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domingo, 28 abril, 2024
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De desventura, zozobra y despertar

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Por: Víctor Santa Rita Villa • Araceli Rodarte • Admin •

Pocas son las épocas de desventura en México que pudieran recordarse acordes a lo que hoy en el país acontece, innumerables son las cuestiones que la tranquilidad de esta bella tierra merman y a sus habitantes aquejan, pues desde el nefasto crimen de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa y ahora el recrudecimiento del suceso con el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, anunciando sus muertes a cuenta gotas, bajo el velo del aparato de procuración de justicia y todos sus vicios, con un presidente de la República pidiendo que la nación lo supere, mientras en todo el país se repite el mismo esquema, con asesinatos ya cotidianizados como el de la enfermera michoacana de 19 años, Erika Kassandra Bravo Caro, reportada como desaparecida desde el 3 de diciembre y encontrada sin vida, con signos de tortura y desollada el sábado 6 del mismo mes, secuestros a la orden del día y un aparato de gobierno cada día más evidenciado en corrupción, compadrazgo y tráfico de influencias.

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Empero, sin lugar a dudas, con la entrada en vigor de todas las propuestas impulsadas por el reformismo, su aprobación sin miramientos y el ya poco recordado “Pacto por México” la nación ha pasado de la desventura a la zozobra; todo esto sea dicho desde la perspectiva de los ciudadanos de “a pie” quienes día a día obedecen y padecen las disposiciones y distorsiones constitucionales de un gobierno que más que velar por el crecimiento económico y social, pareciera que atiza con cada acto el fuego de la rebelión, concostos de vida inaccesibles y los aparatos de justicia, como la Suprema Corte de Justicia de la Nación y organismos similares, sordos ante las exigencias y demandas de un pueblo ya cansado de discursos pletóricos en demagogia y carentes de soluciones reales, como es el caso de Agustín Gómez Pérez, de 21 años de edad, indígena chiapaneco que se inmolara frente al congreso de Chiapas el 5 de diciembre de este año; sobrino del líder del Frente Popular Ricardo Flores Magón, Florentino Gómez Girón,  preso desde mayo por acusaciones señaladas como carentes de sustento.

No obstante la situación imperante en todo el país, con las protestas en boga y el mundo observando, los personajes políticos de derecha, izquierda e intermedios, hacen del río revuelto su ganancia,  con las promesas de siempre,  como lo dijera Julio Hernández López “Astillero” en la entrevista que le hiciera Leonardo Schwebel en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y que recuerda a Ricardo Flores Magón, “los políticos aplazando las soluciones que el pueblo requiere hoy, para después del triunfo electoral”, sin  observar que el país que se cae a pedazos y que la juventud por más criminalizada que esté, incluso con la poco sonada y bastante nefasta “Ley de movilidad” que sujeta la prohibición, a consideración de los gobiernos estatales las protestas, no está dispuesta a disimular su molestia y pese a las infiltraciones en las marchas y los actos vandálicos de infiltrados, no cejarán en sus demandas y menos aún en las solicitudes que tan justamente realizan a un gobierno basado en los medios y su propaganda y no en resultados concretos, ni a corto plazo.

Evidentemente, el momento de México no está, ni estará sujeto a la intervención de un personaje político, menos aún en uno de los que se encuentran inmersos en la misma maraña sistémica de la que emanan las problemáticas que estrangulan, no sólo a la juventud, sino a todos los mexicanos por igual, la situación actual no ofrece lugar a sesgos políticos, ni a soluciones mesiánicas, los requerimientos de la sociedad son comunes y como tales deben surgir de la coyuntura social, del encuentro de las masas que hoy claman por justicia, no únicamente por 43 estudiantes, del mismo modo y por igual por los más de 21 mil desaparecidos, según cifras oficiales; también por todos aquellos jóvenes que sin oportunidades reales de trabajo han sido entregados a protagonizar tan infames hechos manipulados por los flagelos más dolorosos para el país y para cualquiera en el mundo que observe, como es el crimen.

El momento de México y todos los nacidos en este país es hoy, sin clichés, pero con conciencia de que la responsabilidad sí está en “uno mismo”, con el más puro afán de arrebatar lo que se ha entregado a algunos cuantos por conformismo, por la comodidad de dar en un acto de sufragio lo que a todos como ciudadanos de esta tierra corresponde y que es la conformación de frentes comunes y sólidos de los que surjan personajes de verdad electos por el pueblo y para el pueblo y no por cúpulas partidistas, por dedazo y sólo para cumplir con compromisos, intereses propios, de sus allegados e inversionistas. ■

 

* Profesor de primaria y miembro de la CNTE

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