En el marco de las celebraciones realizadas por el aniversario de la promulgación de nuestra Constitución Política Federal y, mientras la desorientada candidata de la coalición imposible (izquierda/centro/derecha) daba las nalgas a los gringos interactuando con un perfecto inglés, el Presidente de la República coronaba con la presentación de sus Iniciativas de Reforma a la Constitución, la afortunada gestión que ha emprendido desde hace casi seis años y que ha puesto a la clase política opositora, en una gran zozobra pues no es lo mismo vivir 6 años fuera del presupuesto que 12 y es que si recordamos, el Presidente obtuvo en las elecciones del 2018, 30.11 millones de votos mientras que la chulada de muñeco copetón de Peña Nieto con toda la maquinaria priista y medios de comunicación maiceados, registró en 2012, 19.2 millones de sufragios, es decir, 36% menos que el actual mandatario, lo que ha provocado no solo miedo si no terror en los partidos políticos de oposición, cuya estrategia ha sido desvirtuar las acciones, programas y, ahora reformas, propuestas por el Presidente. Así las cosas, la semana pasada me referí a la primera reforma propuesta, inherente al reconocimiento de nuestros hermanos indígenas, como sujetos de Derecho Público, por lo que toca ahora partir del fundamento histórico que López Obrador ha retomado para dar coherencia política a sus iniciativas: los Sentimientos de la Nación del Generalísimo José María Morelos y Pavón. En este contexto, las multicitadas iniciativas constituyen más que una reforma constitucional y legal, una agenda de trabajo para la siguiente administración gubernamental que a todas luces, encabezará Claudia Sheinbaum Pardo; se trata de la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación y la continuidad del Proyecto de Nación del Presidente López Obrador. El camino está trazado y no se deben ofender aquellos que hegemónicamente mamaron durante más de 80 años de la Administración Pública, con un sistema antidemocrático de partido único, con flagrantes violaciones a la vida democrática del país, con dedazos dictatoriales que se realizaban entre el poder ejecutivo en turno con su secretario de gobernación o de programación y presupuesto, con una estructura domesticada de medios y complicidades clericales, que provocaron la permanencia en el poder del PRI, convertido ahora en férreo crítico del beneficio social que tienen los sectores prioritarios que ellos mismos pisotearon. Ya no he querido puntualizar cada una de las reformas faltantes, pues ya han sido tratadas por diversos periodistas y actores políticos, algunos de ellos, con una inconmensurable falta de objetividad. Estoy convencido y coincido con el Presidente López Obrador en el sentido de construir un nuevo entorno social y ambiental, respetando a los adultos mayores, garantizando a los jóvenes la primera oportunidad de trabajo, otorgándoles becas que los adultos de ahora nunca tuvimos, pues solo muy pocos gozaron de las mieles del cuerno de la abundancia de México, algunos de ellos como Don Carlos Salinas, tienen garantizada una espléndida calidad de vida a sus nefastas próximas generaciones, mismas que no necesitan ni estudiar, ni levantarse temprano, ni partirse la madre trabajando, gracias a la opacidad de muchos mexicanos agachones que permitieron el saqueo de los recursos de la Nación. Celebro la presentación de las iniciativas pues llegó la hora de que los mexicanos seamos dueños de nuestras viviendas, que no tardemos 25 años o más, pagando unas pinches ratoneras que parecen hospitales de noche, pues se oyen muchos quejidos (que no son precisamente de dolor) entre una pared y otra. Viajaremos otra vez en tren y, ya no solo seremos contempladores de la bestia que carga en sus espaldas, muchos sueños americanos que se descarrilan cada vez más; veremos caer estructuras e instituciones que viven en la opulencia, con falsas autonomías adheridas a partidos y políticos que promueven su existencia como verdadera clase aristócrata; veremos disminuir el número de diputados, pues muchos de ellos, no sirven para nada, es necesario que cada uno de ellos, se parta el lomo en campaña y que regresen con sus electores, mirando al pueblo de frente, con propuestas viables y acciones concretas, con su trayectoria y prestigio profesional, no como ahora sin más mérito que ser hijo o hija de papi. El Presidente López Obrador ha trazado la ruta, tiene muchos años edificando un mejor panorama y estilo de vida para los mexicanos, su gestión no ha sido perfecta, hay importantes retos todavía por superar y tiene todos los días y cada mañana, la oportunidad de defender cada ladrillo que pone, no se cansa, es coherente y está dejando en los hechos, un enorme reto para Sheinbaum. Al tiempo…
