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jueves, 25 abril, 2024
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Inseguridad, primer reto del 2018

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Por: JOSÉ G. SOTO LANDEROS •

A pesar de todos los esfuerzos en materia de seguridad y la disminución en el índice de homicidios dolosos en el mes de noviembre, Zacatecas cerrará el 2017 como el año más sangriento, por lo menos de los últimos veinte años, e iniciará el 2018 con la inseguridad como reto principal.

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Lamentablemente no sólo para Zacatecas, sino para todo el país, el tema de la inseguridad y sus miles de muertos dejó ya huellas imborrables en todas las familias que perdieron a sus seres queridos, o que fueron víctimas de la violencia y de la delincuencia organizada.

En Zacatecas tan sólo en el mes de octubre la Procuraduría General de Justicia abrió 70 carpetas de investigación por asesinatos, convirtiendo a dicho mes en el más sangriento del 2017 y de la historia reciente, con el consecuente aumento de la preocupación y enojo, pero además incrementando el mal humor social contra las autoridades estatales y particularmente contra el Gobernador, Alejandro Tello Cristerna.

Los principales reclamos tienen que ver con el compromiso del entonces candidato a gobernador, Tello Cristerna, quien esgrimió como su principal lema de campaña que él no tenía ningún nexo con grupos del narcotráfico, que tenía las manos limpias y que siendo gobernador regresaría la paz y la tranquilidad a los zacatecanos, asegurando que si no cumplía dejaría el cargo de gobernador.

Por eso la presentación de su Plan Estatal de Seguridad Pública 2017 – 2021, que tiene siete líneas estratégicas de acción, fue recibido con muy poco entusiasmo y casi con desconfianza por los zacatecanos, quienes ante el incremento de la violencia, de los secuestros y los asesinatos, reclamaban mejores estrategias y mayores resultados de las autoridades encargadas de proporcionar seguridad.

De entonces a la fecha, aunque los muertos siguieran día con día, el Gobierno del Estado siguió y sigue empeñado en lograr que la prevención social de la violencia se realice con una mayor participación ciudadana; que se dé una mayor profesionalización y certificación policial; que se insista en el fortalecimiento de las tecnologías de inteligencia, seguridad y comunicación, del sistema penitenciario y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, con una mejor articulación interinstitucional entre corporaciones de seguridad y de procuración de justicia.

Es decir, que así como los muertos caen todos los días, también las acciones que combaten esos hechos violentos se realizan diariamente, pero que a pesar de los esfuerzos terminaremos el 2017 con la desagradable impresión de que estamos perdiendo la batalla frente al narco y a la delincuencia organizada.

Y es que, efectivamente, nunca se habían registrado tantas muertes violentas en nuestro estado, y Zacatecas no tenía una explosión en el índice de secuestros que lo convirtiera en el primer lugar nacional en esta lamentable estadística, así como el segundo lugar en extorsiones y el séptimo en homicidios dolosos.

Es cierto que es necesaria la interpretación de las estadísticas y que quien no lo analiza pudiera asustarse hasta el nivel de la psicosis, ya que Zacatecas es comparado con estados como Veracruz, Nuevo León y Chihuahua, cuyas poblaciones son más grandes y no se entiende que se trata de hechos delictivos cuantificados por cada cien mil habitantes.

Sin duda que la información en la incidencia de hechos delictivos, el número de robos, asaltos a domicilios, a transeúntes, secuestros, extorsiones y asesinatos y la presentación diaria de los mismo a través de los medios de comunicación han generado en este 2017 una nueva realidad, fría y dura como los números, pero también alarmante o amarillista, como los medios lo han querido.

Por eso afirmo que el reto principal del 2018 será trabajar más duramente con las estrategias planteadas en el Programa Estatal de Seguridad Pública, pero también con mayor presencia de la Federación que ahora, apoyada en el nuevo marco jurídico de la Ley de Seguridad de Interior, podrá ser más efectiva.

Será necesaria mayor firmeza en el combate a los delincuentes, pero lo más importante será lograr una mayor coordinación interinstitucional si se quiere dar mejores resultados en el 2018. Estos días de reflexión que propicia la temporada vacacional son propicios para que la autoridad responsable haga una evaluación fría y profesional de los efectos negativos que este 2017 deja a los zacatecanos.

En la valoración de los hechos y en el planteamiento de los nuevos compromisos de trabajo institucional deberán estar presentes los casos ya emblemáticos de la inseguridad que se presentó en este 2017. Están ahí, imborrables, la muerte lamentable de Don Toño Frausto, el secuestro de Don Toño Alvarado, el asesinato de un joven en un campo de futbol en Fresnillo, la muerte de la joven Cinthia Nayeli y los dos estudiantes de veterinaria de la UAZ y cientos de muertos más, porque no debemos de olvidar que en lo que va de la actual administración son más de 700 crímenes y casi 70 secuestros.

Es decir, hay números fríos y miedo real. Hay hechos consumados y grandes retos vigentes en el combate a la inseguridad y la violencia. El Gobernador no puede negar que firmó un contrato para combatir la inseguridad y que antes de poner su rúbrica afirmó “Si no cumplo, me voy”.

Mientras la inseguridad persista, mientras los índices de inseguridad no bajen; mientras los robos de todo tipo no disminuyen, habrá un zacatecano que le exija al gobernador que cumpla su Contrato por la Seguridad de Zacatecas. De no hacerlo, ese será su estigma y su propia definición y la historia local así lo registrará. No se trata de filias ni de fobias. Es un Contrato que se debe cumplir o de lo contrario aceptar las consecuencias.

En relación a la inseguridad el reto es permanente, la pesada losa deberá cargarse los cuatro años restantes de esta administración, pero si en los primeros meses del 2018 hay indicios o resultados concretos en la disminución de esta problemática, habrá condiciones para una buena Elección y un mayor avance en el desarrollo al que está comprometido el Gobierno Estatal.

Todo lo que se haga o deje de hacerse, la historia lo registrará. ■

 

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