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domingo, 28 abril, 2024
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Indignación

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Zacatecas y Tixtla. Indignante es lo menos como se pueden calificar los acontecimientos del día de la mujer en la barroca y vetusta capital de mi estado Zacatecas y el asesinato a sangre fría del normalista de Ayotzinapa, ocurrido en Tixtla, Gro., también la semana pasada. En ambos casos la brutalidad, la falta de preparación de las policías refleja su bestialidad, de ellos y sus mandos superiores.

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Las escenas en las que los policías de la ciudad de Zacatecas que después de transcurrida la marcha, ante una Plaza de Armas prácticamente ya vacía, pusieron los ojos de todo México en Zacatecas. Vergonzoso e indignante fue ver como gorilas con uniforme obscuro jaloneaban, golpeaban y arrastraban a jovencitas y mujeres, incluidas algunas reporteras de medios locales. Circuló profusamente un video en el que varios gorilas arrastraban y jalaban de su blusa a una muchacha desnudándole de la cintura para arriba por el adoquín de la Plaza. Desde el mediodía, horas antes de la manifestación se observaban tiendas y comercios del centro de la ciudad como Electra, Sanborns, los bancos, el Café Acrópolis y otros establecimientos tapiados con tablas. De igual forma se protegió con vallas el frente del Palacio de gobierno. Existía el antecedente del año anterior en el que las féminas que salieron a protestar y desahogar su coraje y su furia hicieron destrozos y rompieron cristales. Motivos para protestar existen: mujeres desaparecidas, asesinadas, violadas y acosadas ha sido el combustible de la lucha y protesta legitimas de las mujeres.

 En este 8M una de las marchistas que desfilaba atrás del contingente, observó cómo mujeres policías ya se iban drogando en plena marcha. Lo que ocurrió en la Plaza refleja la nula preparación y la falta de entrenamiento de los gendarmes para disuadir y contener a quienes recurren a actos de violencia en distintos grados. Aunque también pudo ocurrir que esas hayan sido las órdenes de sus mandos superiores. Lamentable por donde se vea. El clamor generalizado de la población es que renuncien los responsables de la represión.

En el caso de Tixtla también es indignante el asesinato del estudiante de la Normal de Ayotzinapa. Como si el polvorín en que se ha convertido esa escuela no bastara, se arrojó más gasolina al fuego. Las torpezas de los representantes de cuidar el orden los llevaron a asesinar a sangre fría a Yanqui Rothan Gómez Peralta. Este homicidio se suma a la lista de mártires de los 43 desaparecidos. Motivará las protestas y acciones violentas de los normalistas traducidos, en la quema de patrullas, destrozo de edificios e instalaciones públicas y secuestro de elementos de la guardia nacional. La alevosa muerte de Yanqui mantendrá el circulo vicioso en el que se ha convertido el caso de los 43 jóvenes desaparecidos que consiste en que sus padres siguen sin saber cuál fue su paradero. A lo no tener respuesta de las autoridades siguen manifestándose e incurriendo en actos como la destrucción de una de las puertas del Palacio Nacional. A la no acción del gobierno, sordera o respuestas insatisfactorias viene la reacción de los agraviados. En fin. ¿Cuándo conoceremos la verdad y cuándo se les hará justicia a los deudos de los muchachos desaparecidos?  

Enterado de la fuga del policía (o presunto) asesino contando con la complicidad de quien le ayudó a escaparse cuando estaba por ser trasladado a la Fiscalía de Gro., el presidente López Obrador, preocupado y compungido con una cara mezcla de impotencia, ira y desesperación señaló que este incidente es parte del clima de la descomposición que se vive. No sabemos si se refería al estado sureño o al Estado del que él es su máximo representante. Lo cierto es que algo está más que podrido en la Dinamarca mexicana.

Posdata. De nuevo la Iglesia hace política. El lunes 11 de este marzo la alta jerarquía católica llamó a las candidatas y al candidato a que firmaran las propuestas que les presentó como un compromiso para buscar la paz. Para no quedar evidenciados por el poder de la Iglesia, los tres acudieron. Oportunistamente Gálvez y Maynes lo hicieron sin chistar. La abanderada de Morena también acudió a firmarlo no sin antes expresar su desacuerdo con algunos de los puntos al argumentar que no compartía el diagnóstico para su formulación. ¿Qué tienen que andar haciendo las autoridades eclesiásticas en asuntos que deben ser materia de lo civil cuando su campo especifico es el religioso? Cierto que siempre se han inmiscuido en estos temas de los que buscan sacar raja. Habría que recordarles que su misión es proporcionar el pasto espiritual a los atribulados (ahora apanicados) feligreses de que integran sus rebaños. O dónde quedó aquello de “lo de dios a dios y lo del César al César”. Su labor catequística deberían hacerla dentro de los muros de sus templos y desde el pulpito,

Que pretenden o que buscan realmente los ministros católicos con la firma del acuerdo párala paz con el que han cinchado a los presidenciables. Alberto Barranco Chavarría nos apunta las siguientes hipótesis a escribir: “Desde hace mucho dejé de creer en la pastoralidad venerable de los obispos. La Iglesia es santa y pecadora. Me queda claro que la Iglesia católica pretende: 1) mayor interlocución con los poderes por venir, así, colocar con ventaja su agenda y 2) reposicionamiento en la vida pública como un actor indispensable en la gobernabilidad del país”. (La Jornada, 13/03/2024). Las Iglesias, sean del culto que sean nunca han dado paso sin huarache. Y la política nunca ha sido territorio minado para ellas. Qué casualidad. En los periodos pre sucesorios de Calderón y Peña Nieto el Episcopado no presentó ningún acuerdo por la paz cuando la violencia ya estaba desatada. La Iglesia ha salido a hacer política y ha tomado partido en esta coyuntura electoral.

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