11.4 C
Zacatecas
domingo, 28 abril, 2024
spot_img

“No tenemos armas, no tenemos armas”

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RICARDO FLORES •

Las desmedidas manifestaciones y las violentas protestas en todo el país, concretamente en el estado de Guerrero donde cientos de miles reclaman y exigen al gobierno la aparición de los normalistas pueden ser una tendencia de lo que en un futuro podríamos enfrentar al darse a conocer lo que realmente sucedió con los estudiantes desaparecidos.

- Publicidad -

En la ya popular Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, “Raúl Isidro Burgos”, se forman profesores con distintas especialidades y en diferentes niveles, misma institución ha sido durante décadas semillero de grandes líderes. Por sus aulas pasaron personajes como el oriundo de El Porvenir, municipio de Atoyac, de Álvarez Lucio Cabañas, de origen campesino fundador del Partido de los Pobres y también Genaro Vázquez Rojas, líder de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.

Ya son cinco semanas, que esos 43 estudiantes junto con otros tantos asistían a ésta institución con la convicción de formarse como profesores, seguramente cada uno de ellos con la voluntad de cambiar su mundo, y con la misión de regresar a su comunidad y aportar en la formación de niños y jóvenes que como ellos con demasiada necesidad pero con las mismas ganas de salir adelante.

El perfil del egresado de dicha institución es de un campesino preparado para alfabetizar a sus comunidades. En ella apenas sobreviven con los escasos recursos que los gobiernos esporádicamente les destinan y con “boteos” que se ven obligados a realizar con la intención de terminar sus estudios.

No todos sabían de su existencia hasta el 26 de septiembre cuando Ayotzinapa se convirtió en un foco de atención nacional e internacional tras darse a conocer públicamente el asesinato de 6 personas y la desaparición de 43 de sus estudiantes a manos del crimen organizado en coordinación con el gobierno.

Era una noche de viernes 26 de septiembre, 80 estudiantes de dicha institución iban rumbo a Chilpancingo partiendo desde la ciudad de Iguala para realizar una colecta que realizarían el día siguiente, iban a bordo de tres camiones previamente secuestrados que pertenecían a la empresa Costa Line, cuando al salir de la central de autobuses, policías municipales los señalaron como delincuentes y revoltosos, intentaron cerrarles el paso con patrullas y les dispararon; los estudiantes bajaron de los camiones pero los policías no dejaron de dispararles, de perseguirles, de gritarles, hiriendo a uno de ellos, a Aldo Gutiérrez Solano.

El boteo serviría para acudir a la marcha nacional que año tras año se realiza para recordar a los estudiantes muertos del 68 pero no, este año no irían pues la autoridad y el crimen organizado no se los permitiría, antes de llegar a su objetivo los elementos de la policía por órdenes del ex presidente municipal de Iguala José Luis Abarca, quien es señalado por las autoridades federales como presunto autor intelectual de la desaparición de los estudiantes mataron a seis, hirieron a 25 y 43 fueron desaparecidos.

Sí, elementos al servicio del pueblo asesinaron de manera cobarde a los estudiantes que sin estar armados sufrieron las balas gritando “No tenemos armas, no tenemos armas” proyectiles que tienen que ser dirigidos a personas que ponen en peligro la estabilidad del país, no a estudiantes.

Los han buscado en cuevas, en cárceles, en hospitales, en la sierra, en fosas, en ríos, incluso se fue Ángel Aguirre y seguro se irán más, se tapó un hoyo y se destapó otro, pues resultado de esa intensa y glamurosa búsqueda han encontrado más cuerpos de los que en un inicio buscaban, sin embargo ninguno de esos cuerpos encontrados en estado de descomposición coincide con alguno de los normalistas. Bioradares, cinco binomios equinos y aviones no tripulados, grandes helicópteros y buzos capacitados, diez mil federales y perros adiestrados, pero no aparecen los normalistas.

Guerrero, qué te han hecho,  lo que es cierto es que 43 normalistas desaparecidos han puesto más en jaque al gobierno del estado y del país que la presencia de los huracanes Ingrid y Manuel hace ya más de un año.

Hasta el momento hay 47 detenidos, de los cuales, 22 son policías al servicio de la organización criminal Guerreros Unidos pero, ¿Dónde están los estudiantes? ¿A dónde se tiene que ir para llorarles? ¿Qué se tiene que hacer para encontrarlos? ¿Cuánto tiempo más durará la búsqueda? Son las preguntas que multitudes se hacen, no hay respuestas, lo que sí es un hecho es que cuando los reflectores se apaguen y la gente ya no mire más a Ayotzinapa, los padres de esos jóvenes regresarán a casa en el mejor de los escenarios con sus hijos y en el peor de los casos solos, sin ellos, para extrañarlos, para llorar sus muertes, cuestionando al gobierno y siguiendo labrando su tierra, pero con 100 mil pesos que el gobierno les ha ofrecido a cambio de su silencio. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -