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sábado, 4 mayo, 2024
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Ética y valores profesionales

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Por: ALFREDO SALAZAR DE SANTIAGO •

El pasado miércoles 10 del mes en curso, me sentí muy distinguido por haber asistido como integrante de una mesa redonda organizada por el programa académico de la Licenciatura en Turismo en la Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Fue realmente motivante para un servidor participar en la misma, ya que el tema a desarrollar y mostrar una posición, fue respecto a la “ética y los valores profesionales en la actualidad”. Uno de los aspectos más importantes y que debo destacar, es que esta actividad fue organizada por estudiantes a punto de graduarse de dicha licenciatura.

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Este último punto para un servidor resultó de gran trascendencia, puesto que pude observar, y no sólo eso, sino comprobar cómo el tema de la ética y los valores en las profesiones, cualquiera que ésta sea, resultan un punto nodal y que son de gran preocupación para nuestros estudiantes universitarios, cuya expectativa de vida se abre en este momento en el que culminan su educación profesional.

Compartí la experiencia con dos grandes expositores, ambos con un perfil profesional inequiparable y con gran experiencia en estos temas. Desde ahí empezó el gran reto de estar al lado de ellos. Sobre qué versaría mi posición respecto a la temática. Dando vueltas a mi raciocinio, me pregunté una y otra vez cuál sería la mejor visión que pudiera ser la más idónea y que pudiera tener un mejor resultado en la explicación dirigida a los estudiantes, procurando siempre que estuviera apegada a los principios sociales que le dan sustento y fundamentada científicamente.

Por fin opté por abordar la temática desde el punto de vista de mi propia experiencia en dos ámbitos. El primero tomando como base el trabajo realizado como administrador del currículum universitario, es decir, valorando la labor que antaño me tocó desempeñar como director de la Unidad Académica de Odontología y como primer coordinador electo del área de ciencias de la salud de la propia UAZ. A partir de este primer punto de vista, expuse a los asistentes  que es de una gran responsabilidad estar al frente de la formación de recursos humanos, el gran compromiso que resulta debido a que la sociedad nos encarga como institución educativa preparar a los cuadros que el día de mañana estarán al frente, en este caso, de la problemática que en materia de salud presenta la población.

Y el compromiso se orienta no sólo a continuar engrosando en número a los diversos profesionistas en esta área, sino que va más allá, es decir, que posean los conocimientos necesarios para que a través de las habilidades aprendidas y aprehendidas las puedan poner en marcha en su práctica profesional.

Se les orienta para que sean los mejores en su campo, que deberán ser resolutivos y además de proponer alternativas reales y objetivas para cumplir su misión dentro de la sociedad. Además de dichos conocimientos en su campo de trabajo, es necesario que posean valores, entendidos estos como los patrones de conducta que acompañan a los egresados y que forman parte de la educación integral recibida. Estos valores dentro de la vida universitaria en la Máxima Casa de Estudios, la UAZ, son: integridad, responsabilidad, honestidad, solidaridad, respeto, servicio, equidad, humildad, libertad y tolerancia. La práctica de los mismos, y sobre todo el hacerlos suyos, es el sello propio que va a darles la posibilidad de realizar una práctica profesional con ética, es decir, apegada a los preceptos que la sociedad espera recibir, sobre todo con el humanismo y el aprecio hacia el otro.

El segundo punto sobre el cual versó esta participación, estuvo basado en lo que nuestra labor como docentes-investigadores tenemos ante los estudiantes. Cuántos de nosotros podemos representar ante el imaginario de cada uno de ellos el ícono ideal, construido sobre la base de una práctica exitosa reflejada con un reconocimiento social.

Este aspecto es producto precisamente de un camino que se recorre demostrando las habilidades y destrezas personales llevadas a cabo en los procedimientos implementados en la resolución de problemas, mismos que van trayendo como producto la experiencia propia que luego es transmitida a las nuevas generaciones a manera de conocimientos y que representan pues el legado de aprendizajes que para ellos tienen impacto para toda su vida.

En algún instante de nuestras vidas, estuvimos en el mismo lugar en el que ellos están en este momento, ubicamos personajes que marcaron nuestra existencia, que nos legaron sus experiencias para que responsablemente estemos ahora en este papel tan trascendente cumpliendo una función social; lo mismo que aquellos líderes que nos formaron, lo estamos haciendo ahora con las nuevas generaciones, formando los nuevos profesionistas que el día de mañana estarán cumpliendo nuestra función. He ahí la gran reflexión, de qué manera será lo más adecuado para que ellos reflejen el día de mañana la mejor práctica profesional en cualquier campo del conocimiento. Lo más idóneo es implementar actividades profesionales apegadas a la ética y con valores, eso garantizará ver en un futuro ciudadanos íntegros, capaces y competitivos para impulsar una mejor sociedad.

Esta condición nos hace reflexionar día a día en cómo mejorar nuestra propia práctica. En un futuro no muy lejano, vamos a ser usuarios que exigiremos buenas prácticas de ellos, por lo tanto, hay que invertir toda nuestra experiencia y ejemplo con el objetivo de ver nuestro esfuerzo con un buen resultado en beneficio de todos nosotros. Hagamos el intento, hay que invertir en nuestros jóvenes. ■

 

*Secretario de gobierno del ayuntamiento de Zacatecas

[email protected]

@AlfredoSdS

 

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