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viernes, 26 abril, 2024
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El Mirador de Heródoto La BUAZ en el último semestre de la administración 2016-2020. En el horizonte, autonomía, respeto y libertad en las elecciones

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

Nunca consideres el estudio como una obligación,
sino como una oportunidad para penetrar en el bello
y maravilloso mundo del saber.
Albert Einstein.

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La autonomía universitaria es un concepto general que sostiene que la universidad debe ser auto-gobernada, que debe elegir sus propias autoridades sin injerencia del poder político, decidiendo sus propios estatutos y programas de estudio.

El artículo 3º de la Constitución define perfectamente la razón y el sentido de la autonomía universitaria: “Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio”.

En el ámbito internacional, la autonomía aparece como una conquista lograda de un proceso social, de movimientos estudiantiles o de universitarios que reivindicaron el reconocimiento explícito de las universidades. La historia confirma esa acepción, pues así sucedió en la Universidad Nacional de Córdova, Argentina, en 1918, considerada la primera institución en lograr la autonomía en Latinoamérica.

En México, las primeras instituciones que promovieron su autonomía fueron el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, en el Estado de Michoacán, en 1917; la Universidad de San Luis Potosí, en 1923, y la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1929.

La obtención de la autonomía en nuestra “alma mater” también pasó por varios procesos. Distintos documentos señalan una primera autonomía otorgada al entonces Instituto —según consta en el decreto del 16 de octubre de 1920— que permanece hasta 1923. El Instituto de Ciencias de Zacatecas evolucionó durante los siguientes años en medio de constantes altibajos y de crisis financieras por falta de un presupuesto específico para las actividades sustantivas de la educación superior.

Después de sufrir varios cierres en distintas ocasiones, en 1959 la autonomía es conquistada por los estudiantes zacatecanos y el Estado le otorga su reconocimiento el 10 de octubre de ese año; a partir de ese hecho, al Instituto de Ciencias de Zacatecas (ICZ) se le denomina Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas (ICAZ).

Este suceso es considerado por muchos estudiosos del tema como la real autonomía institucional de nuestra máxima casa de estudios. Con esta nueva estructuración el ICAZ se encaminó de forma rápida hacia la actualización de planes de estudios, a la conformación de una ley orgánica y de un nuevo modelo administrativo, cambios que en la historia de nuestra Universidad no han dejado de aplicarse en los momentos que han sido necesarios.

El incremento en el ingreso por parte de jóvenes de diferentes municipios del estado, aunados a la creación de nuevas profesiones, dieron lugar en 1968 a la transformación en Universidad Autónoma de Zacatecas y, finalmente, sustentada en su trayectoria histórica con 186 años de liderazgo académico en Zacatecas, la LXIII Legislatura, en febrero 18 de 2019, le otorgó el reconocimiento como Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas, hecho asentado en el decreto 122, publicado el 6 de abril del mismo año.

Sin duda, su autonomía representa los logros y evolución de su carácter social y académico, elementos que le hacen ser reconocida como la institución educativa más importante de Zacatecas, integrada al Consorcio de Universidades de Excelencia en México (Cumex).

En este universo de historia, conocimiento y liderazgo en la calidad académica inicia la segunda etapa del ciclo académico 2019-2020, un semestre que tiene un sentido especial en lo que a renovación del aparato administrativo se refiere: concluye el rectorado de Antonio Guzmán Fernández (2016-2020), así como los directores de las Unidades Académicas y cargos de confianza; también finiquita el periodo de Pedro Martínez Arteaga, secretario general en el Sindicato del Personal Académico de la Universidad (2017-2020).

En un ambiente de controvertidas opiniones sobre los resultados en ambas instancias, nuestra institución continúa creciendo y avanzando. Son más de cuarenta mil estudiantes los que ingresan en este semestre para constituirse en la fortaleza de la educación superior en Zacatecas.

Dada la compleja problemática financiera que prevalece en la UAZ, no ha sido sencillo lograr los avances en el reconocimiento académico, la internacionalización y el mantenimiento en el estatus nacional como institución de excelencia académica.

Se pueden considerar los anteriores como significativos logros, sin embargo flotan en el ambiente los cuestionamientos: ¿qué destino le depara a nuestra institución? ¿Cuáles serán las alternativas para dar continuidad a la búsqueda de una solución en el conflicto financiero, el crecimiento y la consolidación académica? ¿Cuáles se consideran las contribuciones del beneficio social más representativas en este periodo rectoral? La comunidad universitaria lo manifestará en las elecciones de las nuevas autoridades en el marco del ejercicio de la autonomía, el respeto y la libertad.

Nuestra grandiosa institución es más grande que sus problemas y en el espíritu de todos prevalece la voluntad de mantenerla viva, poderosa y siempre exitosa. Amadísima y benemérita ayer, hoy y siempre, ya vienen tiempos nuevos, nuevas esperanzas, nuevos horizontes. Confrontemos en un ambiente de paz.
Así se observa el mundo desde el Mirador de Heródoto.

*Cronista de la UAZ
[email protected]

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