contra la tendencia se alza la ciudad vasca de San Sebastián, que bajo la dirección de un nuevo alcalde conservador ha reintroducido las corridas de toros, poniendo fin a una prohibición de dos años del anterior ayuntamiento izquierdista. La primera corrida se disputó el jueves y asistieron el exrey Juan Carlos y otros miembros de su familia. El monarca salió en defensa de las corridas por considerarlas «un valor para España que debemos apoyar».

El rey recibió una estruendosa ovación del público y una dedicatoria especial de uno de los toreros, quien dijo que el monarca defendía la cultura y la libertad por medio de su presencia. Fuera del ruedo, unos pocos opositores a las corridas unieron fuerzas con los antimonárquicos.

El debate que contrasta la tradición con los derechos de los animales poco tiene que ver con el actual debate en particular. La crisis económica española sumió en crisis la fiesta taurina, con menor cantidad de público y cada vez menos toros disponibles. Los más jóvenes prefieren gastar el poco dinero que tienen en viajes, teatros, películas, conciertos de música popular y clubes nocturnos. Pese a su popularidad decreciente, España todavía ofrece unas 2 mil corridas anuales y unos 16 mil festivales en ciudades y pueblos incluyen espectáculos taurinos.

Un momento clave en el debate sobrevino en 2011 cuando Cataluña, la rica región del noreste cuya capital es Barcelona, pasó a ser la segunda región en prohibir las corridas de toros. La primera prohibición fue en las Islas Canarias, que cerró la práctica en 1991.

En reacción, una serie de otras regiones, mayormente administradas por el Partido Popular, emitieron directivas para proteger el espectáculo. El Parlamento también tomó medidas para entronizar las corridas de toros como ingrediente clave de la tradición cultural nacional tras un petitorio firmado por 600 mil personas, entre ellas el primer ministro Mariano Rajoy y el Premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa.

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