El neoliberalismo se caracteriza por la privatización de toda actividad pública, principalmente de la actividad económica que el Estado impulsa en beneficio de su pueblo, México atravesó alrededor de 40 años en los que los gobiernos federales y estatales, desmantelaron las actividades económicas públicas y las privatizaron, al grado de que, como ya lo hemos señalado en muchas otras opiniones, quedar solamente PEMEX, todas privatizadas bajo el argumento de que ya no eran benéficas para los mexicanos y que además resultaban una carga para la administración pública.
En ese sentido, el neoliberalismo fue planeado para entregar las riquezas a particulares bajo el argumento de que el modelo económico ya no era sustentable y había que modificarlo para que el Estado no tuviera influencia en la regulación del mercado, a los mexicanos nos vendieron la idea de que dicho sistema económico sería el ideal para acabar con la pobreza de millones, sin embargo, sólo solucionó los problemas de unos cuantos y surgieron mecanismos para privar de derechos laborales a la clase trabajadora e incluso quitaron la posibilidad de una pensión digna en la vejez.
La privatización y reformas como la energética, permitieron el ingreso de empresas extranjeras a la actividad económica en el país en sectores que la Constitución Política lo prohibía, ex presidentes pactaron con empresas extranjeras dicho ingreso al mercado de determinados sectores como el energético para que explotaran las riquezas, les pagaran una millonada y una vez concluido su mandato, se convertirían en asesores de dichas empresas, el caso de Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, este último con Iberdrola.
Esta forma de privatización no fue otra cosa que una forma de entregarle el país a extranjeros y a otros países para que explotaran nuestras riquezas y nuestra fuerza de trabajo, sumieran a nuestros pueblos en la pobreza e inseguridad para así obligar a los habitantes a abandonar sus tierras y posteriormente venderlas a bajo costo, mismas que fueron compradas por las grandes empresas como mineras, energéticas, etc.
Durante los últimos casi seis años, el gobierno de la 4T encabezado por el Presidente López Obrador, ha frenado concesiones mineras, frenó el saqueo de empresas como Iberdrola que se enriquecían a cosa de “venderle” energía a la CFE y el interés de extranjeras de hacerse del sector petrolero, energético y además la búsqueda de hacerse del litio, aunado a ello, el combate a la corrupción ha frenado a muchos cabilderos que en el Congreso Federal, Locales y en el Senado, operaban comprando votos legislativos para impulsar reformas que permitieran el saqueo de las riquezas.
Con esta lucha contra la corrupción, evidentemente, se han pisado muchos intereses por lo que la elección de este año, en la que se renovará el gobierno federal, algunos estatales, el Congreso Federal y a la par algunos Estatales, se convierte en una lucha de empresas transnacionales y de algunos empresarios mexicanos, por recuperar el poder político, principalmente la mayoría en el Senado y Congreso federal y en el Ejecutivo Federal, para así regresar a ese sistema en el que el poder político estaba sometido por el poder económico para beneficio de este segundo.
La mejor muestra de ello, es que la candidata de la derecha, durante el periodo de inter campaña, ha visitado otros países como Estados Unidos y España, para solicitar al primero, la intervención de su ejército y gobierno en las elecciones en nuestro país, así como a la OEA la vigilancia de la misma, actos que son una clara muestra de que el entreguismo es el único proyecto de la derecha, no tienen el fin de gobernar en beneficio de los mexicanos, sino que su principal objetivo es recuperar el poder para regresar el saqueo de nuestras riquezas a costo del sudor de los mexicanos y a la par, recuperar el saqueo que ellos empleaban.
En las elecciones de este año se juegan dos proyectos, dos visiones distintas de nación, por un lado, el de la derecha: servir en charola de plata la riqueza de México a los extranjeros y a unos cuantos empresarios mexicanos mientras que la clase política de la misma, se enriquece y el pueblo mexicano se empobrece; por otro lado, el de la 4T que busca acabar con el saqueo que empresarios y políticos llevaban a cabo en nuestro país, para poner el poder al servicio y beneficio de todos.
