La “universalización”1 (rasgo de secularización) de la primera enseñanza en la Intendencia de Zacatecas, con sus primeros esbozos comenzó a propagarse en los dominios del imperio español un cuarto de siglo previo a Constitución de Cádiz. Con el México independiente, la masificación de la instrucción elemental se ampliaría con el empleo del método lancasteriano. Al dejar de impartirse sólo en los atrios de las iglesias por los curas doctrineros y en los conventos de algunas ordenes de regulares, la enseñanza comenzó a secularizarse2. Al frente de las escuelas están lo mismo sacerdotes seculares que algunos seglares. Esta situación se observa de manera más clara en el último tercio del siglo 18. Por entonces, están en su apogeo las reformas de Carlos III (1767-1788), llamadas por los historiadores de la época con el nombre de reformas borbónicas, casi al finalizar el siglo de las luces. En esta época, a partir de la Constitución de Cádiz jurada en 1812, a la enseñanza de la gramática y la aritmética y de la religión cristiana se agrega la moral cívica. La educación de las masas populares antes de que finalice el llamado “siglo de las luces”, representaba ya una prioridad para la corona española.
El antecedente o referente más antiguo de las escuelas de primeras letras, según lo anota Gómez Canedo3, está representado en las Ordenanzas de Zaragoza del 9 de diciembre de 1518. Mediante estas disposiciones la Corona autorizaba a los dominicos y franciscanos, dependiendo de a quienes escogieran los indios de la Española, la actual República Dominicana, para que: “los dichos frailes les muestren a leer e escribir e todas las otras cosas de nuestra fe, los cuales tengan mostrando cuatro años y después los vuelvan….. a sus padres, para que los tales hijos de caciques muestren a los otros indios”4.
Tres siglos antes de que los ingleses Bell y Lancaster5 aparece un procedimiento parecido al método de enseñanza mutua o lancasteriano. Entre los naturales del caribe ya se practicaba un sistema de enseñanza semejante consistente en que los alumnos más aventajados ayudaban a enseñar a sus compañeros de la clase. Estas primeras escuelas creadas en acatamiento a las Ordenanzas de Zaragoza fueron a la vez un instrumento catequístico y contribuyeron de manera significativa a la evangelización de los aborígenes.
El auxiliar didáctico que empleaban era una cartilla, servía a su vez para la enseñanza de la lectura, la escritura y del catecismo. También observamos en otra parte del texto de la citada cédula, que desde la primera infancia del nuevo mundo, junto con la doctrina cristiana ya se enseñaba el alfabeto y la gramática, sin faltar las buenas costumbres y el orden, conocido con el nombre genérico de policía.
Para el caso de Zacatecas, particularmente en la capital, fueron los jesuitas los que más sobresalieron en la actividad educativa. La Compañía de Jesús llegó a Zacatecas en 1574. Lo primero que hicieron los padres jesuitas fue establecerse en la Ermita de San Sebastián donde abrieron una escuela en la que se instruyó en las primeras letras a niños y jóvenes. Lo anterior les atrajo la simpatía de la población. Pero no sería sino hasta 1616, al decir del padre Mier y Campa citado por Elías Amador (1982)6, cuando formalmente se fundaría su colegio bajo el patronato de Vicente de Zaldívar y Mendoza y de su esposa, Ana Temiño de Bañuelos. El colegio de los jesuitas sería conocido hasta 1754 con el nombre Colegio de la Concepción o “Colegio grande”. A partir de este año se convierte con el respaldo del Ayuntamiento de la ciudad en Colegio Seminario. Los documentos más antiguos existentes en el AHEZ que hablan sobre las instituciones de enseñanza de los jesuitas están fechados en 1766 y en ellos sólo aparecen referencias generales sobre la enseñanza de las primeras letras, y de los sueldos que les pagaban los maestros. Uno de los pocos documentos, el más cercano por cierto, que aborda el tema que ocupa nuestra atención es el informe en el que el padre Francisco Pérez de Aragón, rector del colegio seminario de San Luís Gonzaga dio respuesta a la Real cédula del 29 de marzo de 1765. Dos años antes de que se ordenara la expulsión de los regulares de la Compañía de Jesús, lo hizo llegar al Virrey Marqués de Cruillas. Entre otras cosas, Pérez de Aragón menciona que los cuatro maestros con los que funcionaría el colegio seminario, tendrían un salario de 290 pesos anuales. Más adelante agrega que con dicho número de maestros se daría atención a la juventud de la ciudad, “y demás que pueda ocurrir en la instrucción de las primeras letras, latín y retórica”7.
En las siguientes colaboraciones sobre el tema de la primera enseñanza en Zacatecas durante el periodo borbónico hasta la juramentación de la Constitución de Cádiz nos ocuparemos de la división política geográfica de la Intendencia de Zacatecas, abordaremos las líneas generales de la política educativa de la Corona española y hablaremos de las escuelas de primeras letras que se fundaron en los partidos o subdelegaciones a partir de los dos establecimientos municipales del Ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas que dependieron para su sostenimiento de los caudales del Colegio Seminario San Luis Gonzaga, cuya reapertura se dio en 1786.
Referencias.
1Por dicho término debemos entender de acuerdo con la percepción de Gaspar Melchor de Jovellanos, la política educativa de popularizar la enseñanza e instrucción de las masas como el medio “directo e infalible” y condición necesaria para la “prosperidad de las naciones”. Para lo cual debería ser gratuita. Ver al respecto a Jovellanos, Gaspar Melchor de. “Memoria sobre la educación pública”, en Luis Santallano, editor, Aguilar, Madrid, 1936, pp. 123, 125.
2Entendemos por secularización de la enseñanza, al proceso en el que la iglesia como institución comienza a ceder terreno frente a las autoridades civiles y la propia sociedad en la dirección y conducción de la instrucción de los sectores populares, a través de un sistema de enseñanza formal.
3Gómez Canedo, Lino, La educación de los marginados en la época colonial, Editorial Porrúa, México, 1982, p. 391
4Ibid. p. 391.
5El método lancasteriano, también conocido como sistema de enseñanza mutua fue ideado por el pedagogo británico Joseph Lancaster, en 1798, de ahí su nombre. Aplicado inicialmente en la India se llevó a Inglaterra y a Europa. Consiste en que los alumnos más aventajados de un numeroso grupo repiten y preguntan las lecciones a sus compañeros integrados en subgrupos (semicírculos). A partir de 1819 llegó a nuestro país y como en todas las partes en que se adoptó comenzó a propagarse como el nuevo sistema educativo de moda. Su influencia perduró durante casi todo el siglo XIX. Véase, Diccionario enciclopédico Grijalbo, II, 1995, p. 1095. Sobre la llegada y empleo del método en cuestión puede verse el trabajo de Leonel Contreras Betancourt, Escuelas Lancasterianas de Zacatecas en la primera República federal 1723-1835, 2004.
6Amador, Elías, Bosquejo Histórico de Zacatecas, Partido Revolucionario Institucional, Zacatecas, México, 1982, pp. 248-249.
7AHEZ. Fondo Ayuntamiento, “Cumplimiento de la instrucción del Exmo. Conde de Aranda, Presidente del Supremo Consejo de Castilla, de proveher a los maestros de las cáthedras”, Serie Enseñanza, 2 fj. 8 de octubre de 1766. ■
