Todo comienzo, como el de un año, debe ser esperanzador. Por sí mismo, lo nuevo es oportunidad de cambio, ya sea para rectificar o mejorar. Así se ve este año que inicia, más cuando también entra un gobierno federal que tiene como estrategia y promesa la transformación del país.
Zacatecas, como todas las entidades federales, ineludiblemente comparte esa etapa de cambio que, si bien se aprovecha, podrá empezar a generar las soluciones que desde hace varios años urgen.
Pese a lo esperanzador que pueda ser 2019, debe saberse que si algunos actores políticos o funcionarios del gobierno estatal no toman las decisiones adecuadas ni políticamente se obra con cautela, lejos de resolverse, algunos problemas y deficiencias podrían acentuarse.
El presupuesto público estatal, como se sabe, es insuficiente y ahora esa insuficiencia será mayor porque el Gobierno Federal disminuirá sus aportaciones.
Sin embargo, con confianza, buena voluntad, una adecuada planeación, austeridad y honestidad en el ejercicio del gasto, más la erradicación de prácticas de corrupción o errores derivados de la ineptitud, se podrán mitigar los impactos de la reducción del apoyo federal.
Y el estado cuenta entre sus bienes políticos más preciados la confianza depositada en el actual titular del Ejecutivo, Alejandro Tello Cristerna, quien en poco tiempo la recuperó, gracias a una nueva forma de gobernar; a sus atinados programas y políticas públicas y sobre todo, a la cercanía con la gente. Una cercanía que va más allá de la mera visita a los municipios y a multitud de actos públicos.
La propuesta de Tello Cristerna para aproximarse más a los zacatecanos es también mediante la participación corresponsable de la sociedad en los asuntos de gobierno. Atrás quedaron las decisiones tomadas en la egoísta soledad de los despachos de funcionarios. Hoy todos los zacatecanos están convocados a ser partícipes de la configuración de políticas de gobierno, porque ninguna acción que afecte a la sociedad debe serle ajena, desde su concepción hasta la realización e incluso, hasta la medición de resultados.
Esta nueva forma de convivencia permite avizorar que a pesar de las dificultades financieras previsibles para este año en todo el país, Zacatecas debe mirar con optimismo hacia el futuro, no solo el inmediato, sino más allá de los sexenios venideros, gracias a que la visión de quien hoy gobierna no se reduce a sus cinco años de administración, sino que trasciende por lo menos hasta 2033, gracias al Programa General Prospectivo Zacatecas 2033 (PGP), aprobado por unanimidad en el Congreso del Estado durante una de sus últimas sesiones de trabajo de 2018.
Al convertirse en Ley, el PGP se convierte en el instrumento de planeación estratégica que, basada en indicadores, establece las prioridades de atención y líneas generales de política pública a lo largo de los próximos 15 años.
Así armado, Zacatecas será menos vulnerable a todo tipo de contingencias, entre ellas las surgidas de déficits presupuestarios, porque ahora podrá pasar de la gestión reactiva a la gestión proactiva, evitará la improvisación sexenal, reducirá la incertidumbre, identificará eventuales coyunturas, riesgos y oportunidades y proporcionará elementos para la acertada toma de decisiones.
Este PGP, lo ha reconocido Tello Cristerna, no es resultado de una visión individual, sino del trabajo de una gran colectividad dividida en 13 grupos focales, con 136 participantes, entre los cuales hubo funcionarios públicos estatales y federales de vasta experiencia, dirigentes y miembros de organismos autónomos, representantes de todos los ayuntamientos del estado y dirigentes de organismos de la sociedad civil y de la iniciativa privada.
A todos estos actores se sumaron investigadores, académicos y líderes empresariales, tanto de la Universidad Autónoma de Zacatecas como de la UNAM, del Tecnológico de Monterrey, de la Federación de Colegios y Asociaciones de Profesionistas del Estado, y dirigentes de la Canacintra, de la Unión Social de Empresarios de México y de la Coparmex.
Este 2019, si se atienden los pronósticos de los economistas especializados en la evaluación prospectiva, será complejo, pero mal haríamos si le damos espacio al pesimismo. Zacatecas está preparado para enfrentar vicisitudes, tiene rumbo bien definido, metas claras e instrumentos metodológicos para vencer las mayores dificultades.
Es, por tanto, hora de sumar todas las buenas voluntades; que nadie se ancle al pesimismo. La nación, los mexicanos somos mucho más grandes que las dificultades y con unidad y cohesión a toda prueba habremos de arribar a una nueva etapa de progreso, dignidad y justicia para todos. ■
*Titular de la Coordinación Estatal de Planeación
