En su interior, la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) reproduce muchas de las prácticas y vicios de la sociedad, y el acoso y discriminación hacia la mujer no es la excepción, afirmó Jael Alvarado Jáquez, actualmente integrante del Comité Ejecutivo del Sindicato de Personal Académico (Spauaz).
“Es un problema de la sociedad entera y en la Universidad finalmente somos el reflejo de lo que ocurre afuera. Por supuesto, hay situaciones de acoso y de discriminación, pero no es algo privativo de la Universidad y no ocurre en los espacios de la UAZ por ser de la Universidad”, expresó.
Aunado a ello, dijo que es común escuchar comentarios entre las mismas mujeres para descalificar el trabajo de otras, por ejemplo, cuando alguien obtiene un asenso o una mejor oportunidad laboral, se tiende a decir que lo obtuvo porque vendió su cuerpo.
“Eso nos hace mucho daño porque cotidianamente son actitudes que entre las mujeres van socavando sus capacidades para crecer en el trabajo y su seguridad para sentir que pueden hacer las cosas de la misma manera que lo hace un hombre.
Por otra parte, expuso que la sociedad ha vendido a las mujeres la idea de que pueden ser lo que deseen, pero cuando llega el momento de la maternidad, no se les brinda las condiciones que requieren para su crecimiento.
En su caso, Alvarado Jáquez recordó que luego de nacer su segundo hijo, se enfrentó a una crisis emocional porque “me dí cuenta que por más que me esforzara en ir a congresos o moverme más, el tener una familia implicó un compromiso extra que era muy desgastante y no había las condiciones institucionales ni sociales para que las mujeres tuviéramos las dos cosas”.
Es decir, “tal parece que como mujer siempre tienes que estar renunciando a algo, renunciar a la estabilidad económica, al crecimiento laboral o al bienestar y la estabilidad familiar. En ese panorama, está difícil porque uno quisiera ser feliz en todo, pero a las mujeres siempre hay algún aspecto de la vida que se nos coarta”, puntualizó.
Comentó que el feminismo plantea que las mujeres encuentren su felicidad por los caminos que ellas deseen y en la medida en que la sociedad las satisfaga en todos los sentidos, se obtiene además la satisfacción y la plenitud de todo el núcleo familiar.
Consideró entonces que se requieren mejores condiciones de desarrollo para las mujeres, una mejor estabilidad laboral y emocional para enfrentarse al mundo, porque una mujer deprimida o molesta no es funcional en la sociedad ni tampoco en el ámbito laboral.
En la UAZ, Alvarado Jáquez dijo que hay espacios loables como es el caso del Ceciuaz, pues este centro es de gran ayuda para las docentes de las universitarias, pero el problema reside en que la sociedad no está abierta al cambio de paradigmas en materia de equidad.
Por último, manifestó la necesidad de implementar campañas y políticas sobre equidad de género para que los docentes, estudiantes y personal administrativo tengan conciencia sobre lo que representan las mujeres.
“No requerimos una atención especial, pero sí que haya condiciones para que estén más parejas las posibilidades de acceder a las oportunidades de crecimiento que se nos puedan presentar. La Universidad puede ser punta de lanza en ese sentido”, concluyó.
