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sábado, 18 mayo, 2024
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Antecedentes de las Cortes de Cádiz

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

La enseñanza democrática, popular, obligatoria y gratuita; rasgos a la vez que pilares de nuestra educación pública consagrada en la Constitución tiene una data antigua y ha sido la continuidad de la instrucción de la primera enseñanza pública, universal, obligatoria y uniforme resultado de la Constitución de Cádiz. Esta constitución fue el fruto sazonado de las demandas de los diputados de las provincias del entonces Imperio español que acudieron a integrar las Cortes en la coyuntura que provocó la invasión napoleónica (1808) en la víspera de las guerras de independencia de los reinos o colonias; entre ellos, el de la Nueva España. Tiene entre sus antecedentes inmediatos las políticas modernizadoras que los monarcas españoles aplicaron en la metrópoli y en los dominios del imperio, a las que no escapó la instrucción que se debería de ofrecer en las escuelas de primeras letras.

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Las condiciones que llevaron al desmoronamiento del imperio español como resultado de la corona acéfala ante el embate francés y de las luchas autonómicas de los reinos de ultramar, se gestaron en los últimos tres lustros del llamado siglo de las luces y al despuntar el siguiente. Ni los historiadores económicos ni los sociales, a decir de Enrique Florescano y Margarita Menegus, se ponen de acuerdo sobre cuál fue el punto de quiebre para el desenlace que tuvieron España y sus colonias a partir de la invasión napoleónica de 1808. Lo cierto es que el periodo de 1770 a 1810 se caracteriza por ser una época de altas y bajas, de flujos y reflujos de la economía, minería y agricultura, sobre todo. La política impositiva de las reformas borbónicas, mediante la centralización administrativa de todos los ramos por parte de la corona española, empujarían hacia el cambio. Si hemos de poner el acento en los hechos que resultan significativos y detonantes de una época, las reformas borbónicas representan lo más sobresaliente de la transición de la Colonia a la independencia. Sobre estas reformas ya se ha escrito mucho. Basta resumir su naturaleza, retomado la síntesis que sobre ellas hacemos de la opinión de Florescano y Menegus quienes las definen como una “revolución en el gobierno” y como la respuesta, “[…] a una nueva concepción del Estado, que consideraba como mayor tarea retomar los atributos del poder que antes se habían delegado en grupos y corporaciones, y asumir la dirección política, administrativa y económica del reino. Los principios de ésta nueva política se identificaron con las ideas del llamado ‘despotismo ilustrado’: regalismo o predominio de los intereses del monarca y del Estado sobre los de individuos y corporaciones; impulso de la agricultura, industria y comercio; desarrollo del conocimiento técnico y científico, y difusión de las artes. La aplicación de este programa demandaba una nueva organización administrativa del Estado y nuevos funcionarios. Para lo primero se adoptó el sistema de intendentes o gobernadores provinciales que se había instaurado en Francia, y para satisfacer la segunda meta se hizo un reclutamiento de nuevos hombres en las filas de la clase ilustrada y entre los militares”.  El periodo carlista, la monarquía de los borbones que con Carlos III y Carlos IV gobernó a España las últimas dos décadas del siglo 18, buscando no rezagarse en todos los ramos de la administración incluida la cultura y la instrucción pública emprendieron cambios. Estas transformaciones, conocidas como reformas borbónicas por la dinastía de la Casa de Borbón que las dirigió, buscaban sobre todo eficientar el gasto y un mejor manejo a través de un régimen centralizado de la economía y la política. Querían hacer del español un Estado moderno y no rezagarse ante las potencias rivales vecinas; Francia e Inglaterra, sobre todo, con las que vivían en constantes guerras. La riqueza y potencial de sus reinos de ultramar era mucha y había que obtener de ellos el mayor provecho a la vez que cuidarlos del acecho enemigo.  

Contra el régimen patrimonialista de entrega de cargos y prebendas a cambio del pago al monarca que había instaurado la dinastía de los Habsburgo y que frenaban el desarrollo de la sociedad, estuvieron encaminadas las reformas borbónicas.

Notas.

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