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martes, 30 abril, 2024
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Zacatecas: un impacto emocional en la ilustración de las ideas

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR • Araceli Rodarte • Admin •

Historia y poder

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Cuando un pueblo seduce al país y al mundo con su naturalidad y su doble encanto,  es motivo de admiración, por un lado, la vertiente prodigiosa que le brindó a todos los caminos el trabajo y las ideas y por el otro, el más real y verídico, el ser siempre un pueblo como el nuestro y quien sigue esmerándose por aceptar todas las corrientes de pensamiento, de accionar y de concretar sus sueños de seguir hacia adelante.

Padecer a la humanidad entera con sus vicios y virtudes, entregarse por entero a las jornadas laborales, pugnar por leyes nuevas, abrir caminos y escuelas, tener siempre el sentimiento a flor de piel para decidir qué camino tomar, ha sido motivo en más de 450 años de la nueva historia, non exenta de la brutalidad de las políticas de los señorones implicados en decidir el futuro de miles, pero también de verdaderos personajes que le dieron vida y fe a la cartelera mágica del humanismo, las letras y la música, las artes todas en las manos de la gente curiosa.

Ningún estado en el país como Zacatecas para ofrecer a los extraños casa y agua, pan y libros, un espacio y una nueva forma de vida, libres y orgullosos en tanto se cernían sobre su cabeza o el tumulto o la revuelta, la cárcel despiadada, los hospitales fríos o sin medicinas, así, ya hemos registrado que desde 1870 a 1945, una nueva oleada de inmigrantes provenientes de todo el mundo arribaron a nuestro estado buscando un techo, abrir un negocio, encontrar un trabajo.

Muchos lo lograron, la gran mayoría acoplándose a la vertiente de los días, uno de ellos, lo fue el guanajuatense Nazario Espinosa Araujo, litógrafo que dejo sorprendentes productos que asombraron y le dieron siempre fama, trabajo, admiración y su labor fue siempre bienvenida, aun a costa de sufrimientos y de la devastación de sus talleres en plena guerra civil en la Toma de Zacatecas de 1914.

“Se puede afirmar que están presentes en esta producción las premisas de rasgos característicos del siglo 20, tales como la ascensión del impacto publicitario, del lenguaje ideográfico, del reino del icono, de la comunicación visual y del simbolismo gráfico. Se alude a invenciones que han revolucionado el modo de vida, como son la luz eléctrica, el telégrafo o la fotografía, igual que la máquina de vapor y el ferrocarril. La tendencia pictográfica del artista se manifiesta en su gusto por los emblemas de oficios. Es así que el arquitecto está acompañado de sus instrumentos de medición y de dibujo, el médico del caduceo, el boticario del mortero con su maja, el cartógrafo del mapamundi y el minero del martillo, pico y pala”.

Así, abrió la puerta para la imaginación y el comercio, la altivez y el orgullo de trabajar para una ciudad que le dio siempre el abrigo necesario para su labor prodigiosa.

Tuve la oportunidad de platicar con sus descendientes en una conferencia sobre aerolitos que dictó el maestro Eugenio del Hoyo en nuestro Guadalupe y me dio un gusto enorme, pese a que buscaban afanosos quien les editara un libro sobre su abuelo, sin encontrar respuesta, pese al despilfarro enorme.

La ciudad y el reto de seguir queriéndola, siempre justa, libre, y sin la quiebra, ni la pereza, menos la injusticia. ■

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