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sábado, 18 mayo, 2024
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Recibe el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde, el escritor y ensayista Juan Villoro

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Por: ALMA RÍOS • admin-zenda • Admin •

■ La gran contribución del poeta jerezano fue la renovación de la costumbre, señaló el literato

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■ El galardón se entrega “a un intelectual que aprecia en lo más recóndito el arte”: Alonso

“Más allá de los nacionalismos y sus ideologías, creo que en todos nosotros hay un sentido de pertenencia, somos fatalmente de un sitio y no de otro. Hay ciertas palabras, ciertos sabores, la coloración de la luz, algún recuerdo, una melodía, que nos hacen sentir que somos de un lugar. Ninguna obra poética ha logrado como la de López Velarde, transmitir esta sensación de pertenencia. Somos el país de López Velarde”, dijo en su discurso de recepción del 19 Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde, el escritor y periodista Juan Villoro.

La gran contribución del poeta jerezano, abundó, fue la renovación de la costumbre. En su obra Novedad de la patria pide una patria más modesta, entrañable y cercana “a lo que somos nosotros”, desde una evocación “casi juguetona”.

El acercamiento al concepto también desde La Suave Patria, impresionó a Jorge Luis Borges, quien la recitaba de memoria.

Como descendiente de generales, el argentino tenía un sentido épico de la historia  y por tanto le sorprendió “que alguien pudiera referirse a su país de una manera tan próxima, casi doméstica. Como si la patria estuviera en la cocina de la abuela”, refirió.

Juan Villoro Ruíz (Ciudad de México, 1956) recibió ayer en el marco de las 19 Jornadas Lopezvelardeanas que se desarrollan del 12 al 18 de junio y de manos del gobernador del estado, Miguel Alonso Reyes, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde, distinción que dijo el autor de El testigo, novela donde convierte al bardo jerezano en personaje, se le entregó por admirarlo.

Alonso Reyes expreso por su parte, la enorme satisfacción de que Juan Villoro aceptara el galardón que se entrega “a un intelectual que aprecia en lo más recóndito el arte, la literatura y más aún la poesía y prosa emanada de López Velarde”.

“La admiración es gratuita, uno la ejerce por placer, por gusto. Y ahora la extrema generosidad de los zacatecanos hacen que esta admiración que he tenido por López Velarde reciba una recompensa que jamás sospeche obtener”, dijo el escritor respecto de la filia que le ha unido al poeta jerezano.

Juan Villoro habló de los vínculos con Zacatecas que tramó desde los años 70 cuando fue tallerista con el escritor ecuatoriano Miguel Donoso Pareja, quien fundara una serie de grupos de ejercicio literario en San Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas, “el triángulo de ciudades por las que tanto viajó nuestro poeta”.

De aquel momento cosechó las amistades de Alberto Huerta y José de Jesús Sampedro, refirió, y posteriormente, la de Gonzalo Lizardo, a quien le ha presentado algunos libros.

El ensayista aludió asimismo a la obra de Manuel Felguérez, sobre la que dijo, su vida no habría sido igual sin frecuentarla, pues permite entender la grandeza de los colores en la naturaleza y por tanto pensar que ésta también “pinta y esculpe”.

Con deferencia habló también sobre la obra del ya fallecido Alejandro Nava, para la cual realizó textos, y de misma forma acerca de la que promueve en su pueblo natal, Sierra Hermosa, Villa de Cos, el artista plástico Juan Manuel de la Rosa.

Las palabras de Juan Villoro fueron haciéndose espacio en la sala apagando poco a poco el murmullo, hasta que sólo había silencio y un relato elogioso para Zacatecas y la obra de Ramón López Velarde, elaborado desde la bonhomía de una voz clara, fluida, fonética.

Así accedieron los asistentes a la anécdota de una charla entre Jorge Luis Borges y Octavio Paz, donde el primero preguntó al mexicano “¿qué es la chía?”.

El desconocimiento de la palabra no le permitía al autor de El Aleph la comprensión del poema La Suave Patria. Pero la repuesta se reveló como la esencia del mismo, luego de escuchar con fascinación que además de una semilla, la chía, le dijo Paz “de manera muy sencilla y al mismo tiempo muy profunda, sabe a tierra”.

Esta anécdota sirvió de inspiración para escribir El testigo, una novela donde López Velarde se convierte en personaje.

“Me pareció al leer este intercambio entre dos grandes escritores que ahí se cifraba algo muy significativo. De alguna manera la verdadera patria no es la de las proclamas de bronce sino es esta patria que bebemos sin darnos cuenta como el agua de chía”.

“Al tratar de escribir una historia que pudiera explicar la frase: sabe a tierra”, quiso demostrar como lo hiciera el poeta “que nuestra patria tan llena de quebrantos, nuestra patria que muchas veces merece el nombre de Zozobra, uno de los títulos de López Velarde, una patria llena de violencia, de injusticia, y que tiempo de Reforma Energética, nos hizo recordar los dísticos: El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo”, es la misma que se renueva “gracias a nosotros, a la solidaridad, a la imaginación y al lenguaje”.

Así concretó, a través de Ramón López Velarde la patria no es algo ajeno ni una abstracción platónica, o aquel país de bronces o próceres, “sino la que inventamos y la que bebemos a diario como el agua de chía”.

Juan Villoro es poeta, ensayista, traductor y periodista. Ha escritor alrededor de 35 libros, incluyendo infantiles. Con El testigo obtuvo el premio Herralde de novela en 2004, y ha recibido entre más de 10 distinciones, el premio Xavier Villaurrutia (1999) y el Antonin Artaud que otorga la embajada de Francia, así como el Iberoamericano de Letras José Donoso en 2012, el Homenaje Nacional de Periodismo Fernando Benítez por la FIL Guadalajara en 2013.

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