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viernes, 26 abril, 2024
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Roger Waters (cofundador de Pink Floyd) en la ONU (un mensaje sobre la Guerra en Ucrania)

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Por: RICARDO BERMEO •

Además de su contribución a la música, Roger Waters se ha destacado como un agudo observador de la situación mundial, y en el caso que nos ocupa, se ha destacado por sus comentarios críticos sobre la Guerra en Ucrania, motivo de su intervención en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (1); si bien fue invitado por la Federación Rusa, con su intervención deja más que claro, que no por ello habló a favor de quienes lo invitaron ni de ninguno de ambos bandos, pues condena enérgicamente la invasión de Ucrania por la Federación Rusa, pero inmediatamente apunta que es falso que se trate de una invasión “no provocada” (como insiste la alianza atlantista, al tratar de imponer esa narrativa que oculta las responsabilidades de la OTAN y Estados Unidos); por ello condena -también- “enérgicamente a quienes provocaron esa invasión”. Esta última frase es la única donde menciona la responsabilidad de la Alianza Atlántica, pero ha sido suficiente para ser presentado de manera tendenciosa por una parte importante de los medios del establishment como a favor de la invasión rusa, tergiversando así el sentido efectivo de su lúcida intervención, que merece ser divulgada.

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Waters utilizó la oportunidad de hablar desde esos “salones sagrados”, como les llamó, para dar voz a los sin voz, a las víctimas de la guerra, desde los desamparados hasta las decenas de miles de soldados y de civiles, cuyas vidas son segadas. “No criamos voluntariamente a nuestros hijos o hijas para proporcionar forraje para tus cañones/…”. No se gastará ni una vida ucraniana o rusa más/. Ni uno/. Todos son preciosos a nuestros ojos”. Se posiciona a favor de una paz absolutamente urgente, dada la gravedad de las pérdidas humanas, y el dolor y el sufrimiento que continua día tras día; una paz urgente dado el riesgo de una conflagración nuclear… “Un camino que conduce al desastre”. 

Roger Waters, abriendo una oportunidad al “principio esperanza”, en el supuesto de que los responsables del curso de esta guerra, en algún momento, escucharán las voces de los sin voz (a nombre de ellos -R. Waters- simbólicamente “alza su voz”), quienes toman las decisiones: escalar la guerra o negociar la paz, determinarán, antes de que sea demasiado tarde, poner término a este sangriento y extremadamente peligroso conflicto; Waters invoca el “principio esperanza” del modo siguiente:

“Por fin hemos sido escuchados en los pasillos del poder. Los matones en el patio de la escuela han acordado dejar de jugar al pollo nuclear. No todos vamos a morir en un holocausto nuclear después de todo. Al menos no hoy. Los poderes fácticos han sido persuadidos para que abandonen la carrera armamentista y la guerra perpetua como su modus operandum aceptado”.

En suma, el cofundador de Pink Floyd, en sus breves y significativas palabras, con lucidez, nos insta a todas y a todos, por razones que podemos -y debemos- analizar -compartidas así sea parcialmente-, para que, desde los más diversos lados, asumamos nuestra responsabilidad quienes nos sentimos concernidos por el desbordamiento de comportamientos demenciales que determinan -ya- la situación mundial contemporánea, con todas las previsibles implicaciones -y el cúmulo de más que sombrías consecuencias, desde el punto de vista de nuestras vidas, y de la vida toda sobre nuestro planeta, que esta guerra amenaza de manera directa. Es cierto que la verdad de esta posición no es del todo “visibles”, para llegar a comprenderla plenamente es necesario ir más allá de la información producida por los bandos involucrados en esta guerra, ir más allá de las narrativas impuestas a través de los medios de comunicación masivos que reproducen versiones intencionadamente falsas, manipulando la información para generar una percepción colectiva capaz de avalar las demenciales decisiones encaminadas a mantener un “orden mundial”, insostenible, en realidad, un orden abiertamente crimilegal, con el que nos conducen por un camino cuya única desembocadura desafía todo lo que podamos imaginar, en términos de sufrimiento, de crueldad, de atrocidades desatadas por una guerra que anuncia una serie de guerras -sin fin-, de una forma denominada -ya- como Guerra Total.

Agregaría, para remarcar la pertinencia y actualidad del mensaje de Roger Waters, que invitaría encarecidamente a leer completos los estudios de la Federación de Científicos Americanos que, entre otras acciones, mantienen funcionando el llamado “reloj del juicio final”, (doomsday clock) (2) con el que se busca indicar lo lejos o lo cerca que podemos estar de una -ya, hoy- más que posible conflagración nuclear: nunca antes habíamos estado tan cerca de la medianoche, según este grupo de científicos, cuya herramienta es el mencionado reloj, nos encontramos -con la Guerra en Ucrania- a solo 90 segundos de la hecatombe. 

Basta leer con cierto detenimiento, en la misma página web del Boletín de Científicos Atómicos. el texto: NO HAY DÓNDE ESCONDERSE. (Cómo la guerra nuclear te matará a ti y a casi todos los demás). Disponible en Internet, subido en octubre del 2022, elaborado por François Diaz-Molin. Donde inicia haciendo alusión a un boletín del Departamento de Manejo de Emergencias de la Ciudad de Nueva York, del verano pasado. Donde se dice a los televidentes: “Ahora hay un ataque nuclear. No me pregunten qué está pasando, solo sepan que hubo un ataque nuclear”, después se ofrece a los neoyorquinos consejos en caso de un ataque nuclear… “permanezcan en casa y estén atentos a las últimas noticias de los medios y el gobierno”.

Nada más lejos de la verdad. Opera el “sesgo de normalidad”, (también gracias a la información manipulada por los medios de comunicación “alineados” a la versión dominante -en el lado “occidental”, al que pertenecemos, así sea periféricamente-), debido a ese sesgo de normalidad, no nos parece extremadamente elevado el riesgo que todas y todos corremos, tendemos a considerar que la vida seguirá más o menos de la misma manera en que la conocemos. La verdad es que, con la cantidad de ojivas nucleares existentes, miles de millones perecerían con las explosiones, y el resto de nuestra especie lo haría a través de las consecuencias posteriores, letales no solo para la vida humana sobre el planeta.

El mensaje de Roger Waters nos concierne a todas y a todos, no hay nada más urgente que la impostergable necesidad de tomar la palabra, de tomar la calle, de hacer todos los esfuerzos a nuestro alcance para establecer la paz; es crucial que reflexionemos, individual y colectivamente, en la familia, en el café, en la escuela, en la fábrica, en la oficina, en los espacios recreativos, en nuestro tiempo libre, sobre la necesidad de asumir, con sus propias palabras…  el “único curso de acción sensato hoy” … “pedir un alto al fuego inmediato en Ucrania”.

Para revisar: 

(1) URL: Video de la participación en la ONU: https://www.youtube.com/watch?v=7tE1_9fJ0Gc&t=9s

(2) Doomsday Clock – Bulletin of the Atomic Scientists (thebulletin.org)

(3) https://thebulletin.org/2022/10/nowhere-to-hide-how-a-nuclear-war-would-kill-you-and-almost-everyone-else/#post-heading

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