Aparece una nota en “El Universal” el día 6/01/2024 con el título “Universidad de Zacatecas arrastra adeudos millonarios con el ISSSTE”. En esta, la secretaria general del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ) realiza una serie de declaraciones que reiteran las realizadas en años previos por dirigentes ya casi en el olvido. Por ejemplo, la Dra. González Arenas indica que recurrió el sindicato “al acceso a la información” para obtener un informe del ISSSTE y conocer datos financieros de la universidad. Años antes, con menos éxito, José Crescenciano Sánchez Pérez propuso, en 2015, (“SPAUAZ pedirá intervención del gobierno para conocer situación del adeudo al ISSSTE” IMAGEN, 15/05/2015) inmiscuir al Gobierno del Estado de Zacatecas en los asuntos universitarios a fin de lograr conocer los avances en las negociaciones con el ISSSTE relativas a los adeudos de la universidad. Otro ejemplo, el SPAUAZ, a través de la Dra. González, exige se entregue el “convenio de reconocimiento de deuda y forma de pago que formalizó la UAZ con el ISSSTE, además de pedir el documento en el que el gobierno del Estado acepta fungir como aval”. En 2016, por fin, tras reiteradas peticiones del SPAUAZ, la rectoría de la UAZ firma un convenio de finiquito del adeudo con el ISSSTE (“Convienen UAZ e ISSSTE el finiquito de más de 700 mdp” Express Zac, 24/05/2016). Como se aprecia, eso mismo, un convenio para liquidar los adeudos, exige el SPAUAZ. No está mal, lo equivoco es olvidar las lecciones históricas. Apenas en 2017 el rector, Dr. Antonio Guzmán Fernández, sostuvo que sin un apoyo extraordinario no se podrían pagar las mensualidades del convenio firmado por el Ing. Silva Chairez (“Pretende rectoría firmar nuevo convenio con el ISSSTE para liquidar deuda histórica” La Jornada Zacatecas, 15/05/2017). Incluso declaró: “Este año, el documento establece que deberán pagarse 99 millones, pero no se han podido abonar”. ¿Se concluyó de pagar el convenio? Al parecer no. La conclusión, que se escapa a los dirigentes sindicales, al menos en sus retahílas públicas, es que exigir firmar un convenio de pagos con el ISSSTE requiere un incremento al presupuesto. De otro modo no habría manera de pagar las mensualidades exigidas por el acuerdo y las cuotas de seguridad social ordinarias. ¿Ignoran este dato los líderes del SPAUAZ? No, pues en otras declaraciones confirman que saben que el presupuesto es insuficiente para dar cobertura a todos los gastos (“Lideresa sindical considera insuficiente el subsidio para la UAZ” El Sol de Zacatecas” 6/12/2023). Entonces, si tienen claro que el presupuesto no alcanza, y exigen se firme un convenio sin que haya un incremento a ese subsidio insuficiente, o gustan de las contradicciones, o siguen un guion político de desestabilización de la institución. Que es esta última opción la de los dirigentes del SPAUAZ y sus asesores queda claro por las políticas que siguen para gestionar los asuntos internos del sindicato. No pudieron llevar adelante la reforma estatutaria por su insistencia en actuar de manera despótica y apatronada, en particular, por su decisión de expulsar del padrón a quienes no consideran de su grupo. Y es ese su mismo actuar ante la conformación del pliego petitorio o la integración de las delegaciones sindicales. Lo fundamental que se debe resaltar es el olvido en el que se deja a los agremiados y la ausencia de espíritu democrático, así como la abundancia de sermones edificantes como cobertura de una ideología autoritaria. Debido al avance y aceptación del “proyecto de modernización de la educación superior” los sindicatos no determinan los emolumentos de los universitarios. De la misma manera, no pueden incluir cláusulas de exclusividad en la contratación, pues son las universidades las que definen cómo y a quién contratar de manera temporal o permanente. Ante esto, un procedimiento como la regularización resultaba benéfico, pero los intereses políticos determinaron que esa prestación debía cesar. La respuesta de la presente dirigencia sindical a los retos de la modernización es hacer mutis y canjear la actividad en favor de los agremiados por un proyecto político. Este incluye financiar campañas por la rectoría y alguna diputación mientras dispersan palabrería gratuita de supuesta oposición al patrón. Más que cumplir la promesa de novedad, reorganización y apertura, como estipula en su discurso ideológico, la Dra. González Arenas reitera prácticas agotadas, propias de quienes llevaron a la universidad al endeudamiento y a ella a la dirigencia del SPAUAZ. Por ende, resulta claro que el proyecto de un sindicato para todos es inexistente: y la pretensión es utilizarlo como medio de manipulación y desestabilización. De organización de la ignorancia, en resumen. De entre los grandes problemas de la universidad apenas unos pocos se traducen en problemas acuciantes de los docentes. Y estos no pueden ser resueltos por la UAZ y mucho menos por el SPAUAZ, pues la solución consiste en, primero, un aumento al presupuesto y, segundo, la adecuada utilización del mismo. ¿Huelgas? Sí, para negociar lo inconfesable y pregonar el control de la institución educativa, porque soluciones a los problemas de los agremiados no, ni una. Incluso la dirigencia del SPAUAZ tiene interés en agrandar y exagerar los conflictos, como parte de su agenda política.
El SPAUAZ en su laberinto: los 3000 millones
