Hace una semana encontré en la Internet un documento que un estudiante de Doctorado de nombre Gene Bunin intitula “He perdido la fe en el mundo académico” (http://www.las2orillas.co/la-academia-es-ciencia-es-negocio). Esto me llevó a preguntarme, qué pensamos los profesores y estudiantes de nuestra propia universidad, cómo nos ven nuestros alumnos y cómo nos vemos como investigadores.
Esta situación ha venido a mi conciencia después de dos encuentros con el secretario general de la UAZ a quien un grupo de destacados investigadores hemos querido persuadir de que el modelo de Estímulos al Desempeño del Personal Docente (ESDEPED-2015) debe encaminarse hacia el diseño de un modelo de universidad con perspectiva nacional e internacional. No sorprendió mucho que este funcionario no entendiera el argumento central de nuestras preocupaciones, pero lo que si causó sorpresa fue que quien administra el programa, a pesar de contar con el Grado de Doctorado, no alcanzara a entender la propuesta.
Veamos cómo nos evalúan internamente y qué consecuencias tiene esa evaluación:
El modelo de evaluación de ese programa otorga un puntaje de cero puntos al docente que cuenta con el grado de Licenciatura, Maestría y Doctorado. Significa que, para esta administración universitaria no interesa promover la formación de profesores. Un segundo ejemplo es el de las citas bibliográficas que un profesor recibe como reconocimiento de sus aportes a la ciencia, en el año anterior a la evaluación; el modelo sólo acepta dos citas. Entonces, carece de importancia que los investigadores de la UAZ sean referentes en la literatura mundial. Un tercer caso es el de los premios recibidos; si un profesor universitario recibiera un Premio Nobel ese reconocimiento tendría un valor de cero puntos. Para colmo, sólo es posible registrar cuatro ponencias y quien supere esa cifra debe reconocer que para la UAZ eso no importa. Para coronar ese modelo si un docente realiza una estancia posdoctoral o una estancia sabática, como tiene que cambiar temporalmente de residencia para entrar en relación con sus pares, entonces no estará frente a grupo y por esa razón no debe de ser incluido en el programa Estímulos al Desempeño del Personal Docente ¡Más claro no puede ser! Se trata de un modelo endogámico que combate la movilidad y la internacionalización de sus profesores. Una universidad que hace esto no puede conseguir más recursos ni convencer a nadie de lo que hace.
Los argumentos de las autoridades universitarias para mantener el modelo son absurdos. Se dice “son lineamientos nacionales”. No alcanzo a comprender por qué nuestros funcionarios se niegan a entender que cuentan con un amplio margen para diseñar dicho modelo con autonomía. De verdad creen que “la Federación” los castigará porque reconocen los grados académicos, porque fomentan que los investigadores asistan a foros y congresos internacionales, porque sus profesores reciban reconocimientos de alto nivel y porque hagan estancias de investigación en universidades de prestigio internacional? Todo eso es falso. Si realmente lo creen es sólo por el absoluto desconocimiento de que como funcionarios de la Universidad Autónoma de Zacatecas sólo administran lo que les llega y no cuentan con visión para tomar iniciativas proactivas que hagan avanzar a la UAZ.
En mi calidad de evaluador durante tres años consecutivos de proyectos financiados por el Conacyt me he enterado que la UAZ no participa en las convocatorias para recibir financiamiento para la investigación, a veces hay un solo proyecto de investigación dos que son la excepción. Tampoco se están solicitando apoyos a Conacyt para la realización de estancias académicas. Esto tiene su lógica: si se cuenta con un proyecto de investigación financiado y si se logra concluir con su respectivo informe final el modelo con el que nos evalúan otorga sólo diez puntos; pero si se entrega un engargolado de copias fotostáticas, eso se reconoce como material didáctico para la docencia y el modelo lo valora en quince puntos; entonces, el profesor prefiere sacar copias fotostáticas de varios autores. Además, si un profesor abre una página web le otorgan veinte puntos. Por supuesto, todo esto es perjudicial para quienes están concentrados en armar proyectos de investigación, registrarlos, realizar trabajo de campo, procesar los resultados y entregar informes. Digámoslo claramente, el Modelo ESPEDED-2015 desincentiva el esfuerzo por la superación y la productividad de los docentes de la UAZ.
Entonces, ¿quiénes están como funcionarios al frente de la UAZ? Si revisamos la plantilla de los principales funcionarios, todos ellos son personas que no han destacado en la academia y menos en la investigación; por eso no nos comprenderán jamás. Sus decisiones erráticas le hacen un enorme daño a la Universidad. Pero esto no es de ahora: también los líderes políticos de los grupos de la UAZ se distinguen por los mismos vicios de los funcionarios de primer nivel. De hecho, a veces son unos y a veces son otros los que están al frente de la universidad y su manera de comportarse es muy similar.
Existe un ejemplo que hasta mencionarlo causa furor: uno de los líderes de la vieja guardia universitaria en una de las últimas asambleas dijo que la distribución de las 2,800 horas para los docentes universitarios no se resolvía porque los directores de las Unidades Académicas aún no recibían línea de sus líderes políticos y que mientras eso no sucediera la distribución no se iba a resolver. Como eso me pareció exagerado, interrumpí bruscamente al orador y le pregunté si entonces nosotros éramos rehenes de esos líderes; y sin inmutarse dijo que sí.
Hemos llegado a una situación tan difícil, que aún así, no logramos convencer a quienes han detentado el poder en la UAZ que con ese tipo de prácticas no es posible abrir una negociación con las autoridades federales que ayude a resolver los problemas estructurales que nos ahogan y que ponen en riesgo la viabilidad de la Máxima Casa de Estudios.
Pero, a diferencia de otros universitarios que en todo esto solo ven lo imposible; estoy convencido que tenemos condiciones para romper con ese sistema de control y con ese modelo de universidad que escondiéndose bajo un lenguaje “revolucionario” nos han impuesto. Lo podremos hacer a condición de que hablemos con la verdad, lo hagamos con humildad y mostremos el camino que nos puede unir en un proyecto de universidad renovado, encabezado por académicos con capacidad de impulsar iniciativas desde la autonomía universitaria y de convencer a quien sea de la seriedad de nuestras propuestas. ■
