■ Considero indispensable que se contrate a una empresa especializada: Jánea Estrada
■ Con el tiempo el Instituto Zacatecano de Cultura se convirtió en un “monstruo burocrático”
“Desafortunadamente hemos visto no en la pasada administración, sino desde hace muchísimo tiempo que se trabaja con base en las ocurrencias del director en turno”, dijo Jánea Estrada Lazarín, acerca de la gestión cultural desde el ámbito gubernamental. Agregó en el contexto de la renovación del Poder Ejecutivo en la entidad, que aunque muchas de estas ocurrencias han sido bien intencionadas, el asunto no se trata de un tema de “buenos deseos”, sino de la aplicación eficiente de la administración de los recursos para este rubro. Una que implica necesariamente la realización de un diagnóstico profesional del que derive un plan estratégico que haga funcionar al Instituto Zacatecano de Cultura de una manera más eficiente.
La promotora cultural desde hace casi 20 años, expresó que independientemente del partido político que acceda al poder luego de la elección de este 5 de junio, el diálogo que ha establecido con la gente de la comunidad artística y cultural arroja la necesidad de la realización del citado diagnóstico, pero también, el interés por el perfil que debe cumplir el nuevo titular del IZC.
“La planeación es indispensable en la administración de los recursos culturales con que cuenta el estado”, y se requiere saber en qué situación se encuentra Zacatecas y cuál es la relación que actualmente tienen las autoridades culturales tanto con la comunidad artística como con la población.
“Considero indispensable que se contrate a una empresa especializada para que pueda decirle al siguiente administrador en qué momento se encuentra” la institución para generar un diagnóstico y un pronóstico de los que surjan los objetivos generales de la misma, sus estrategias y tácticas para lograrlos, y asimismo, “la misión y visión, porqué no se tienen desde hace muchísimo tiempo definidas”, observó.
La directora del suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, La Gualdra, recordó de los orígenes del IZC, el que su titular fundador, Álvaro Ortiz Pesquera, inició sus labores con un grupo de colaboradores que no rebasaba las 10 personas.
Aunque era un Zacatecas con menos habitantes y en proceso de crecimiento, al transcurso del tiempo el Instituto se convirtió en un “monstruo burocrático” en que los asuntos y procesos se retrasan mucho, dijo.
La necesidad de hacer un diagnóstico del estado de cosas en el Instituto Zacatecano de Cultura implica la reingeniería de sus procesos, “es decir, determinar si realmente es necesario que exista tanta gente” y si ésta hace más eficiente su administración, organización y comunicación interna,
“Es una cuestión de administración básica. Lo que se tiene que hacer es revisar de qué manera mi organización está funcionando, quiénes trabajan, qué perfiles tienen, si están cumpliendo con el perfil necesario o no, si son necesarios”.
Lo que próximamente ocurra con el Instituto Zacatecano de Cultura deberá desprenderse de la obtención de esta información, incluso su conversión a Secretaría de Cultura. Un tránsito que Jánea Estrada cree innecesario en este momento, “porque desde mi punto de vista lo único que se haría es contribuir a que la burocracia se incremente”.
Por el contrario, observó, lo que le hace falta a la institución es mayor profesionalización y más presupuesto, “gente más preparada y más sensible, más cercana a la comunidad artística”.
Ejemplificó respecto de la falta de visión que padece el IZC con el tema de los museos, “que constantemente utilizan los políticos para decir que somos una ciudad-museo”, pero sólo en el discurso, ya que estos espacios permanecen vacíos.
“Hace falta que se generen políticas públicas que vinculen la difusión cultural con la educación y eso se irá desprendiendo de un diagnostico donde queden muy claras las necesidades, lo urgente a solucionarse”.
Agregó el tema de la vocación musical de Zacatecas y lo que ha implicado en su favor la fundación de la actual Unidad Académica de Artes de la UAZ, “de gran prestigio”, y que debería vincularse a la difusión y cultural y artística del estado, opinó.
“Son muchos programas que se pueden implementar pero a partir de que tengas ya los datos, porque si no, otra vez volveríamos a lo mismo, se empezaría a trabajar por ocurrencias nada más”.
Cada sexenio, dijo Jánea Estrada Lazarín, quienes integran la comunidad artística y cultural, incluidos gestores y promotores, “estamos siempre esperanzados a que ahora sí llegue al Instituto una persona que pueda cumplir con todas nuestras expectativas”.
A diferencia de otras coyunturas de cambio de administración, “en esta ocasión la comunidad artística y cultural está más integrada, y si está más al pendiente, no sólo de a quién van a ponerse en el Instituto, sino cómo va a desempeñarse”.
De esta manera el siguiente director del IZC, observó, “se estará enfrentando a un grupo de personas cada vez más preparado, más crítico y más dispuesto a colaborar, pero también, a criticar y a decir: ya no estamos de acuerdo en que las cosas se hagan de esta manera”.
Personalmente adelantó, espera que el próximo funcionario encargado de la gestión cultural en el estado, “sea receptivo, pero también muy propositivo. Tenemos prácticamente un campo fértil lleno de oportunidades y lo único que hace falta es que se determine esta visión y esta misión que durante los siguientes cinco años se tiene que cumplir”.
