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jueves, 9 mayo, 2024
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Tramas de poder, geopolítica global: enviones para descifrar nuestro laberinto (primera parte)

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Por: RICARDO BERMEO •

Sin duda, afectados por las turbulencias diversas, que a nivel global son generadas por un sistema económico cuya inestabilidad parece acrecentarse a medida que nos adentramos en lo que llaman algunos autores “policrisis”: cambio climático y depredación ecológica, financiarización desbocada, extractivismo tóxico, guerras y violencia, gobernanza criminal, oleadas migratorias, desigualdades extremas, hambrunas, entre otras consecuencias producidas por la exacerbación del contenido del imaginario social dominante, propio del capitalismo, que en su fase actual estaría incluyendo en su núcleo junto a la significación imaginaria social central, señalada por Castoriadis, la de “la expansión ilimitada del (pseudo) dominio (pseudo) racional”, va configurándose otra significación que en un contexto tan conflictivo comenzaría a entrar en relaciones simbióticas con la primera, y que denominaría como la significación imaginaria social propia de los escenarios bélicos, la de la división entre amigos y enemigos, que prepara el camino a las atrocidades que desembocarían, justificándolas y preparando el pasaje al acto, desde prácticas de exclusión y desplazamiento hasta llegar a las prácticas criminales y a las prácticas genocidas, consecuencias de las que estamos siendo testigos, con una frecuencia cuya aceleración parece desbordar todas nuestras previsiones.

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Más allá del curso del enfrentamiento bélico, de sus causas, de sus consecuencias, junto al sufrimiento y las muertes, y/o de su posible desenlace, la derrota o la victoria de uno de los contendientes o un empate catastrófico o incluso el inicio de una conflagración nuclear, la guerra entre Rusia y Ucrania, (en lo esencial una guerra proxy) donde son otros los actores principales, que se enfrentan en ese territorio, involucrando a la población local, pero que sirven como enclaves geopolíticos, para dirimir la lucha -cada vez más cruenta- por la hegemonía global entre las potencias concernidas en esa disputa.

Es ese tipo de guerra por proximidad, la que, sumándose a las principales dinámicas propias del capitalismo global, estaría provocando cambios geopolíticos, económicos, sociales, culturales, de tan enorme y profundo calado, que estaría determinando nuestro próximo futuro, tanto a escala local (Zacatecas/México) como a escala planetaria. De ahí, la radical importancia que debe tener la tarea de la elucidación de la situación mundial contemporánea y la responsabilidad a contribuir a su esclarecimiento, como parte de la labor de pedagogía y de análisis crítico que nos corresponde asumir.

Sin duda, una de las principales consecuencias de esta guerra proxy es la que estaría produciendo en Europa, particularmente en Alemania, la potencia industrial exportadora sobre la que se construyó el sistema monetario basado en el Euro, está enfrentando un debacle. 

Las claves de lectura que ofrecen diversos autores, entre otros la de Boaventura de Sousa Santos, son extremadamente relevantes, a mi juicio, y deben ser consideradas en la elucidación de la historia en curso. Lo principal es que la guerra/invasión de Rusia a Ucrania, es un movimiento estratégico, en la lucha por la hegemonía; el sociólogo portugués señala que “en el caso de Europa, la estrategia estadounidense tiene dos pilares: provocar a Rusia y neutralizar a Europa (especialmente a Alemania)”.

Desde la perspectiva de De Sousa Santos, Estados Unidos busca convertir a Europa, y en especial a Alemania, en un socio menor, para lo cual su estrategia es profundizar la dependencia europea, a nivel militar con la OTAN, y a nivel económico, especialmente en términos energéticos. 

De acuerdo con De Souza Santos, “la política exterior (y la democracia) de EEUU está dominada por tres oligarquías (no solo hay oligarcas en Rusia y Ucrania): el complejo militar-industrial; el complejo gasífero, petrolero y minero, y el complejo bancario-inmobiliario. Estos complejos tienen ganancias fabulosas gracias a las llamadas rentas monopólicas, situaciones privilegiadas de mercado que les permiten inflar los precios. El objetivo de estos complejos es mantener al mundo en guerra y crear una mayor dependencia de los suministros de armas estadounidenses. La dependencia energética de Europa en relación con Rusia era inaceptable”. 

La conclusión de De Sousa Santos es que los líderes de Europa (continental) han tenido un mediocre desempeño, sin ninguna visión estratégica, han entregado a Europa, a manos de estos tres complejos arriba apuntados, los que ahora les impondrán los precios a cobrar. Es el fin entonces de la Europa del Bienestar, en proceso de empobrecimiento y ante escenarios de desestabilización crecientes “por no haber tenido líderes a la altura del momento”. 

Pero, la clave principal, es que los Estados en Europa, se están dedicando a administrar una inflación de dos dígitos, generada por el intento de retener los márgenes de beneficio, trasladando su disminución hacia los precios, con lo cual el conflicto está servido porque están obligando a las clases trabajadoras, y al conjunto de la población, a cargar sobre sus espaldas con las consecuencias de una crisis en la que la guerra de Rusia contra Ucrania es solo una parte (una pieza) de un diseño estratégico, en donde lo que se dirime es la primacía del capitalismo depredador a costa de la misma humanidad y del planeta, y dentro del sistema, de la hegemonía norteamericana frente al ascenso de China.

Por lo pronto tenemos ante nosotros, a nivel global, un otoño y un invierno de protestas y de lucha, por la irrupción de los movimientos sociales, de trabajadores, y de otros sectores, que han anunciado -y demostrado ya- que no están dispuestos a pagar los costos de esta crisis (volveré sobre este tema).

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