En los últimos artículos o participaciones, venimos dando a conocer la serie de peripecias que a lo largo y a lo ancho se cometen en este país por parte del desgobierno Mexicano; incluso, los agravios son tantos que tratando de hacer un resumen de ellos con motivo de una especie de tarjeta ejecutiva pronta para utilizar en campañas, o como argumento trateal principal de la puesta en escena que viene, no funcionaria tan bien, por la incapacidad del que escribe para lograr recopilar en un texto justo a la medida de tales palmarés del gobierno en los últimos años que encabeza la administración de Enrique Peña Nieto.
Es tal la andana mediática que, en los estados que en este año hay elecciones (doce, en este caso), además de una serie de nominaciones para cientos de alcaldías y tal vez, miles de regidurías, donde ronda un fantasma el cual arrastra anquilosadas cadenas, que dejan ver posibilidades de acuerdos entre las cúpulas de los partidos para de una vez por todas, socavar el pacto federalista en este país y dar paso a un sistema neo presidencialista, en el cual, quede demostrado una vez más que aquel diseño presidencialista de los últimos jefes de Estado del Revolucionario Institucional ya no existe.
El pacto federalista es siempre vigente desde el mismo momento de las crisis municipales qué, dicho sea de paso, tienen que ver enormemente con el colapso en el sistema de bienestar, empezando por la seguridad que, en teoría debieran tener como primer tarea por ser aquellos (los municipios) tanta proximidad con la comunidad, que se convierten en el primero de los tres órdenes de gobierno en ser receptores de críticas feroces y además, de ser los más inmediatos redentores de la secretaría de hacienda por ser siempre, materia de compensas en el ajetreo del diseño del presupuesto de egresos de la federación.
El pacto federal en México no se rompe nunca en teoría, mas bien, se rompe siempre en el diseño de los presupuestos de cada año, por resultar inconveniente al que un servidor llama pacto del “Presidencialismo salvaje”, que no es otra cosa que la asesoría de un grupo de yuppies tecnócratas que desobedecen la receta original de los economistas padres del neoliberalismo y que a base de errores, constituyen un modelo que resulta arcaico en cuanto a tributación refiere y es cruel en cuanto a repartición de dividendos resulta. Es pues, una andanada para socavar ahora y tal vez, para siempre el federalismo y continuar, si la apuesta de los pinos es exitosa, un volver a las páginas del presidencialismo en este libro llamado México, que de pauta a la aniquilación de la clase media y de paso a la máxima del capital que versa, sobre la acumulación de riqueza de unos cuantos, el ensanchamiento de unos muchos y la muerte de otros de clase media que resultan ya, inútiles para este sistema de polos que no conviene a nadie que un servido conozca.
Para nadie que haya participado de alguna administración pública resulta extraño la decadencia del ultimo eslabón del pacto federal llamado Municipio, todos hemos sido testigos de la descomposición que lleva esta institución del Estado mexicano que suele ser la del contacto inmediato con la gente y que al contrario, no resuelve las urgencias inmediatas para lo que lo que fue diseñado.
Los tijeretazos a estas a veces, pequeñas instituciones, son el pan de cada día en la secretaría de hacienda, cuando hay que recortar algo para compensar tal o cual “prioridad”, suelen ser los municipios los paganos y así, descubrir las necesidades de un pueblo abandonado a su suerte con ediles normalmente malos e inexpertos.
Con esta prologada introducción, se me viene a la mente la vulnerabilidad de las instituciones municipales, y por tanto de los ciudadanos que recurren a esta primera instancia, que quedan a merced de ambiciones personales o de proyectos “independientes” perversos, como es el caso de Cuernavaca, Morelos. En donde se plasma la patología de un pueblo harto de políticos tradicionales en pro de conversos inexpertos que no resultan la solución a una problemática que relato en párrafos anteriores pero que, pareciera, soporta tales peripecias como la del futbolista, como una alternativa constituida y resumida en una frase muy mexicana que versa en escoger o votar por el menos peor, y debido a esta consigna tenemos y tendremos a unos, los mas, personajes caricaturescos disputando el poder con los dinosaurios “tutifruti” de los tradicionales partidos políticos, y a los menos, candidatos independientes serios con la capacidad y noción de lo que se debe, pero sobre todo de lo que se puede hacer en los tan acotados municipios, que es ahí donde empiezan los problemas y donde de la misma manera acaban las soluciones. En términos prácticos y haciendo algarabía de dichos mexicanos, la problemática quedaría expuesta en lo que se diría en el llano “por dinero no te preocupes, que al cabo dinero es el que no hay”. ■
