Hace unos días, en el marco del Foro La legislación mexicana de educación superior convocado por la ANUIES y el Senado, el titular de la Secretaría de Educación Pública Aurelio Nuño pronunció un discurso dirigido a los rectores de las universidades en los que estableció 6 retos en la materia. Aquí nos referiremos sólo a dos de ellos, la cobertura y el financiamiento. Hizo referencia a que la cobertura promedio entre los países miembros de la OCDE es de 50% mientras que en nuestro país la media apenas llega a 32% y que en lo que va del presente gobierno sólo se ha avanzado 3%. No se puede más que coincidir en plantear la meta de una cobertura de 50% como una meta de Estado, pues la masificación de la educación superior es una condición indispensable para que nuestro pueblo tenga posibilidades de construir su sociedad del conocimiento y de la innovación, para dejar de ser un pueblo encargado solamente de maquilar y ensamblar manufacturas diseñadas en otros países o, lo que es peor, expulsar a sus jóvenes.
Llama la atención el hecho de que a diferencia de las autoridades universitarias zacatecanas, el secretario de Educación no habló de detener el crecimiento de la matrícula o cerrar programas, por el contrario, habló de hacer posible que los jóvenes más pobres también deben tener acceso a la educación universitaria, lo que permite concluir que si el secretario está hablando en serio, una entidad como Zacatecas debe recibir apoyos especiales por cuatro razones: la cobertura actual es menor a la media nacional, la pobreza es mayor entre nuestros jóvenes, el financiamiento por alumno es de los más bajos del país y los investigadores son de los peor pagados, todo lo cual significa que aquí no es viable ninguna otra solución para el financiamiento de la educación superior que no sea el incremento significativo del financiamiento público.
En el contexto descrito, llama la atención la notable diferencia en las conductas que han mostrado diversas personalidades y equipos académicos y políticos de la UAZ, y la que se expresa en la convocatoria que los estudiantes están haciendo para movilizarse bajo la bandera de exigir el pago de las becas comprometidas por el gobierno. Mientras que los primeros dan tímidos pasos muy parecidos a los que daban los priístas que conducían al ICZ o al ICAZ para acercarse al político afortunado con el dedazo en el partido oficial, y hacerse visibles para lo que en el futuro se le pueda ofrecer, los estudiantes no dudan en movilizarse para impedir su exclusión por la vía de la desaparición de sus becas. Estudiantes de varias instituciones de educación superior que se autodenominaron Frente de Estudiantes Zacatecanos, denunciaron hay 11 mil 200 estudiantes afectados pues durante seis meses no han recibido el apoyo que va de 750 a mil pesos mensuales a cada uno de ellos. Veremos cuál de las conductas resulta dominante.
