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viernes, 3 mayo, 2024
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Un rockcito para todos los roles / Mercenarios en los antros, festivales y bares

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Por: JAIME FLORES GUARDADO •

Mercenarios en los antros, festivales y bares

También en los terrenos de la organización de eventos, bares, antros y festivales donde se abren espacios a las bandas de rock se da a puños esta clase de personajes que se dedican al rock bizz. Se salvan muy pocos, entre ellos ‘Chuy’ “Discordia”, ‘Luiggi’ y “El Tutuy”, pero hay una joya que representa a los comerciantes organizados del Centro Histórico de Zacatecas, que, ¡ah caray!, hay que andarse con cuidado porque, de entrada, ni una cerveza patrocina a las bandas que, por considerar que tocar en su bar les dará difusión, acuden con él y nada; si se descuidan, hasta con el instrumental se anda quedando. Si por algún acaso se te ocurre presentar alguna exposición pictográfica, fotográfica o documental, y olvidas fotografías o pinturas, es muy difícil que las recuperes, y si acordaste algún emolumento por tu colaboración, por lo menos das 50 vueltas para solicitar tu paga, y sólo recibes una promesa, hasta que definitivamente decides dejar al abandono esa empresa; cerveceros, arrendatarios, músicos, herreros y toda clase de empleados pasan las de Caín para poder cobrar su trabajo, pero como si el nombre fuera el que lo salvara de hacer los pagos correspondientes, David Díaz Leaños anda tan campante por todos los rumbos de la ciudad, contoneándose cual pavorreal.

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Otros aprovechan que viene una banda del Distrito Federal o de Guadalajara, contratados por una cantidad acordada con anterioridad, hospedaje, traslado y alimentación; se hacen presentes sirviéndose de la confusión y le presentan unos tres billetes de a mil para que vayan a tocar a su bar. La banda acepta, pues una entrada extra no caerá mal, y la verdad, un músico de rock gana muy poco, y dejar ir una oportunidad de éstas sería un desperdicio. Entonces es cuando el empresario reflexiona y decide cancelar el evento porque ya falló el protagonista que consiguió el hotel y, de buenas a primeras, aparece uno de esos mercenarios que, ya estando todo listo, se lleva a la banda como si nada pasara. Por eso, el rock mexicano no sale del hoyo, porque no hay condiciones para ganar todos.

El 'Gus' Palacios, recio guitarrista de Baalberith, que ha enfrentado a algunos mercenarios del rock Los mercenarios del rock acechan desde su escondite y aprovechan cualquier coyuntura para atacar, ya sea vendiendo discos grabados directamente desde el acetato, conciertos piratas de tu banda favorita grabados en vivo, playeras y posters autografiados o cualquier otra prenda personal de tu artista predilecto, hasta boletos de Ticketmaster que no fueron requeridos en la entrada, todo esto a precio de oro; empero, eso no es nada, hay organizadores tan descarados que invitan a una banda para que abra el concierto de un grupo de talla internacional, y en lugar de ofrecerle una buena paga, hotel y traslado, le pide una cantidad elevada por abrirle a la banda reconocida; eso sí duele, eso sí es una reverenda tomada de pelo, ¿cómo que voy a pagar por tocar?; eso le sucedió a Chac Mool para abrirle a Rod Stewart, o a Baalberith, de Zacatecas, para abrirle a Carpatain, en Aguascalientes; les querían cobrar cinco mil pesos por participar. ¿No es vergonzante este tipo de prácticas? Otra razón más para que el rock se vaya hundiendo poco a poco, y si esto no significara una amenaza para los rockeros, hay funcionarios públicos que transan con las bandas de rock para que por medio de su partido político, toquen en los mejores escenarios de los festivales culturales ¿No es así señores de apellido Medina, que siempre fueron contratados a pesar de no ser los mejores del circuito estatal?

Carlos No conformes con esto, cuando hay que hacer acopio de fuerza, presencia y cordialidad, los candidatos de cualquier partido político destacan por su experiencia en la política utilizando las viejas prácticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), las de engatusar, engañar y transar a los jóvenes con las eternas promesas de que ahora si va a haber espacios, equipo, escenarios, dinero para sostener un movimiento, estudios de grabación gratuitos, foros para el rock y, bueno, hasta instrumentos musicales. Sólo en las etapas electoreras hacen acto de presencia, hasta visten de mezclilla y playera negra para parecer roqueros –como si esto fuera asunto de indumentaria –e incluso se echan unos ‘rollillos’ sobre Avándaro y la sicodelia, y rifan baterías y otros enseres que la juventud necesita, pero nunca pasa nada, jamás vuelven a aparecer luego del proceso electoral. Transcurren tres o seis años y, de nueva cuenta, aparecen en escena los meros meros mercenarios del rock, esos señores que venden y compran conciencias, pero que en asuntos del rock no han logrado siquiera que se acerquen a sufragar. ¿Es esto satisfactorio para la nación o sólo para una fracción de la sociedad?

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