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sábado, 18 mayo, 2024
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■ Involucrados en asesinato de Ginny deben recibir atención

Lamenta director de Psicología de la BUAZ hechos violentos en el estado

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Por: SCARLETT LLAMAS •

Si no hay una atención pronta y profesional, el destino de quienes llevaron a cabo el asesinato de la gatita pudiesen repetirlo, ya no con un animal sino con una persona FOTO: LA JORNADA ZACATECAS

Tras los hechos en los que una gatita resultó víctima de tortura por parte de menores, el director de la Unidad Académica de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), lamentó profundamente «los hechos violentos acontecidos a últimas fechas en nuestro estado».

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A modo de contexto, el director expuso que, según lo señalan las autoridades de seguridad, hay lucha por el territorio zacatecano entre grupos organizados, por la situación geográfica que ocupa la región; en principio, «es muy preocupante, alarmante, que la lucha por dichos espacios transgreda desde los intereses de la delincuencia organizada a la sociedad en general, atroz es que la sociedad sea víctima directa de tal situación».

Conforme a su disciplina, los expertos pueden advertir, entonces, que «todo lo que ocurre en el contexto social afecta, influye y en el tema que tiene que ver con la violencia vulnera a todas las personas sin excepción (en distintos niveles y magnitudes)».

Asimismo, señalan que lo acontecido en tiempos recientes «se convierte en una condición que tarde o temprano repercute en el comportamiento individual o colectivo», por lo que «no es de extrañarse que impacten en la sociedad los desplazamientos forzados, ejecuciones, abandono de infantes, suicidios, ‘colgados’ y más recientemente el secuestro (si así le podemos llamar), tortura y muerte dirigida a un pequeño animal que fue regresado en calidad de objeto a sus dueños, acompañado de una nota al más puro estilo del sicariato por parte de unos menores».

Estas manifestaciones, explican, se convierten «en un síntoma que pone de manifiesto una enfermedad de carácter colectivo», lamentó; del mismo modo cuestionó en qué momento los niños «aprendieron a expresar esa forma tan sádica de conducirse hacia un ser indefenso, y hasta dónde se puede esperar que dicha conducta sea repetida y llevada para con otras personas».

Si bien Correa reconoció que es difícil de vaticinar este tema, sí es posible hipotetizar que «si no hay una atención pronta y profesional, el destino de quienes llevaron a cabo ese reprobable acto, pudiesen repetirlo, ya no con un gato sino con una persona», dijo.

Por lo que enfatizó que es «prioritario que todas las personas que directa o indirectamente tuviesen que ver con dicha acción sean atendidas por un profesional de la salud mental».

En cuanto al origen de esta problemática, el catedrático expuso que son varios, incluyendo factores biológicos-genéticos, eventos fisiológicos extraordinarios (como lesiones en el desarrollo, ingesta de drogas, dietas altas en carbohidratos y bajas en proteínas, niveles bajos en serotonina, golpes específicamente en el lóbulo frontal, etc.), que pueden afectar aunque no son las variables que determinen la presencia de conductas violentas.

Por otro lado están los factores económicos tales como la desigualdad, marginación, bajas expectativas u oportunidades de desarrollo, tendencias hacia el urbanismo, entre otros, pueden ser también elementos que faciliten el aprendizaje de conductas que encaminen al sujeto a cometer actos antisociales.

Si a esto se suma la situación de contingencia global en donde «permea una baja cohesión social, la angustia y el estrés desde lo doméstico, podría no ser extraño que ocurran situaciones extraordinarias que laceran nuestra ansiada paz».

Entonces «es menester proponer el trabajo multidisciplinario en donde, desde lo educativo, jurídico, psicológico, amparados en una serie de políticas públicas de carácter preventivo, se planteen mecanismos de intervención comunitaria, donde se fomenten los valores, la tolerancia a la frustración, el rechazo rotundo a toda forma de impunidad y corrupción, el respeto irrestricto a las leyes y valores morales», señaló.

Puso a disposición de la población los centros de servicios psicológicos y su atención a distancia de la BUAZ, «una serie de herramientas que coadyuvarán a encontrar una eventual salida», siempre que «la salud mental es tan importante como la salud física», concluyó.

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