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viernes, 3 mayo, 2024
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Monreal: el militante retrógrada y neoliberal

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

Además de saturarnos de mentiras y distorsiones, nos han acostumbrado a registrar los hechos sociales aislados y sin contexto. Amén de presentarnos lo aparente como realidad total. Eso permite la manipulación de interpretación, comprensión y amplía las dificultades para transformar la realidad y; por lo mismo, esa falsa conciencia (o ideología) sólo puede beneficiar a quienes aspiran a que las cosas no cambien.

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¿Quién pensaría que la postura retrógrada y traidora; mentirosamente justificada de legalidad de Ricardo Monreal, es familiar político del Golpe de Estado Parlamentario en Perú? Bueno, con esa equivocada manera de visualizar el devenir histórico, es evidente que para llegar a una conclusión así se ocupa, cuando menos, haber logrado comprender que el legislador zacatecano no trabaja por la transformación, sino para detenerla. Es; por vocación, oportunismo político o ambas, un auténtico militante de la derecha corrupta.

Me pregunto: ¿A estas alturas y con sinceridad; sin compromiso, agradecimiento político o por desinformación, quién puede defender genuinamente a las muchas veces legislador plurinominal? ¿Quién sería capaz de meter las manos al fuego por quien rema de reversa después de haberse beneficiado de los dividendos políticos de la lucha que ha sabido encabezar Andrés Manuel López Obrador?

Finalmente se transparenta que, durante muchos años, Ricardo Monreal ha sido políticamente sobrevaluado gracias al poder de la propaganda y a las circunstancias históricas en que se montó. Su práctica pública y sus dichos constatan que sobrevaluarse siempre ha sido su prioridad para concentrar poder y dinero. Así se entiende la construcción de una dinastía local, una especie de oligarquía política que carece de proyecto social.

En el caso concreto del susodicho, en el ejercicio público ha demostrado recurrente ausencia de vocación democrática, principios y valores progresista. Eso le ha limitado forjarse una conciencia social transformadora. Un innegable conocimiento de las leyes no es suficiente fertilidad para comprender el funcionamiento actual de la sociedad, alcanzar el nivel de conciencia política gestante, al menos en embrión, de la organización política capaz de enarbolar un proyecto alternativo de sociedad. Entonces si se podría hablar de “monrealismo”. Pero no, sólo hay un movimiento retrograda de “los Monreal”, un caciquismo político actualizado que, para sostenerse, tiene que oponerse a las transformaciones.

Pese a ello, hay afirmaciones falsas que funcionan como propaganda, pero no corresponden a la realidad. Ejemplo: su dinastía divulga la falsa premisa de que el senador ha sido nuestro mejor gobernador. ¿Qué parámetros usan para tal afirmación? En el sentido cualitativo no hubo transformación, no hubo cambio estructural. Todo siguió funcionando igual.

Incluso, se podría culpar a Ricardo Monreal de habernos heredado un séquito de los peores gobernadores de Zacatecas, como dice el presidente AMLO, “mediocres y ladrones” como Miguel Alonso, su exsecretario particular, Alejandro Tello, ahora David Monreal.

Otra afirmación: “soy fundador de MORENA”. Santo que no creo haya pasado por su mente fundar. Aunque haya sido militante fundador es uno entre miles. Eso no le da derecho a la propiedad del partido que, por otro lado, sólo es instrumento legal-político del movimiento nacional. El mundo sabe que el pensador y activista principal es el presidente Andrés Manuel. Y qué decir de muchos militantes fundadores, como el caso de Luis Medina de Zacatecas, a los que en su trayecto de colocar a su dinastía, ha pisoteado sin misericordia alguna. Hay que preguntarle de qué lineamiento estratégico es pionero y autor en MORENA.

De su historia legislativa puedo mencionar muchas contradicciones, empezando por la reforma al 27 Constitucional que permitió la privatización del ejido. Pero, en su alianza de facto con la derecha corrupta de México, ha usado como falso escudo la defensa de la Constitución. Primero, hay que explicar que un proceso de transformación requiere un nuevo marco jurídico que regule la nueva convivencia social. Si ha de atacarse la corrupción, definir derechos de bienestar, ceñir a los partidos y a las instituciones de la democracia al poder popular, entre otros, es obvio que la Constitución debe ser modificada. Pero alega ser ferviente defensor de la Carta Magna. Eso significa ser un defensor del modelo social que estamos enviando al basurero. Ser maestro de la UNAM no es argumento cuando también ahí tenemos a Lorenzo Córdova. No todos son como Enrique Semo o el maestro Arnaldo. 

No debemos olvidar que el capital transnacional, para saquear a nuestras naciones, ocupa mantener el modelo social que teníamos. Eso incluye modelo económico, mismos gobernantes, misma forma del funcionar de las instituciones políticas, mismo comportamiento justificante de los monopolios de la comunicación, etc. Y con el argumento de la defensa de la Constitución han golpeado la democracia en Argentina, Ecuador, Bolivia, Brasil, Perú. Y así lo seguirán haciendo. Entonces, Ricardo Monreal debe saber que para jugar ese rancio papel no contará con la mayoría de los mexicanos.

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