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domingo, 28 abril, 2024
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Ofrece Simitrio Quezada su versión de la ruptura amorosa en Raída que fuiste nube

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Por: ALMA RÍOS •

■ Importa a la poesía que cada lector se apropie de ella y la comprenda a su modo, expone

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■ “Yo soy la voz poética, pero ella es la que me está soñando a mí”, señala el autor de los versos

Simitrio Quezada (Jalpa, Zacatecas, 1975) presentó ayer, dentro del programa académico propuesto para el 29 Festival Cultural Zacatecas 2015, su poemario Raída que fuiste nube (IZC-Texere, 2915). Obra ganadora del certamen nacional, Juegos Florales Ramón López Velarde 2010, convocado por el ayuntamiento de Jerez de García Salinas.

Para Simitrio Quezada, colaborador de La Jornada Zacatecas, importa para la poesía que cada lector se apropie de ella, la comprenda a su modo, y en este caso, aprenda la manera en que el autor busca trascender la ruptura amorosa para pasar “del simple lamento a lo poético”.

La decepción por amor, agregó, en el caso de los mexicanos, tal vez se proponga como un  “fenómeno sintomático digno de estudio”.

Desde su perspectiva, más allá de los ecos josealfredianos, “el grito y el tequila”, -muy propios de la catarsis al estilo autóctono-, intentó con este poemario escrito en su primera versión durante pocos más de dos meses y que propuesto en 52 partes alude justo a la completud de un ciclo, ese que siempre cierra de una u otra forma el amor, que su dolor se imprimiera de forma permanente y significativa.

Raída que fuiste nube suma esos primeros casi tres meses de trabajo ocurridos en 2002, y un esculpir verso por verso, durante los 11 años posteriores, cada noche y “a la manera de López Velarde”, para que quedara, dijo, de la mejor manera posible.

La obra surgió a la manera de un sueño, un delirio, donde “yo soy la voz poética, pero ella es la que me está soñando a mí”.

Ese delirio fantástico hace recuerdo y homenaje a la ruina pero también a lo que fue antes de serlo.

En la portada de la edición aparece una fotografía de Pedro Valtierra. Una imagen tomada el 19 de septiembre de 1985, luego del sismo que cambió no sólo la faz de la  Ciudad de México sino la de la ciudadanía.

En un primer plano, aparece una Venus clásica, mutilada de brazos, detrás, sobre los escombros, un Topo, de aquellos celebrados rescatistas que también surgieron para la historia en medio de la tragedia.

“Me pareció que era la más adecuada. La Venus puede representar esa amada, esa Raída que fue una nube pero que a fuerza de traición, a base de la desilusión, se convirtió en una deshilachada …detrás, todo el desastre, porque en varios versos estoy hablando del amor que hubo entre ella y yo, como una gran ciudad”.

Ese espacio que se construye, que se habita, fue finalmente destruido de algún modo, pero la antes amada intenta sobrevivir en sus ruinas, “como un espíritu, un fantasma, una hechicera…”.

Los comentarios a Raída que fuiste nube, fueron encomendados al humanista y poeta Veremundo Carrillo Trujillo, con quien Simitrio Quezada comparte una historia que va del mito a la cercana y entrañable amistad.

El fundador de la Escuela de Humanidades de la UAZ, en este trayecto, ha sido presencia, referente e inspiración.

“Ha tocado en el camino” que el también poeta, haya sido juez en concursos literarios, de la obra de Quezada, por lo que dijo estar “contento de que Veremundo me recomiende con los lectores de poesía en Zacatecas”.

Raída que fuiste nube, tendrá gracias a los vínculos de distribución nacional e internacional de Texere, amplia difusión, que adelantó el autor en su presentación en las próximas a celebrarse, Feria del Libro en Español de Los Ángeles (Léa-LA) que organiza la Universidad de Guadalajara y la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Asimismo, Simitrio Quezada ha sido convocado para promover este poemario, por lo pronto, en los municipios zacatecanos, Juchipila y Río Grande.

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