Aunque está de moda ser “anti Juarista”, a mí me encanta como estudioso de la historia, la época de la Reforma, la segunda Gran Transformación que vivió este país. Aquellos “hombres que parecían gigantes”, como los llamó Luis González, entre los que se encontraban Benito Juárez, Ponciano Arriaga, José Santos Degollado, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, José María Mata, León Guzmán, Manuel Romero Rubio, Ignacio Mariscal y Francisco Zarco todos de una misma generación pero respaldados por dos próceres más viejos como lo fueron Valentín Gómez Farías y Juna Álvarez.
La principal tarea de estos hombres de aquella época fue, sin duda, la defensa del Estado y la separación del mismo de la iglesia y a su vez, el resurgimiento del fervor nacional que a la postre nos llevaría a derrocar al último gobierno semi monárquico de la historia. De tal suerte que con este antecedente debo cerrar corchetes con la siguiente frase:
“Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
El pueblo de México ha ungido democráticamente a un Presidente que encabeza el poder ejecutivo, dónde reside en parte, la soberanía de la Republica y así, a su vez, con todas las consecuencias buenas y malas, erróneas o acertadas, populares y sin rating, la posición del gobierno en turno es la voz del presidente de México. De tal suerte que en cuánto a la posición que ha adoptado el gobierno actual sobre su política energética puede ser no compartida, no aceptada, no amable con el medio ambiente… pero representa la firme postura de un gobierno electo democráticamente, incluso cuando muchos, la mayoría de mexicanos, no hayan votado por ese proyecto (abro paréntesis).
*México es un país diverso y plural con una población estimada de 126,014,024 millones de habitantes. El padrón electoral es de 90 millones de mexicanos del cual solo votan en elecciones concurridas, un máximo del 70%, pero por el proyecto que hoy encabeza nuestro presidente, solo votaron 30 millones de personas. Esto, de ninguna manera le resta legitimidad al gobierno en turno, solo lo explico para contextualizar.
La propuesta en materia energética de este gobierno se basa en mantener la misma política del pasado, dando paso a cierta y gradual independencia en cuanto a importaciones de gasolina y un ligero matiz de energías verdes, pero en pocas palabras, esta política le apuesta a volver a tener la bonanza del pasado con una economía petrolizada, exitosa pero con un futuro incierto porque en el concierto internacional la tendencia es a la inversa, y no es por moda, simplemente los vehículos de combustibles fósiles están en su última fase y la generación de energía eléctrica por medio del carbón pareciera prehistórica y sucia. La refinería de Dos Bocas apenas resolvería la independencia de gasolina del mercado en un 11%, si le sumamos la nueva refinería adquirida en Texas de Deer Park, suponemos que otro tanto similar para promediar, del total de la demanda de gasolina del mercado nacional, una suficiencia de apenas el 22%, por lo que habremos de seguir importando gasolina. Y tal vez, solo tal vez si está esta misma política energética continuara otro sexenio, en una o dos décadas podríamos alcanzar la auténtica autosuficiencia energética, pero para entonces los coches serán movidos por alguna energía limpia.
De tal suerte qué, la apuesta del gobierno federal es temeraria pero valida y democrática, incluso respaldada por un gran número de mexicanos, por ello, hace unos días, el otrora gobierno del país más contaminante del mundo y promotor de romper los acuerdos en beneficio del planeta, ahora manda a un emisario de primer nivel a manifestar con “cortesía diplomática” su desacuerdo con la política energética de México.
Que el vecino país del norte y su presidente Joe Biden manden a un peso pesado a tratar de cabildear a su favor la reforma, habla del interés que hay en ella, interés por supuesto traducido en dinero, en miles de millones de dólares. Se vería muy mal (y eso les preocupa) que en la próxima cumbre climática, E.U.A. no lleve “alineado a su principal socio comercial, sobre todo cuando las grandes potencias están enseñando el colmillo a ver quién tiene más poder en el concierto mundial por el posible recrudecimiento de la guerra entre Ucrania y Rusia. Todo es parte de lo mismo, una pequeña pieza, un pequeño detalle es parte de un todo, incluso las declaraciones del presidente de México del día de ayer, sobre poner “pausa las relaciones diplomáticas con España” tiene un significado en el tablero mundial de que hacer política… Geopolítica.
