■ “¿Qué legislador convocó a una discusión sobre este proceso?”, cuestiona el investigador
■ Las cuentas que van a entregar del país nos van a quedar a deber por varias generaciones, dice
“¿Qué legislador convocó a una discusión sobre este proceso y qué voz llevaron de aquí de Zacatecas?” pregunta Héctor Manzanares Acuña no sólo a los diputados y senadores que representan al estado ante el Congreso de la Unión sino a quienes localmente aprobaron la Reforma Energética sin discusión, cuyas leyes secundarias fueron promulgadas por Enrique Peña Nieto este lunes.
El docente e investigador de la Unidad Académica de Estudios Nucleares de la Universidad Autónoma de Zacatecas dijo, la comunidad científica no se encuentra resignada sino inmersa en un sentimiento de devastación.
Esto luego de que al igual que otras representaciones de la sociedad, como fue el caso de organizaciones que buscaron se tomaran en cuenta criterios no sólo de mayor protección al ambiente sino de justicia social fueran desoídos por la clase política, la cual actuó, dijo, “como una marioneta” del Presidente de la República.
En los países desarrollados manifestó, se dice que los políticos son valiosos, en México “dejan mucho que desear, partiendo del hecho de que en su mayoría son analfabetas”.
Agregó, aunque la comunidad científica se estableció como un grupo de opinión, los medios de comunicación “premiados” luego por la reforma en Telecomunicaciones, se mantuvieron cerrados a todo tipo de opiniones a fin de filtrar y tamizar sobre todo, las que contradecían lo que definió como el disco insertado en legisladores, gobernadores y funcionarios federales que antes que defender el patrimonio natural del país pelean por los presupuestos y en la defensa de curules.
Crítico de los resultados que ofrecieron los legisladores a la sociedad en este tema, agregó: ahora ya sabemos por qué actuaron como comparsas los “verdes” y aún los más recalcitrantes defensores de Lázaro Cárdenas “doblando su manita”.
Esto en referencia a otro escándalo más de “maiceo” que involucra a legisladores y deja en tela de duda las razones detrás de la emisión de sus votos.
Por lo pronto, el científico, quien desde hace más 20 años ha focalizado diversos problemas ambientales y de salud derivados de la industria extractiva en Zacatecas, expresa sus dudas acerca de la manera en que estos asuntos habrían sido recuperados en las leyes secundarias en materia energética.
Puso sobre la mesa uno del que nada se oyó hablar, esto es, la necesidad de una caracterización medioambiental de las diferentes zonas que fueran motivo de exploración o explotación, ahora no sólo por mineras sino por empresas petroleras y gaseras.
En Estados Unidos, puso como ejemplo, se tiene un registro territorial que expone dónde crece una planta, o se asienta una especie animal y aun el tipo de rocas están monitoreadas.
Estas caracterizaciones medioambientales sustentan el éxito de las demandas contra las empresas extractivas en aquel país, pues si surge alguna anormalidad, se le puede dar seguimiento hasta dar con el origen.
En México no se hacen muestreos de suelo que arrojen qué elementos contienen por ejemplo para el caso de metales pesados, o en general qué contienen y en qué porcentajes, así como sus cualidades de salinidad, acidez y densidad, de manera específica.
Los datos de Inegi y de las secretarías federales encargadas del tema señala, son incompletos y generales y atienden sólo a características físicas y geológicas del terreno.
Sin estos estudios previos a la instalación de una industria extractiva de hidrocarburos o minera, “no podemos caracterizar nuestro entorno y por tanto, no podemos proyectar qué tipo de daño le estamos causando a través de los años”.
La legislación existente “yo les he insistido, hay unos huecos legales terribles” que operan como limitante para la autoridad y ventaja para las industrias y en un determinado caso “los dos se lavan las manos”.
En su opinión, los proyectos que afectan al país debieran estar sujetos a la realización de foros y consultas previas recuperadas regionalmente, pues no todos los territorios tienen las mismas características en recursos bióticos y geológicos y en general medioambientales.
La Reforma Energética vende al mejor postor “lo más valioso que tenemos, que son nuestros recursos naturales, ya no hay ningún tipo de limitante para que venga gente disque a invertir, pero va a venir sucediendo como desde la Conquista: vienen se llevan toda la riqueza y nos dejan puro basurero”.
No existió en el proceso de análisis, discusión y votación de la Reforma Energética y sus leyes secundarias, compromiso de los legisladores con una “política lógica y sana”, dijo.
Por el contrario señaló, “nos han defraudado como nación”. Y en ese sentido expresó: “no le voy a pagar a un empleado para que me ignore y me trate mal. Como ciudadanos tenemos derecho a que esa sarta de zánganos den cuentas, porque en las cuentas que nos van a entregar de país nos van a quedar a deber por varias generaciones”.
Luego de que se hicieran oídos sordos a las expresiones de diversos sectores de la sociedad incluidos la comunidad científica, argumentando por ejemplo como no contaminante la extracción por fractura hidráulica o fracking, Manzanares Acuña agrega, “no tenemos voz eso es lo malo…a no ser que comencemos a tomar de manera violenta las plazas. De otra forma no tenemos cabida”.
Sobre esta lectura adelantó como fenómeno social la “michoacanización” del país, donde cada quien “va a formar bandas para defender nuestros propios intereses a sabiendas de que el gobierno no tiene palabra”.
