El Instituto Educativo para Niños con Lesión Cerebral A. C. (IENLEC) atiende a más de mil 200 niñas y niños de forma mensual y brinda distintos tipos de terapia que ayudan a la mejora de la modificación conductual, sensorial y física, utilizando métodos como la musicoterapia y una de las incluidas recientemente, la terapia ecuestre.
El IENLEC, entre sus múltiples servicios, ofrece la musicoterapia, que está conformada con los diferentes elementos de la música con finalidades terapéuticas que abordan cada una de las necesidades del paciente, pues “el uso de música, el uso de los diferentes elementos en la misma como el ritmo y la intensidad del sonido, los tipos de sonido en los diferentes timbres, buscan lograr diferentes reacciones dentro de la persona, ya sea de tipo de relajación, o de activación”, explicó el encargado del área.
Por su parte, Alfonso Dávila, quien es director del instituto, explicó que áreas como las que incluyen terapia con animales buscan hacer un vínculo con el paciente y, de esa manera, avanzar en las metas propuestas y que, “por lo general, una persona con autismo no te habla con contacto visual, no hace realmente mucho por interactuar con la gente, entonces los perritos nos hacen de una manera muy amorosa y sin saberse el niño empieza a trabajar por querer buscar jugar con el animal. Los niños se esfuerzan porque, al final, tienen un contacto con un ser vivo”.
Terapia ecuestre brinda una rehabilitación integral
Paulo César Cortez Martínez, encargado del área ecuestre, explicó que dichas terapias buscan una rehabilitación integral, pues gracias a los beneficios que ofrecen los caballos, como la temperatura corporal, la dimensión a la que se encuentran los pacientes, pueden ofrecer confianza, equilibrio y seguridad al usuario, por lo cual, dependiendo del diagnóstico del mismo, se busca trabajar de una manera que genere un avance.
Los caballos con los que se trabaja son animales sensibilizados, es decir, aptos para la convivencia tranquila y constante con los pacientes, lo que permite trabajar de diferentes maneras, como lo es la coordinación de diferentes partes del cuerpo haciendo ejercicios sencillos.
“La parte sensorial nosotros la trabajamos junto con los caballos, como lo es la temperatura de los animales, nosotros la usamos para estabilizar una ansiedad, pues atendemos niños con alguna lesión cerebral, problemas emocionales, ansiedad y depresión”, explicó.
Además, la textura del pelaje de los caballos, es uno de los factores que ayuda a los pacientes a poder entrar a un estado de relajación, asimismo, la persona con discapacidad experimenta la diversión, el placer y la alegría que siente al montar a caballo, aportando de esta manera soluciones a los problemas de aprendizaje y adaptación que presentan las personas afectadas por alguna dificultad. Aumenta la motivación, estimula la afectividad, mejora la atención y concentración y estimula la sensibilidad táctil, visual, auditiva y olfativa.
