16.8 C
Zacatecas
lunes, 6 mayo, 2024
spot_img

Francisco: cuando la periferia está en el centro

Más Leídas

- Publicidad -

Por: P. Aurelio Ponce Esparza • Admin •

Si quisiera definir al Papa Francisco con una sola palabra, sin duda elegiría congruencia. El Papa Francisco es un hombre congruente. Entre sus palabras y acciones hay una equivalencia casi perfecta. En la sociedad en que vivimos, inmersos en sistemas económicos, políticos y culturales basados en la imagen, la apariencia y superficialidad un hombre congruente vale oro, así que el liderazgo de Francisco y el impacto que tiene en diversos sectores de la sociedad no es casualidad, sino fruto de una vida congruente entre lo que cree y lo que vive, entre su ser de Papa hoy y su ser de sacerdote y Obispo en Argentina. Ser congruente lo hace creíble y confiable, ambas características fundamentales en un buen líder.

- Publicidad -

Claro que una palabra no basta para describir a una persona, no quiero con esto ser injusto, simplemente pretendo resaltar una de las características de nuestro Papa, sin con esto querer agotar el tema y mucho menos excluir de esta virtud a otros Papas, como Benedicto XVI, por ejemplo, en quien sin duda también brilló esta cualidad.

El llamado del Papa, desde el inicio de su pontificado en  marzo del 2013, es claro y directo: ¡salir! ir a las periferias, no solo a aquellas geográficas ubicadas en los anillos de pobreza de las grandes ciudades, sino también las periferias existenciales marcadas por el sin sentido, la marginación, la soledad, la apatía, la violencia y la violación de derechos humanos fundamentales. Se trata de un llamado urgente, que interpela a los cristianos y que vuelve abrir, para quienes no lo son, la posibilidad de voltear a ver el Evangelio con interés y seriedad.

Y este ir a la periferia significa volver al centro del cristianismo, al centro del Evangelio, pues conlleva hacer realidad las palabras de Aquel  que dijo: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos…Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lc 5, 31. 19, 10). Por eso con Francisco la periferia está en el centro. Ir a las periferias significa volver al centro de la fe: Jesucristo. No una bonita idea, mucho menos una simple ideología, sino la persona de Jesús, presente sí en la Iglesia y sus Sacramentos, pero también en aquellos más pequeños y desprotegidos de la sociedad.

Este lenguaje resultó innovador desde el primer momento, a propios y extraños les pareció  demasiado sencillo  y, por lo mismo, cargado de gran fuerza y significado. Pero la fuerza no está sólo en la sencillez de sus palabras, sino sobre todo en sus acciones y gestos, pues ha sabido dar pasos significativos para concretar en el Vaticano y en la Iglesia  el camino hacia este centro ineludible, eso que en el lenguaje doctrinal llamamos conversión y del que se escribe y predica tanto, sin que logre calar hondo en el corazón de muchos cristianos. Esta congruencia preocupa y asusta a muchos, pues hemos permitido que la falsedad, la simulación y la apariencia ocupen espacios esenciales en nuestra vida. Nos hemos convencido de que los políticos mienten, que los noticieros subordinan la verdad a intereses económicos y políticos, que los productos ofertados como “naturales” en realidad no lo son; en fin, estamos inmersos en una sociedad de apariencia, en la que el hombre ha perdido la confianza en el hombre. Por eso la llegada de Francisco significa la posibilidad real de recuperar ese deseo innato del hombre de buscar la verdad y poder encontrarla, nos muestra que es posible ser sincero, decir y actuar conforme a lo que se cree sin temor a ser juzgado, reprimido o rechazado.

De este modo de actuar  se desprenden un sin fin de consecuencias para la vida de fe, se establecen criterios ciertos para el análisis y estudio de temas difíciles colocándolos en su justa perspectiva sin limitaciones ni exageraciones. Por eso el Papa no tiene miedo de expresar con toda claridad los retos que viven hoy la Iglesia, plantea cuestiones, denuncia, ventila problemas que por muchos años permanecieron ocultos y ante los cuales no se hizo nada. El Papa Francisco inició un camino y quiere que le acompañemos a recorrerlo. ¿Qué hay del otro lado? Sólo hay una forma de saberlo. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -