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viernes, 26 abril, 2024
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‘All of us strangers’, de Andrew Haigh

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 613 / Cine

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Adam (Andrew Scott) es un solitario escritor que ocasionalmente redacta guiones de películas y series de televisión. Él vive en un departamento de un enorme edificio, en las afueras de Londres. La única compañía de Adam, además de los reflejos que proyecta de sí mismo en el elevador, es Harry (Paul Mescal), su vecino, quien una noche toca su puerta con una botella de alcohol y con la invitación de pasar la noche juntos. Adam, de manera muy cortés, lo rechaza.

Mientras busca inspiración para escribir, Adam viaja al barrio donde creció cuando era pequeño y visita su antigua casa. Para su enorme sorpresa, descubre que sus padres (Jamie Bell, Claire Foy) se encuentran ahí, pero lucen incluso más jóvenes que él. Ellos fallecieron cuando Adam tenía 13 años, en un accidente de auto.

Este reencuentro con sus padres fallecidos dará lugar a varias conversaciones, donde saldrán a la luz algunos detalles dolorosos sobre su niñez, ligados de manera directa con su orientación sexual. En paralelo, Adam iniciará una relación con Harry, lo que le hará reflexionar sobre las diferentes maneras de lidiar con ser homosexual en la actualidad. También le significará la posibilidad de conectar con alguien más luego de su trágica pérdida de infancia.

La ficción y lo fantástico son aparatos valiosos al momento de jugar con las nociones de lo que pudo haber sido y no fue, con los sentimientos de culpa y arrepentimiento, así como con las posibilidades de vivir una experiencia que en la realidad no pudo suceder. Estos elementos son fundamentales en el engranaje de All of us strangers (2023), cuya narrativa está menos enfocada en la lógica de su relato y más en el efecto emocional que logra generar en el espectador.

El director Andrew Haigh (Weekend, 2011; 45 Years, 2015) elabora un melodrama intimista, honesto y despojado de adornos, que se desenvuelve a partir de simples encuentros e intercambios de diálogo, que logran resonar gracias al cuidado al detalle y a la ejecución precisa de sus actores. Adaptada de la novela Strangers (1987) de Taichi Yamada, la cinta es una enorme suposición, un rompecabezas hecho a partir de las emociones, recuerdos, y, sobre todo, de los anhelos de Adam. Así, entre sueños e imaginación, el director sitúa al protagonista en un espacio liminal entre el pasado y el presente, donde no queda del todo claro dónde inicia la realidad y termina lo fantástico.

Haigh reflexiona sobre cómo el proceso creativo de una historia es un ejercicio de introspección, pero también de confrontación. Cada charla que Adam tiene es un espejo de la otra, primero con sus padres y después con Harry, como un reflejo de sus propias contradicciones e inseguridades. En ese sentido, la cinta propone un emotivo discurso sobre las relaciones, la soledad y la posibilidad de cerrar heridas abiertas por mucho tiempo.

All of us strangers es un relato sobre la incertidumbre que nos invita a cruzar el umbral de lo desconocido para establecer una relación significativa con alguien más. O, como en la letra de “Always on my mind” de Pet Shop Boys, de tomarse el tiempo para decir las palabras correctas antes de que sea demasiado tarde. Al final, también es un empático y profundo recordatorio de cómo los seres humanos siempre somos las historias que nos contamos.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_613

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