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lunes, 6 mayo, 2024
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Felices fiestas: ¿podemos tomarlas como referencia para exigir la paz?

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Por: RICARDO BERMEO •

A propósito de la Navidad, un artículo recién descubierto, me da el motivo para volver a un tema que debería preocuparnos profundamente, necesitamos  situar ese tema, con urgencia, al mismo nivel, en que  nos duele y preocupa la violencia e inseguridad que vivimos cotidianamente en México y en Zacatecas, donde las muertes de seres queridos, despiertan exigencias de verdad y justicia, que no requieren tiempos de espera, ante homicidios y desapariciones  de seres humanos que no por no conocer personalmente, dejan de impactar la vida del espíritu que nos anima, incluyendo la gama de perversas causas que producen esos hechos criminales, atroces.  

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Todo ese dolor compartido, que es imperativo elucidar en común, al mismo tiempo que nos empeñamos en transformar sus causas, sabemos que está vinculado de manera compleja, al tema que vuelve hoy a ocuparme, a propósito de una nota en torno a la forma en que una tregua navideña que data de la Primera Guerra Mundial, ha inspirado a casi 1,000 líderes de comunidades religiosas de Estados Unidos, para, invocando aquella tregua, pedir paz y negociaciones para poner fin a la guerra.

Y es ahí, donde la situación mundial (la criminal invasión de Ucrania por parte de Rusia) y la situación local (esta guerra confusa e incierta en que estamos inmersos) -siendo contemporáneas- parecen  separarse, como si sus caminos de bifurcaran, es ahí, donde justamente debemos aplicar toda nuestra inteligencia colectiva -generando conocimiento compartido-  para atar los cabos que unen esos distintos conflictos, si no queremos, perder el sentido de orientación en la vida y en la historia, (fronesis, para los griegos; traducido por los romanos como prudencia) facultad un tanto  relegada, que requerimos activar ahora, –  “para aprender a orientar nuestra pasión según nueva medida”-  como dice un verso de Luis Cernuda, porque en ello nos estamos literalmente jugando  la vida misma… la de la humanidad -tal como la conocemos-, y la de la vida existente en Gaia el planeta tierra, ante un evento de extinción masiva.

Aquella tregua navideña, cuando surgida desde abajo, “por soldados tanto del lado británico como del alemán, las tropas desafiaron a sus oficiales y cesaron las hostilidades durante la Navidad a lo largo del Frente Occidental”, es de nuevo invocada, en una declaración, por estas comunidades religiosas, quienes, de acuerdo con la nota de Peoples Dispatch, escriben… 

«En el espíritu de la tregua que ocurrió en 1914 durante la Primera Guerra Mundial, instamos a nuestro gobierno a asumir un papel de liderazgo para poner fin a la guerra en Ucrania mediante el apoyo a los llamamientos a un alto el fuego y un acuerdo negociado, antes de que el conflicto resulte en una guerra nuclear que podría devastar los ecosistemas del mundo y aniquilar toda la creación de Dios». 

La declaración firmada  por US peace organizations CODEPINK, National Council of Elders, y Fellowship of Reconciliation–USA (FOR), organizaciones a favor de la paz en EUA, están motivadas por una preocupación  creciente ante la  escalada  de la guerra en Ucrania; como sabemos, forma parte de un conflicto por la hegemonía mundial, en que parecen empeñados tanto del lado de la alianza atlantista, lidereada por Estados Unidos, como también del lado pro-ruso (con China como objetivo final), pero, más allá, dejando entre paréntesis -por un momento-  la historia, la geopolítica -y las responsabilidades de cada parte-, lo cierto es que  en ambos bandos,  la proliferación de declaraciones  bélicas,  con el armamento nuclear realmente existente, adquiere tintes decididamente suicidas, por al altísimo riesgo de una conflagración nuclear. 

Los datos duros, o evidencias, son contundentes, y la preocupación que despiertan, son, como lo he dicho en anteriores colaboraciones en este mismo espacio, suficientes -ya- como para prender todas las alarmas, conclusión a la que se debe llegar, incluso con un mínimo -pero no por ello, menos riguroso- seguimiento de la actual fase del enfrentamiento bélico. 

Como se cita en el artículo de Peoples Dispatch que utilizo como referencia … “la Unión de Científicos Preocupados (The Concerned Scientist)  ante la Revisión de la Postura Nuclear (NPR) de Biden, en la que abandona la promesa que hizo durante su campaña de “no primer uso de armas nucleares”, sumado a la distribución actual de ojivas nucleares en Europa, los ha llevado  escribir en su  blog… «la NPR de Biden redobla la disuasión nuclear y el enfoque del status quo para la seguridad, que dice que todos debemos estar preparados para morir en menos de una hora. Ese no es un mundo en el que ninguno de nosotros debería querer vivir». 

Los cerca de 1,000 lideres religiosos a favor de la paz, y muchas otras voces, que abogan por construir alternativas constructivas, son no obstante, consideradas con hostilidad, cuando no atacadas y vilipendiadas, porque el consorcio de medios de comunicación global “empotrados” a los engranajes de los poderes económicos, políticos, militares, que han decidido desatar  la guerra, como solución monstruosa -por el nivel de chaladura suicida y mortífera que demuestran-  han tomado una decisión que está definiendo -ya- nuestro presente y nuestro futuro.  No podemos dejar que nos impongan la normalización de “un sentido común” tan inhumano, infame y grotesco como el que nos pretenden “formatear” quienes están empeñados en justificar “el sentido de ese final” absolutamente atroz.  

Debemos unir nuestras voces para convertir aquella histórica y memorable tregua navideña de 1914, en la ocasión propicia para “hacer votos” y dedicar nuestras próximas acciones a evitar que se imponga   y prolongue ¿hasta cuándo? este mundo donde el horror y la distopia desgarran nuestras vidas, marcados por la guerra.  Es momento  para el  relanzamiento de nuestra tejedora de proyectos, oponiendo a esa pesadilla,  éste  otro mundo, que tanto nos han enseñado a valorar las madres y los familiares de personas desaparecidas en México, en su largo, doloroso y dignificante camino,  cuando, para citar un evento reciente el pasado 11 de diciembre, en la Glorieta del Ángel de la Independencia, teñida de rojo, por lo que pacientemente y con tanto amor fue tejido -durante meses-, dirigido como un meteorito a despertarnos de la “normalización del horror”,  con esa acción simbólica, la pretensión ha sido movilizar  mentes y  corazones de quienes  aún seamos sensibles a  la urgente necesidad de interponer  nuestros deseos y anhelos de paz, como verdades encarnadas en comportamientos  y solidaridades desbordantes de ese mismo espíritu invocado en aquella lejana guerra de 1914, para lograr que una política emanada “desde abajo” instituya una auténtica y verdadera paz -con justicia y libertad-, hasta conseguir que triunfe sobre la destrucción y la locura.   

Ver: Over 900 faith leaders in the US demand Christmas Truce in Ukraine : Peoples Dispatch 

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