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domingo, 19 mayo, 2024
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México, el país del caos y de la muerte

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Por: SAÚL MONREAL ÁVILA • Araceli Rodarte • Admin •

Desde finales del tristemente célebre sexenio panista encabezado por Felipe Calderón, organismos internacionales alertaban y señalaban a nuestra nación como un país de matanzas, homicidios y barbaries inauditas. “Es una nación de delincuencia organizada, de cárteles de narcotraficantes, de periodistas secuestrados y asesinatos”, según acusó la organización civil italiana “Líbera”, conformada por más de mil agrupaciones de activistas europeos y americanos defensores de los derechos humanos, en un informe publicado a finales del año 2012.

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No les faltaba razón, la irracional “Guerra contra el crimen organizado” de Felipe Calderón provocó desde 2006 hasta fenecer su periodo, un promedio de 53 personas asesinadas al día, mil 620 al mes, 19 mil 442 al año, arrojando un total de 136 mil 100 asesinatos, de los cuales 116 mil de estos, están relacionados con la guerra al narcotráfico y 20 mil homicidios ligados a la delincuencia común, según detalla el documento redactado en aquellos días.

Esta fueron cifras extremadamente alarmantes que en su momento causaron revuelo y pusieron a México muy por encima de otros países en guerra, como Afganistán, cuyo saldo rojo (de 2006 a 2012, el mismo periodo que Calderón), según cifras de Naciones Unidas, llegó a 13 mil muertos, es decir, solo un 10 por ciento respecto del número de homicidios cometidos en México bajo la tutela de la administración Federal de signo Panista.

Y cuando estábamos mal… estábamos mejor, a dos años del arribo Priísta con Enrique Peña Nieto al poder ejecutivo, y con mayoría en las cámaras, en esta recta final del 2014 el escenario nacional es uno de los peores en la historia nacional en todos sus aspectos, y en este no podía ser la excepción, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), durante los primeros 20 meses del gobierno peñista, del 1 de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2014, se registraron 57 mil 899 averiguaciones previas por homicidios doloso y culposo, mientras que en los primeros 20 meses de administración Calderonista (1 de diciembre de 2006 al 31 de julio de 2008), la suma fue de 43 mil 694 asesinatos; es decir, el gobierno priísta supera al panista con 14 mil 205 homicidios tanto culposos como dolosos en su misma etapa de gobierno, más lo que se ha acumulado a la fecha.

Y en este macabro recuento, a propósito del próximo 2 de noviembre que ya está a la puerta, en los últimos 8 años, de consecutivos gobiernos panistas y priísta en el poder ejecutivo, hasta el pasado 31 de junio las cifras registradas muestran una cantidad de asesinatos escandalosa a todas luces, con 179,794 muertes, producto de las nulas o erradas políticas de seguridad, cifra muy superiores a lugares en franca guerra o caos, como Liberia, Afganistán, Irak y otros focos rojos en el mundo, y eso sin tomar en cuenta que no se reportan todas las muertes, dado que muchas de ellas se tipificarían bajo el rubro de desapariciones, secuestros o accidentes, y de otras incluso no se tendría el menor conocimiento.

E increiblemente, esto no es lo peor, lo peor es el repunte de muchas muertes perpetradas por el sistema, por el régimen, por motivaciones francamente políticas o de abuso de poder, como los casos de las ejecuciones realizadas por el ejército en Tlatlaya, en el estado de México hace apenas unos cuantos meses, hecho que por sí mismo causo un gran escándalo internacional, pero opacado por la matanza de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa Guerrero, que ha sido la gota que está derramando el vaso de la tolerancia en nuestro país y de la opinión pública internacional.

La realidad es que estamos viviendo bajo un régimen al que no le importan los medios para conseguir su fin, con la transferencia de los recursos del país a poderes facticos de poder internacional, nuestro país está viviendo una situación caótica, en un régimen al que solo le importa la recaudación para mantener los privilegios de la elite de poder, y las migajas que les den de limosna los grandes corporativos internacionales que ya son dueños de la que fue nuestra riqueza nacional, y este escenario enmarca el hecho de que para este gobierno priista más valen los grandes intereses financieros corporativos que la vida de quien sea que se atraviese, critique, se manifieste o señale los abusos de gobiernos o intereses privados.

Ante todo esto nos preguntamos, ¿la ejecuciones y estas muertes son consideradas por el régimen como un estado de normalidad cotidiano, y por lo tanto tolerado y aceptado?

¿Hay una política de exterminio como se puede entrever por los rumores y declaraciones de personajes como el padre Solalinde, el defensor de inmigrantes, poniendo al genocidio de facto como una política de seguridad por este régimen Priista?

Si no es así, ¿existen los debidos procesos judiciales para descubrir los hechos y castigar a los culpables de estas casi 180 mil muertes en los últimos 8 años?

La opinión pública exige el esclarecimiento de todos estos hechos y que se castigue a los culpables, que muchos de ellos forzosamente estan involucrados en la política y administración pública, ¿En verdad se llegaría al fondo castigando a los responsables sean quienes sean?

Por desgracia, nuestro país es un verdadero polvorín, el explosivo coctel de reformas estructurales, que implican la pérdida de nuestros recursos, el terrorismo tributario que se aplicará de manea inmisericorde a todos los que se pueda, la inseguridad provocada por el crimen organizado, los pésimos niveles educativos, el terrorismo laboral, el insalubre sistema de salud, y ahora los efectos de tener al ejército en las calles haciendo tareas policiales y actuando como escuadrones de la muerte, todo ello tiene al país al borde del caos y de un estallido social de consecuencias catastróficas e imprevisibles, que hay que hacer?

En primer lugar es imperativo sacar del poder a los culpables de esta situación, el PRI y el PAN han mostrado de todas las formas posibles su incapacidad de gobernar, llegando ya a atentar en contra de la sociedad, lo que han hecho es un genocidio, un crimen de lesa humanidad, y merecen el justo castigo todos los responsables.

Se tiene que establecer de inmediato el estado de derecho, ya perdido en esta borrachera de poder en el que se ha atascado este régimen priista, retirar al ejército de tareas policiales y que cuerpos de seguridad publica profesionales y bien capacitados se encarguen de la seguridad de la ciudadanía, no el Frankenstein en el que se ha convertido el sistema nacional de seguridad pública con su principal icono a la inutilidad, la gendarmería nacional Peñanietista.

Se deben de juzgar y castigar pública y ejemplarmente a todos los responsables de los crímenes que se estan cometiendo contra la nación, contra la sociedad mexicana y  contra la humanidad, la voracidad de este régimen y la de los poderes facticos económicos trasnacionales nos tienen en esta situación, los mexicanos ya no podemos permitir más esto, so pena de que en algún momento, nos declaren incapaces de gobernarnos a nosotros mismos, y veamos los tanques, los soldados y todo la parafernalia de los cascos azules de Naciones Unidas patrullando nuestras calles. ¿Es necesario que lleguemos a eso para que reaccionemos los mexicanos? ■

 

[email protected]

Coordinador de la Comisión Operativa de Movimiento Ciudadano en Zacatecas

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