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viernes, 26 abril, 2024
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Primer año de gestión del gobierno “diferente”. Mal presagio en materia económica

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Por: JOSÉ DE JESÚS SERRANO DÍAZ •

Toda administración gubernamental tiene como responsabilidad prioritaria facilitar el acceso a un mejor nivel de vida de los ciudadanos, a través del diseño e implementación de políticas públicas.

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Una de las políticas públicas más importantes es la política económica, la cual se encarga de establecer las metas de crecimiento y desarrollo económico.

Sin embargo, los primeros resultados reflejan un fracaso en la puesta en marcha de las medidas de crecimiento económico. Veamos algunos aspectos.

Un primer dato es el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE); éste es un indicador de coyuntura que ofrece un panorama sobre la evolución económica del estado de Zacatecas. Según la información más reciente, durante el primer semestre de esta administración la economía creció en un promedio del 0.2 %, muy inferior al crecimiento obtenido en la administración de Miguel Alonso que fue de 5.5 por ciento durante el mismo periodo. Si la tendencia se mantiene, si las cosas permaneces igual, si no hay un cambio en la estrategia de crecimiento, los siguientes años serían muy complicados para revertir este comportamiento.

Otro de los indicadores que miden el nivel de crecimiento de una economía es el empleo formal, ya que éste incluye a los trabajadores que tienen una relación laboral reconocida, otorga mayor certeza sobre su situación laboral y está correlacionado con niveles más latos de productividad. No obstante a ser un indicador de gran importancia para el crecimiento económico y el bienestar social, los datos son poco alentadores, según la Secretaria de Trabajo y Previsión Social (STPS) a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), durante los primeros 10 meses de esta administración se crearon apenas 5,025 empleos formales, cifra inferior al mismo periodo de la administración anterior en la que se crearon 5,354 puestos de trabajo formales. Y todavía menos alentadores resultan si comparamos estas cifras con nuestros estados vecinos como Aguascalientes que creó  15,047 empleos formales,  Durango 17,327, San Luis Potosí 15,102, etc.

El desempleo es otro de los indicadores que ha sufrido un revés en esta administración pues pasó de 13, 003 personas desempleadas en el trimestre octubre-diciembre del 2016 a 19, 389 personas en el trimestre abril-junio del 2017, según el Instituto  Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), es decir, de una tasa de desempleo de 1.9 % a otra de 2.9 por ciento. El crecimiento del desempleo en un estado marginado y empobrecido como el de Zacatecas provoca, evidentemente, una disminución en el ingreso de las familias y por consecuencia un descenso en el nivel de bienestar.

A esto habrá que agregarle ineludiblemente el problema de la inseguridad que flagela a la población zacatecana y que impide impulsar cualquier proyecto de crecimiento. La profundización de la inseguridad que se ha registrado en los últimos meses y que es inédita en nuestro estado, inhibe la iniciativa de invertir del sector privado y ha provocado la salida de capitales, dejando a un estado más empobrecido y sumido en el miedo generalizado de la población.

Así pues, a un año de gestión de esta administración “diferente” y de acuerdo a los resultados antes descritos, podemos concluir que la política de crecimiento ha resultado ineficaz por lo que es imprescindible e inaplazable que se fomente una oferta de empleos suficiente como base para impulsar la prosperidad, la inclusión y la cohesión social de manera sostenible y creciente. Así como privilegiar la inversión productiva de manera decidida, aprovechar las ventajas comparativas y competitivas que tienen los sectores de la economía, canalizar un mayor presupuesto público a las actividades más dinámicas, impulsar un desarrollo empresarial acorde con los mercados locales y regionales, entre otros elementos, pero sobre todo se debe garantizar la estabilidad política e institucional, porque no se concibe una política económica sin este agregado, recordemos que el próximo año es un año electoral en el que tanto la clase política como los gobernantes privilegian más la retórica, las prácticas mediáticas y el clientelismo electoral que las acciones y los hechos orientados a impulsar el crecimiento económico. Será un año en el que el gobierno esté más preocupado por garantizar su coto de poder para su Partido antes que hacerle frente a los grandes problemas estructurales por los que atraviesa nuestro estado.

Finalmente y de acuerdo a todo lo anterior, podemos decir que el gobierno de Alejandro Tello sí es un gobierno “diferente” porque hay más desempleo, más inseguridad, más frivolidad, más ineficiencia, más INCUMPLIMIENTO. ¿Cómo hacer que se cumpla?,  ¡Usted tiene la iniciativa! ■

 

 

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