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domingo, 19 mayo, 2024
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Lucha contra la discriminación: descolonización del pensamiento

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Podemos hacer una correlación entre el avance del porcentaje de escolarización de la sociedad mexicana y los cambios en los niveles de tolerancia a la pluralidad religiosa, política y étnica. La escuela por sí misma genera socialización entre personas diversas, y con ello, permite elevar la tolerancia. Si además, en clases de civismo, ética e historia se explica a los estudiantes el origen de los valores y las costumbres, la tolerancia se petrifica. La conciencia de los cambios históricos y la ilegitimidad de los proyectos coloniales que pretendían dominar a los pueblos con el argumento de llevarlos “a la verdadera religión” (en la colonia), o “al progreso de la modernidad” (en el porfiriato), ya han sido desmontados. Con estos saberes, los jóvenes aprenden a mirar de otra manera a los pueblos indios de nuestro país: con respeto y admiración, y ya no con el desprecio de quien se cree el dueño de la historia.

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Igual pasa en el caso de las mujeres: con los argumentos de las funciones “que la naturaleza asignó a las mujeres” se justificaba una situación de dominio ilegítimo de los varones. ¿Quién no recuerda aquel viejo argumento de la “resignación” para hacer que se aceptara el sufrimiento producto de las injusticias dentro del hogar o frente a los caciques que habían arrebatado la tierra a sus antiguos dueños? La enseñanza de la historia desde una óptica crítica ha generado beneficios enormes en las nuevas actitudes que han desembocado en la llamada Nueva Masculinidad. Eso es formación en valores.

En los años 70, cuando iniciaba el proceso de urbanización de este país, fue notorio el fenómeno de desaire de las personas del mundo rural. Se fabricaron muchos vocablos para señalar su atraso e ignorancia. Sin embargo, el conocimiento de la literatura y la etnología nos dijo que la ignorancia estaba en quien ejercía el desprecio. “Ancina”, o “así mesmo”, o el “haiga”, no son expresión de la ignorancia del lenguaje, sino la manifestación de un español de siglos atrás y, que de hecho, los encontramos en El Quijote. Otra vez: la ignorancia despreciaba a los oprimidos.

Pues igualmente que en el caso del racismo, el desprecio étnico, la marginación de las mujeres y la desvalorización de la gente del campo, que es producto de la ignorancia y estulticia, y que se ha curado con ilustración que permite abrirse a la comprensión del-otro;  del mismo modo ahora tenemos los temas de género: como los negros, los indios, los campesinos y las mujeres, ahora los homosexuales son víctimas de la ignorante discriminación. Poderes conservadores se erigen en los que saben la “la verdad única” y decretan “naturalezas” inexistentes para no sólo eliminar derechos a este sector de la población, sino para señalarlos y hostigarlos, hasta hacer posibles eventos terribles como Orlando o Veracruz. Otra vez, debe ser la educación la solución a esta persecución. Pero… los educadores también son perseguidos y encarcelados. ¿Callejón sin salida? El garrote del poder arbitrario e ignorante, terminará cediendo a la luz del saber, la paz y la reconciliación que nos trae la verdad: la descolonización del pensamiento.

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