Punto & Aparte
Estamos a unas semanas del primer informe de gobierno de Alejandro Tello Cristerna, un informe que será diferente, en el que no se hablará, téngalo por seguro, de la deuda enorme que dejó Miguel Alonso Reyes; Zacatecas es, como aquellas otras entidades endeudadas, la cara sucia del gobierno de Enrique Peña Nieto y Tello Cristerna en su mensaje político, no incluirá, como lo hiciera Alonso Reyes, críticas duras a su antecesora Amalia García Medina, (todo sea por el color y la equidad de género).
Rubros importantes preocupan y duelen, ejemplos los hay en las deficiencias en la conducción de las políticas comunicacionales, la seguridad, la educación y el campo, a las que les darán en el primero de los cinco, un tratamiento artificial y maquillado y en el terreno político, se dejará de lado el trabajo inútil y servilista de los diputados, específicamente de los priístas que se han mostrado ajenos a los problemas de la sociedad y de los legisladores de oposición con su comportamiento tibio, salvo algunas excepciones.
En recientes entrevistas con funcionarios de primer nivel del gobierno actual y diálogos sostenidos con funcionarios zacatecanos que ocupan cargos en las delegaciones federales, se observa un convencimiento superficial de lo que es y ha sido este primer año de gobierno de Tello Cristerna, en el que los manejos de los recursos no han sido, digámoslo así, del todo claros. Por ejemplo, siete presas que no son presas y obras inauguradas que han sido terminadas, pero iniciadas por la anterior administración.
Los esfuerzos del gobernador han sido ya calificados por la sociedad y se le reconoce ese deseo y ese afán de hacer mejor las cosas, de no hacer caso a la crítica de alguna manera irresponsable de lo que se ha hecho y se ha dejado de hacer, y es que debemos de decirlo con la mayor de las claridades, el gabinete “en corto” no le ha funcionado y es ya de todos conocido, que al general lo están dejando solo, porque aquellos han dejado de trabajar y solo están atentos al flujo de los recursos para llevarlos a las comunidades, pero en descarada campaña anticipadamente electorera, en busca del voto, unos (o unas) para reelegirse y los más, para afianzarse y entrarle a la próxima contienda electoral.
El mismo gobernador, pero más Don Joel y el propio presidente del partido en el poder, Roberto Luévano Ruiz, tienen que revisar las cuerdas y los hilos si quieren tejer fino, el andamiaje debe de estar más sólido que nunca, porque aunque las izquierdas trabajan por conseguir la unidad y al PRI se le quieren acomodar las arañitas, este debe de ser más listillo, por la escuela y la experiencia que tiene de años y años en el poder, ahora a punto de perder si no se ponen abusadillos, en principio, porque la sociedad no está muy contenta con los últimos sucesos y mucho menos con los cuatro años (o ya caso cinco) de gobierno de Don Enrique y, si a ello le sumamos lo de Duarte, nada más lo de este sujeto, las cosas pueden cambiar tanto o más de lo que usted que me lee se imagina.
Es obvio y así quedó establecido en el proceso electoral reciente, en el estado de México fundamentalmente, que la estructura la tienen los que están en el poder, de eso no hay duda y el PRI, para seguir en la mera trompa de la máquina o sentado en la grande, como dicen en el rancho, tiene que abrir más y más los ojos, (no las manos), para que el pueblo, la sociedad le vuelva a creer. El engaño y las corruptelas ya han quedado obsoletas con el comportamiento de las autoridades en casos concretos como el de Duarte y Eva Cadena principalmente, por eso, ¿qué irá a pasar en 2018 cuando las izquierdas no se alinean con las estrellas y las estrellas siguen sin brillar con luz propia?
A pocos días del informe, nos queda claro que al general, aunque no tenga quien le escriba, sí debe de haber alguien que le diga que el barco se decolora por las fuerzas de la madre naturaleza, o que la velocidad, aunque es baja, va directo a zona de peligro, porque los tripulantes (que no son los idóneos) responsables de cuidar el rumbo, intencionalmente lo llevan al fracaso, ya no siguen el brillo de la estrella principal, se guían solamente por una lucecita que algunos la llaman codicia, otros la llaman soberbia y algunos más la califican como la luminaria del enriquecimiento inexplicable.
Ahora que las lluvias han llegado, justo es mencionar ese esfuerzo del alcalde de Guadalupe, municipio en el que el que paga manda, ya tienen sus palmeras en sus camellones, deje usted del daño que le provocan a la visibilidad de los operadores de unidades motrices que por ahí transitan, en unas más, en otras menos, pero de que tapan la visibilidad la tapan. Y se tuvo un fracaso hace algunos ayeres y ahora, nuevamente invierten para ayudar a algún sujeto, las palmitas no les van a durar porque las condiciones del suelo, del clima y la escasez del agua, obvio que no las van a dejar crecer y otra más gallero, las tienen amarradas con un hilito que tiene una resistencia mínima, ni siquiera cáñamo es, ni mucho menos tuvieron para alambre recocido. Ojalá y el alcoholímetro salve a esas palmeras (seguramente traídas desde Jalpa), de las fuerzas extrañas de los trasnochadores…
Hasta aquí mi comentario, nos veremos en la próxima entrega.
