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lunes, 6 mayo, 2024
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Brasil 2016: “Entre Escándalos Políticos y Juegos Olímpicos”

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Por: Carlos Galaviz Garza • admin-zenda • Admin •

A menos de 113 días de que inicien los Juegos Olímpicos de Río 2016, el mayor evento deportivo del planeta, donde participan cerca de 10,500 deportistas, de 206 países de todo el mundo, y donde se disputarán 306 pruebas con medalla, de las cuales, 16 pruebas son para las mujeres, 161 para hombres y 9 pruebas que son mixtas.

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También tendremos dos novedades olímpicas, el golf que se incorpora como deporte olímpico tras 112 años de ausencia en la justa olímpica y el rugby tras 92 años de ausencia, sin lugar a duda un deporte con alta adrenalina deportiva.

Pero, la pregunta que nos atiende es: ¿Brasil está listo para los Juegos Olímpicos?

Brasil se encuentra en un segundo periodo presidido por Dilma Rousseff, quien enfrenta el mayor escándalo de corrupción  en su carrera política. La presidenta brasileña quien fue postulada por el Partido de los Trabajadores (PT), llegó al poder en la mayor altura de la década dorada vivida por Brasil desde 2003.

Su predecesor Lula da Silva, durante sus ocho años como Jefe de Estado de Brasil, hizo reformas y radicales cambios que produjeron la transformación social y económica de Brasil, al punto de desarrollar a la República hacia una potencia mundial.

Pero hay un punto clave donde se fractura toda esta construcción masiva de desarrollo económico y democrático en Brasil, “El Saqueo a Petrobras”.

Calificada por el propio fiscal general de aquel país, Rodrigo Janot, como la mayor contextura corrupta de la historia de Brasil, es ahora mismo el equivalente a una olla de presión a punto de estallar.

El pasado domingo, el congreso brasileño dio el inicio del proceso de destitución,  en una votación que duró toda la tarde y la noche del domingo, ha aprobado la apertura del proceso de impeachment, por 367 votos a favor y 137 en contra el vicepresidente Michel Temer.

Ahora, el juicio de destitución corre a cargo del Senado, donde será votado, probablemente, a principios de mayo. Allí bastará una fácil mayoría simple, cosa que parece ahora muy probable, para que Rousseff sea apartada provisionalmente del cargo hasta 180 días mientras se le juzga propiamente en ambas Cámaras. Pero para entonces, si no ha renunciado ya, su capital político se habrá diluido completamente.

Lo más peligroso en esto para Rousseff, es que, empresarios y altos funcionarios de la empresa (Petrobras), aceptaron confesar todo lo que saben a cambio de una reducción de la pena, el cual inicio una serie de acusaciones contra altos cargos políticos cercanos a la presidenta, de las que todos los días se hacen eco los periódicos.

¿Qué cargos  se le imputan?

Rousseff incurrió en maniobras contables para alterar los resultados del gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos mediante decretos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública, pese a que la legislación lo prohíbe.

Todo eso, según la parte acusadora, constituye “delitos de responsabilidad”, que la Constitución brasileña contempla entre las causas que pueden llevar a la destitución de un mandatario.

“El impeachment” que son ciertas prácticas ilegales de la presidenta y su equipo económico para equilibrar el presupuesto a base de recurrir a préstamos de bancos públicos. la ingente crisis económica que ahoga el país, al desempleo creciente, a la falta de popularidad y a la corrupción del Caso Petrobras.

¿Y que con los Juegos Olímpicos?

Dilma ya cancelo su participación en el emblemático encendido de la antorcha olímpica en Grecia. En memoria de los Juegos Olímpicos Antiguos, en Olimpia, Grecia, meses antes de la celebración de los Juegos Olímpicos se organiza una ceremonia donde la llama olímpica es encendida y con ello comienza el recorrido de la antorcha que finaliza con el encendido del pebetero olímpico durante la ceremonia de apertura.

La tradición del encendido y el recorrido también se inspira en la tregua olímpica (la ekecheiria), establecer una tregua sagrada en la que las ciudades-estado, que tenían la obligación de detener las operaciones bélicas un mes antes y durante el período de los Juegos Olímpicos para que atletas y espectadores pudieran viajar con relativa seguridad.

Una tregua (ekecheiria) para Dilma y los ciudadanos brasileños no caería nada mal en estos momentos de zozobra que vive el país. Sin embargo, por si fuera poco todo lo que está pasando políticamente y socialmente, existe otro gran problema que preocupa a las autoridades brasileñas, y este no es social o político, si no  epidemiológico, la expansión del “zika”, que ya ha infectado a 1.5 millones de brasileños al momento.

Ante los temores de que la epidemia afecte los Juegos Olímpicos es ya una realidad, incluso algunos deportistas han amenazado con no asistir y muchos turistas han iniciado la cancelación de sus reservaciones para el evento del próximo verano.

Por ahora, Dilma Rousseff se resiste a un intento de Golpe de Estado, lo cual podría ser destituida como presidenta cuando comiencen las olimpíadas, y Michel Temer tome posesión como presidente interino. Hoy en día, Brasil atraviesa su peor recesión desde los años 30, la preocupación para sus ciudadanos se reduce en lo más básico y elemental, que albergar la primera justa olímpica para Sudamérica. ■

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