Zacatecas, como todos sabemos, es una zona árida con fragilidad en la captación de lluvias. El promedio de precipitación está ligeramente por debajo de los 500 milímetros cúbicos al año. Y recurrentemente tenemos sequías, como la de 2011, de la que aún sufrimos sus consecuencias. Además, somos una región que tiene muy pocos cuerpos de agua superficiales, lo que hace que dependamos de la extracción de agua subterránea para el consumo humano y para el riego agrícola. Y, como también sabemos, los acuíferos de Chupaderos, Calera y Aguanaval (los más grandes) están en serios problemas de sobreexplotación. Pues bien, con este escenario climático se hace necesario que en temporadas de cierta abundancia de agua, como ahora mismo ocurre, debemos tomar medidas para amortiguar los periodos de sequía. La medida más recomendada es la cosecha y la reconducción de aguas.
La cosecha se hace por medidas tradicionales como las presas y bordos, pero también ya se muestran resultados en los proyectos piloto de techo-cuenca y aljibes domésticos, que pueden llegar a guardar arriba de 10 mil litros de agua para el consumo doméstico. Son notorias las muestras que instituciones de educación superior como la UAZ, el Tecnológico de Monterrey y la UNAM han puesto en marcha, con éxito la mayoría de ellos; también los proyectos de la Conaza, de la Sagarpa y la propia Secretaría del Campo del gobierno de Zacatecas. Todos estos proyectos indican que la estrategia de cosechar agua en el estado es buena opción tanto para el consumo humano directo, como para la producción de alimentos. Sin embargo, es notorio también que esta iniciativa no ha dado el salto para convertirse en un programa de gobierno de amplia cobertura, como se requiere. Son sólo proyectos de muestra los que se han llevado a cabo en puntos aislados en el territorio estatal, ubicados en los municipios de Mazapil, Jerez o Miguel Auza (que es una buena muestra de los diversos microclimas).
Si se lograra diseñar todo un programa de cosecha generalizada de agua en Zacatecas con múltiples obras, entre ellas una presa importante en Valparaíso o Jiménez del Teul, se podría disminuir sensiblemente el estrés a los acuíferos existentes, y si al mismo tiempo tuvieran la misión de evitar inundaciones en centros de población, se puede reconducir las aguas de lluvia a la inyección directa en la recarga de acuíferos.
Además se puede complementar con una red de trampas de agua con el mismo fin. En Zacatecas contamos con el personal capacitado para hacer el diseño técnico de un programa generalizado para la totalidad del estado en captación, cosecha y reconducción de agua de lluvias, que por los proyectos piloto sabemos, no es costoso. Una coordinación entre el Inifap, la UAZ y la Secretaría del Campo, bien pudiera dar excelentes resultados en la gestión de riesgos en el estado, y con efectos directos en la producción de alimentos. Esto sería pensar preventivamente frente a las sequías recurrentes que tenemos en esta tierra de cielo azul y tierra colorada.
