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sábado, 18 mayo, 2024
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De dónde salió ese mexicano que disputa la alcaldía de Chicago

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Por: RAÚL ROSS* • DANTE GÓMEZ* •

De acuerdo con el censo de EU de 2010, la población de Chicago era de 2 millones 695 mil 598; dividida en: 32.9% afroamericana, 31% anglosajona, 28.9% latina y 5.5% asiática. (Los mexicanos son uno de cada cinco chicaguenses o tres de cada cuatro latinos). Es importante aclarar que el peso demográfico alcanzado por los latinos en Chicago no se traduce en igual peso electoral, debido principalmente a que muchos de ellos no son ciudadanos estadounidenses. Así, este 29% de la población termina alcanzando una representación de tan sólo 15% del electorado.

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De lo anterior queda claro que la fuerza que ha venido adquiriendo la candidatura del mexicano Jesús Chuy García, a la alcaldía de Chicago, no se debe única ni principalmente al voto latino que, desde luego, le favorece. En la elección del 24 de febrero pasado Chuy sacó 33.8% de los votos frente el 45.4% de Rahm Emanuel, el alcalde actual. Para la elección del próximo 7 de abril una encuesta, publicada este 8 de marzo, coloca a Chuy con 38% de la intención de voto y a Emanuel con el 43.5%, con 18% de electores indecisos y un margen de error de más del 3%.

Chicago no es una ciudad en la que se pueda emerger fácilmente abrazando causas sociales y actuando con posturas independientes de la maquinaria del Partido Demócrata, que es el caso de Chuy. La eficacia de la maquinaria de Chicago es de fama histórica y nacional: borró del mapa al Partido Republicano, que desde 1931 no ha ganado una sola elección local. En 1955 colocó en la alcaldía Richard J. Daley, quien se reeligió hasta su muerte, en 1976, consolidando bajo su jefatura personal un aparato electoral invencible que repartía entre sus seguidores, familiares y amigos los cargos y empleos del gobierno de la ciudad a cambio de seguir apoyando a la maquinaria. De la misma manera se ofrecían los servicios públicos, se destinaban las inversiones y se asignaban los contratos de obras y servicios. En este esquema los perdedores eran los barrios afroamericanos y latinos.

El jefe de la maquinaria murió en 1976; pero, aunque esto la debilitó un tanto, no le impidió asegurar la elección de los siguientes dos alcaldes. Por otro lado, el censo de 1980 colocó a la población anglosajona en 43%, perdiendo la mayoría absoluta de que siempre había gozado en la ciudad, mientras que la afroamericana casi se le empareja con 40% y la latina alcanza 14%.

En 1982, un nuevo movimiento progresista, independiente y anti maquinaria liderado por el entonces congresista Harold Washington, impulsó una novedosa coalición entre las comunidades afroamericana y latina. En 1983, con la participación de más de 100 mil nuevos electores, Washington se convirtió en el primer alcalde afroamericano de Chicago.

Esta alianza no habría prosperado en la comunidad latina de no haber sido por el trabajo que Chuy realizó junto con el falleecido Rudy Lozano, el líder de origen mexicano más reconocido en la historia reciente de Chicago.

Washington ganó la alcaldía, pero la maquinaria mantuvo su mayoría en el cabildo, que usó para boicotear su gestión. Es hasta las elecciones especiales de 1986, cuando sus aliados empataron fuerzas, que empieza realmente a gobernar usando el voto de calidad reservado para el alcalde. En estas elecciones, Chuy, que había sido funcionario de la administración de Washington de 1984 a 1986, ganó para las fuerzas independientes el distrito para concejal con mayor densidad de mexicanos.

Washington murió en 1987. Poco tiempo después la coalición se desintegró y la maquinaria pronto recuperaría la alcaldía; en 1989, Richard M. Daley, hijo del otro Daley, la gana, permaneciendo en ella hasta su retiro voluntario en 2011.

Chuy se mantuvo independiente y como concejal hasta 1992, cuando gana la campaña que lo convertiría en el primer legislador estatal de origen latino en Illinois. Sin poder hacer un grupo parlamentario latino por ser el único de ese origen en el Senado, se sumó al grupo afroamericano del que, curiosamente, llegó a ser su coordinador. En la elección de 1998, Daley y los políticos mexicanos leales a la maquinaria le hacen perder su cargo de senador. Chuy se dedicó a dirigir una organización de desarrollo comunitario hasta 2010, cuando regresa a ganar un puesto de comisionado del condado, en el que permanece hasta la fecha.

La fuerza que ahora ha alcanzado la candidatura de Chuy se explica por su trayectoria independiente, su cercanía a la comunidad afroamericana y su demostrado compromiso social, y el hecho de que la mayoría de los votantes no haya favorecido a Emanuel podría ser síntoma de su hartazgo de la maquinaria, que podría beneficiar a Chuy. Pero la moneda seguirá en el aire hasta el próximo 7 de abril, cuando se sabrá si Chicago está listo para celebrar a su primer alcalde mexicano. ■

 

(*) Raúl Ross Pineda, [email protected], es un

activista radicado en Chicago, miembro de la Coalición

por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero

y autor de varios libros sobre el voto de los mexicanos

en el extranjero. Dante Gómez Martínez, [email protected],

es presidente de Casa Jalisco en Estados Unidos y fue

cónsul de México para Asuntos Comunitarios en

Chicago y en Nueva York.

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