23.6 C
Zacatecas
martes, 7 mayo, 2024
spot_img

Galileo Galilei: la Ley de Inercia (parte 2/2)

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Juan Manuel Rivera Juárez •

¿Cómo se puede encajar la idea de reposo en este gran esquema de cosas? No se puede, nada en el universo va hacia el reposo, por el contrario, todo continuará moviéndose en línea recta y velocidad constante hasta que algo se interfiera, ese es el Principio de Inercia. Y es una teoría tan sencilla y tan profunda como cualquier otra idea sobre la que se haya reflexionado.

- Publicidad -

Como es lógico, a veces parece que los objetos están en reposo, pero eso es sólo porque los objetos tienen el mismo estado de movimiento que el propio espectador. Si un objeto está en reposo o en movimiento depende completamente del punto de observación o de si el espectador se está moviendo a la misma velocidad. No existe el reposo absoluto, no existe el movimiento absoluto, incluso marchando por el espacio a increíble velocidad en relación con la Luna, con el Sol o con el centro de la galaxia, la tendencia natural de cualquier objeto es la de conservar el movimiento que tiene.

En tiempos de Galileo esta concepción era muy difícil de aceptar, para un aristotélico el movimiento de una carreta requería y tenía una explicación lógica, algo debía empujar o tirar del objeto para que se moviera, por lo tanto su estado natural era el reposo, pero en cambio para un observador moderno un vehículo moviéndose no necesita explicación, ese objeto conservará el movimiento hasta que los frenos o alguna otra cosa lo lleve a estado de reposo y ¿qué pasa con un cuerpo que no se mueve paralelamente a la superficie de la Tierra?, ¿qué pasa con un proyectil que se dispara al aire o una pelota que se deja caer desde una torre?, ¿no haría el giro de la Tierra que la pelota cayera detrás? 

La respuesta de Galileo fue que no, afirmó que la pelota continuaría moviéndose horizontalmente con la Tierra, incluso cuando cae verticalmente hacia su superficie. Esta concepción era muy difícil de entender en tiempos del Renacimiento; Galileo ofreció a sus contemporáneos una comparación, le pidió a la gente que pintase una pelota cayendo desde el mástil de un barco en movimiento; para un marinero en cubierta el mástil está quieto y él no estaría sorprendido de ver a la pelota caer recta hacia abajo sobre la cubierta al pie del mástil, pero alguien en la orilla vería al barco y al mástil en movimiento. Un observador aristotélico no tendría ninguna duda de lo que iba a ocurrir: la pelota caería hacia el centro de la Tierra mientras el barco seguiría navegando por debajo de ella, ese marinero vería lanzada la pelota hacia la popa del barco en vez de ir al pie del mástil, probablemente éste experimento nunca se realizó en la vida de Galileo pero los resultados son precisamente lo que él había predicho: la pelota cae recta a lo largo del mástil porque ambos objetos (pelota y barco) comparten el mismo movimiento inicial.

Si no compartieran el mismo movimiento inicial entonces el resultado sería el que habrían esperado los aristotélicos: al caer de un mástil en movimiento la pelota cae verticalmente mientras se mueve horizontalmente con el barco, estos movimientos juntos siguen una trayectoria curva (una parábola). Galileo se dio cuenta de que esos principios originarían el movimiento de cualquier proyectil, seguirían una curva parabólica en la tierra o en el mar. 

En 1616 Galileo fue citado a Roma en donde le advirtieron que no debía ni afirmar ni defender la idea de que la Tierra se movía alrededor del Sol; al saber que la Iglesia se oponía oficialmente al sistema de Copérnico, Galileo esperó a que llegara el momento más oportuno para convencerlos del error de sus métodos aristotélicos. En 1623 Galileo pensó que había llegado el momento, su amigo y protector, el cardenal Barberini, fue elegido Papa con el nombre de Urbano VIII. Para reforzar su caso, Galileo escribió un libro en el que, a través de un diálogo, dos personajes se debatían los sistemas de Aristóteles y Copérnico (como autor Galileo era un político inteligente), el personaje aristotélico argumentaba con gran maestría y fue declarado vencedor, éste fue un truco ideado para su defensa en contra de la enseñanza de las ideas de Copérnico.

No obstante, muchos de sus lectores notaron que los argumentos del personaje copernicano eran mucho más sólidos. Las argumentaciones de este libro las escribió en italiano y no latín, como era la usanza, de modo que los italianos corrientes podían comprenderlas fácilmente. En opinión de la Iglesia, Galileo incurrió en más errores en sus juicios; en su ficción el personaje aristotélico utilizaba los mismos argumentos del Papa y llamó al personaje casualmente semplice (el simple). El libro de Galileo retaba a la iglesia en el preciso momento en que era desafiada por todas partes. En 1634 Galileo fue procesado, su fama o prestigio impidieron la amenaza de la tortura; rechazó púbicamente el sistema copernicano de movimiento planetario. Irónicamente en el futuro ningún científico serio negaría la evidencia de Galileo. El Principio de Inercia concebido por Galileo, y perfeccionado por Descartes, llegó a ser la primera ley de la mecánica de Isaac Newton. 

En lo que concierne a la Iglesia, en 1983 la controversia de Galileo continuaba sin resolverse, el Papa Juan Pablo II pidió que la discusión entre Galileo y la Iglesia terminara de una vez, dijo: “Volvamos ahora nuestra mentalidad hacia una época en la que se había desarrollado una grave incomprensión entre la ciencia y la fe, el resultado de malos entendidos y errores solamente con un humilde y paciente nuevo examen se ha podido ir disipando en forma gradual, la misma Iglesia aprende de la experiencia y la reflexión. Ahora comprende mejor el significado que se debe dar a la libertad de investigación”.

En aquel tiempo para un famoso científico (con un imperdonable ego) la humillación pública fue considerada un castigo suficiente. Encontrado culpable, a pesar de su famosa retractación, Galileo Galilei pasó los restantes ocho años de su vida bajo arresto domiciliario en una finca cercana a Florencia, y como cuenta la leyenda de Galileo, cuando entraba en su casa arrestado dijo: “y sin embargo se mueve”.

Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.

*Docente Investigador de la Unidad Académica 

de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT

[email protected]

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -