Alejandro Tello Cristerna es ya gobernador constitucional de Zacatecas, y por ello llegó la hora de la responsabilidad, y de hacerle frente a los problemas de los que antes sólo tocaba opinar.
Quiéralo o no, será él quien cargue en sus hombros la responsabilidad por lo que se haga o no en su gobierno. Será a él a quien se culpará o aplaudirá por los errores y aciertos de quienes integran el Gobierno del Estado.
No hay ya posibilidad de culpar a un colaborador de lo que salga mal, pues incluso cuando el gobernante no es el responsable directo, será él quien tenga qué resolverlo o pagar el costo político de eso.
El tiempo no ayuda, pues en tan sólo cinco años habrá de enfrentar varios retos:
El primero de ellos en lo político, pues viene una elección extraordinaria en la capital del estado, luego de que su partido impugnara el triunfo de Soledad Luévano Cantú, y consiguiera que se repita la votación. ¿Cómo se comportará el gobernador en esta circunstancia? ¿Echará toda la carne al asador y buscará obtener a como dé lugar el triunfo en la primera elección que enfrenta, o bien “verá los toros desde la barrera” y esperará a que su partido resuelva la contienda sólo con sus recursos, como debería hacer siempre?
Morena no estará en la elección, eso quizá le facilite las cosas.
El segundo reto será en lo financiero, pues le tocará cumplir sus promesas de campaña y hacerle frente a una economía cada vez más complicada. La deuda pública es mucho mayor ahora a la que le tocó vivir como secretario de Finanzas, el presupuesto federal es cada vez menor, y buena parte de las participaciones federales están comprometidas.
Por si esto fuera poco, su antecesor basificó a mil 400 personas en Gobierno del Estado, y lo mismo hizo antes de salir Amalia García Medina. Eso deja pocos espacios para poder acomodar a los cientos de personas que contribuyeron en su campaña y que se encuentran a la espera de ser llamados a la nómina estatal.
Luego de amargas experiencias, el gobernador tendrá también el reto de tener que estar en permanente contención de su familia y amigos cercanos, para que su protagonismo no irrite a una sociedad herida por la abundancia de mirreyes y ladies, y también para que ninguno aproveche su lazo familiar para hacer negocios a diestra y siniestra.
Finalmente, el reto mayor lo puso en la mesa el fin de semana pasado el periódico El Universal, en una nota en la que se da cuenta de posibles “moches” millonarios de familiares del ex gobernador.
Dijo Tello en su mensaje que no miraría al pasado pero tampoco estaría inactivo frente a los indicios de corrupción. Quería denuncias y llegó la primera, ¿qué hará con ella?
El equipo con el que Alejandro Tello Cristerna se rodeó para hacerse cargo de esta situación nos da trazas de sus planes de gobierno. Hay de “chile, dulce y de manteca”, como se dice por ahí.
Algunos perfiles, como el de Paula Rey Ortiz en la Función Pública, Alejandra Rivero en la Secretaría de la Mujer y Lourdes Rodarte en la Subsecretaría para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, provocan franco regocijo.
Las tres, mujeres brillantes y conocedoras de su área que aunque para muchos puedan resultar desconocidas, desde sus ámbitos, sin protagonismos, y con frecuencia haciéndoles la chamba a muchos otros, han incidido para que las cosas funcionen.
Otros perfiles se ganaron un espacio en el gabinete por considerárseles expertos en el tema. Ignoro si su fama es bien ganada, pues no son ámbitos de mi dominio, pero es innegable el reconocimiento social que tienen Gema Mercado, quien estará en la Secretaría de Educación; Alfonso Vázquez Sosa, que estará en el Instituto Zacatecano de Cultura, o la eficiente labor de Héctor Alvarado en su relación con los medios de comunicación durante la campaña.
Otros más, bien por no ser conocidos en Zacatecas, o por dar la impresión de ocupar un lugar por ser mapaches electorales, tendrán el reto de ganarse la aceptación social a corto plazo para ser ratificados cuando los compromisos de campaña vayan perdiendo peso.
Cinco años se van como agua, y empieza a correr el tiempo. Ya nos veremos entonces para evaluar este quinquenio de alguien que no parecía querer estar en ese puesto.
Juega a su favor que las expectativas que lo rodean son bajas. Su campaña no se trató de machar la idea de que “ellos no pudieron” y por tanto él sí. No obstante, Tello Cristerna promete trabajar diferente pese a provenir del mismo partido y equipo que su antecesor. ¿Lo logrará? La moneda está en el aire. ■
