El recorte a los recursos que hasta ahora se habían destinado por parte de la Federación al Programa 3×1 ha generado molestia y preocupación en un sector de la clase política y la comunidad migrante.
Este tema fue abordado en la 63 Legislatura este jueves pero, previo a esta sesión, la diputada migrante, Lizbeth Márquez, a través de una entrevista telefónica dado que se encuentra en Estados Unidos, calificó este hecho no como una disminución de presupuesto sino como la desaparición del programa.
Esto, precisó, debido a que los poco más de 9 millones que se le etiquetan en el Presupuesto de Egresos de la Federación son sólo para el pago de servicios personales, es decir, para sueldos, mientras que el apartado de gastos de operación aparece en cero.
Consideró que una primera implicación que habrá, si no se replantea esta propuesta, será en Estados Unidos con la organización de las comunidades migrantes y en este caso de las federaciones y clubes de zacatecanos en el país vecino.
Apuntó que “lo que cohesiona a las organizaciones es precisamente el trabajo por nuestras comunidades de origen, para recabar fondos, es el 3×1 y es Corazón de Plata” por lo que, si se concreta este planteamiento a nivel federal, “va a desaparecer el motivo por el que los migrantes nos organizamos en clubes y federaciones”.
El Programa 3×1 no ha estado exento de polémica, pues se ha cuestionado el destino que se le da a estos recursos y su impacto real en el desarrollo de las comunidades. Uno de los aspectos que ha sido criticado es el de la posibilidad de dirigir este presupuesto, que en un 75 por ciento es público, para la construcción de iglesias y lienzos charros.
Al respecto, defendió este tipo de destino para los recursos del 3×1 debido a que, dijo, son espacios que fomentan la cohesión social.
Por esta razón expuso que en Zacatecas desde que inició el programa se permiten estas obras dentro de las reglas de operación, mientras que a nivel nacional existe la prohibición expresa de invertir este presupuesto en iglesias y lienzos charros.
Aun así, expuso que el enfoque ha cambiado en los últimos años y ya son cada vez menos los proyectos de estas características que se presentan, siendo rebasados por otros de índole educativo como la entrega de becas y del ámbito de la obra pública como la construcción de puentes y caminos.
Precisamente con relación a las reglas de operación, la diputada indicó que la comunidad migrante aboga actualmente por el mantenimiento del programa pero con un cambio en sus lineamientos y bases de forma que se “recupere su esencia”, ahora perdida, dijo, por la burocratización de los procesos.
La reestructuración de las reglas, finalmente, buscarían que los migrantes tengan un mayor control sobre el destino de este presupuesto que, en su mayoría, es de carácter público pues lo aportan los tres órdenes de gobierno: Federal, estatal y municipal, mientras que la cuarta parte proviene de los clubes y federaciones.
Por tanto, recalcó que la meta de estas revisiones y cambios que tendrían que hacerse sería la de garantizar que los proyectos que se desarrollen con este dinero “sean los que verdaderamente quieren los migrantes”, además de que con ello se trataría también de evitar casos de corrupción, concluyó.
Aunque el principal objetivo es que el Gobierno Federal se retracte y vuelva a etiquetar presupuesto para el Programa 3×1, la legisladora refirió que en caso de no lograrse este cambio tendrán que pensar en una alternativa que podría ser la puesta en marcha de esta estrategia pero sin los recursos de la Federación, sino tan sólo con las aportaciones de los gobiernos municipales y el estatal, así como de los migrantes.
