La educación no cambia el mundo,
Cambia a las personas que van a cambiar el mundo
Paulo Freire
Las instituciones educativas de nivel medio superior han sido con mucho las más importantes en este ámbito, ello obedece a que es un nivel de tránsito hacia el nivel superior, esto implica el que permanentemente se cavile sobre sus procesos, analizando siempre la posibilidad de mejorarlos para que los resultados obtenidos responsan a las necesidades no solamente de la institución educativa sino de la sociedad en general. Lamentablemente este nivel educativo ha sido uno de los que históricamente ha estado abandonado, no se le ha brindado el apoyo requerido muy por encima de que el propio modelo curricular actual establece la necesidad de dotarlo de infraestructura y equipamiento suficientes para que se pueda responder de esa manera a los avances científicos y tecnológicos y poder así dar fe de un sistema que obtiene resultados realmente de alto impacto.
El crecimiento de las instituciones educativas es proporcional al trabajo que se realiza en el seno de estas, puedo aseverar que sobre este respecto ha habido una muy flaca inversión puesto que la gran mayoría de planteles de nivel medio superior se encuentran famélicos. Se supone que las reformas educativas llevan la intención de promover cambios y transformaciones, estas a la fecha no han sido exitosas debido a que se implementan pensando en las instituciones educativas mismas y no en los que deberían verse beneficiados –alumnos, docentes, directivos y comunidad en general-.
Derivado de la presente Reforma Educativa, surgen toda una serie de normativas, leyes y reglamentos; en particular, se ha caracterizado esta por confundir y contradecir de una manera descomunal a la comunidad educativa, entiéndase que contradecir implica, en un primer momento, violentar los derechos laborales que los docentes han ganado con el transcurrir del tiempo. Como una “muy buena alternativa”, para que los centros educativos se fortalezcan, se ha dado la indicación de que todos los planteles sin excepción promuevan la elaboración de un Plan de Mejora Continua, mismo que debe ser considerado como una herramienta de planeación cuyo propósito sea dirigir y encausar acciones que contribuyan a la mejora del servicio educativo que presta un plantel de Educación Media Superior.
En esencia, desde una perspectiva teórico-metodológica, los planes de mejora se encuentran bien definidos, el problema radica en la manera de cómo se estructuran estos en cada uno de los planteles, los directores de cada plantel deben ser los responsables de promover de manera colectiva y colegiada la construcción de dicho plan, sin embargo, un gran número de ellos elaboran el plan desde el escritorio, no promueven el trabajo en equipo, ni colaborativo; mucho menos colegiado. No realizan diagnósticos para dimensionar los problemas y conocer las causas de estos, manejan indicadores problemáticos que sienten son los más significativos y diseñan acciones que en ocasiones ni se realizan, ni se evalúan y, al final del tiempo establecido para implementar el plan, entregan un informe, mismo que deja mucho que decir y que desear.
Con esto se deduce que los planes de mejora continua en los centros educativos de nivel medio superior no han dado los resultados que el propio plan “burocratizado” establece. Los directores o no han sabido o no han querido asumir la responsabilidad de promover un proyecto de gran envergadura que fortalezca y haga crecer a los planteles, adoptan como cliché solamente los indicadores que son elementales tales como la reprobación, la deserción, la eficiencia terminal, la infraestructura y el equipamiento, entre otros., en sí, creo que estos planes no promueven el crecimiento académico, por consiguiente, no cumplen con ese gran propósito que es el de contribuir a la mejora del servicio educativo.
Cierto es que algunos indicadores como lo son el equipamiento y la infraestructura requieren de la inversión de grandes cantidades de recursos económicos, aunque también es cierto que hay directores que como meta se proponen superar este problema y hacen gestiones fuertes con quien tengan que hacerlas para conseguir mejoras materiales; en cambio, los indicadores como lo son la reprobación, la deserción y la eficiencia terminal sí pueden trabajarse y superarse sin la necesidad de tanto recurso económico, esto obedece más que nada a cuestiones de actitud de parte de los actores centrales del proceso de enseñanza y aprendizaje –principalmente maestros, alumnos, padres de familia directivos, entre otros-.
Reitero, el problema central es que nuestro modelo curricular actual contempla acciones de diferente naturaleza, no solo disciplinares sino también transversales o de fortalecimiento co-curricular, en su filosofía establece como prioridad la promoción en los educandos de una formación íntegra, integral e integrada; los planes de mejora continua no contemplan en sus proyectos, acciones que realmente sean garantes del crecimiento educativo; el hecho de que normativamente se establecen metas, conlleva a medir algo, y en el proceso educativo no se mide nada, más bien se valoran los procesos y, consecuencia de ello es como se deben tomar las decisiones futuras. Tenemos un currículum que lo utilizan muchos docentes como instrumento instruccional y hasta represivo, de esta manera difícilmente se puede promover un cambio, mucho menos una transformación……. El principal problema es que no se han estructurado Planes de Mejora Continua que sean viables y garantes precisamente de mejora y fortalecimiento educativo.
Por último una de las mejores acciones para superar todo este estado de cosas es la que un colectivo de académicos de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Zacatecas y que fungen como Asesores de la Maestría en Educación Media Superior, realizan con un colectivo de docentes de uno de los Planteles del Colegio de Bachilleres. Las acciones que particularmente promueven son de acompañamiento para estructurar un proyecto de mejora, producto este de acciones colectivas, consensadas y encaminadas a mejorar procesos para crecer institucionalmente. ■
