■ Investigador expone los resultados de mayor trascendencia al respecto de este enfoque
■ Reta a jóvenes zacatecanos a resolver el dilema científico propuesto desde hace 15 años
La biomimética no es una disciplina sino una idea, la de imitar las formas y procesos naturales así como los funcionamientos de los ecosistemas para solucionar problemas de la vida diaria y los propuestos por la industria.
Desde esta perspectiva se ofrecen retos interesantes a quienes quieren o necesitan apropiarse de los secretos de naturaleza, entre ellos, uno lanzado por Guillermo Aguilar Sahagún, hasta el año anterior, integrante del Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde hace entre 10 y 15 años, expuso, se busca a nivel mundial reproducir las cualidades de la seda de araña. Un material más resistente que un cable de acero de similar grosor pero cuya elasticidad puede extender 135 por ciento más su longitud original, cualidades que lo hacen tres veces más resistente que las fibras sintéticas más avanzadas.
En la Universidad Autónoma de Zacatecas, dijo a un auditorio conformado por jóvenes, existen químicos, biólogos y físicos, que bien pudieran resolver este problema que sigue sin solución.
Aguilar Sahagún estuvo en Zacatecas para participar con este tema en la última de las conferencias del semestre propuestas por el Museo Universitario de Ciencias de la UAZ, dentro de su ciclo Lunes de Ciencia.
Citó a Janine M. Benyus, bióloga norteamericana, como a quien se considera la creadora de la biomimética. “Lo que hizo fue ordenar ideas al respecto”, dijo.
Con su exposición el investigador quiso mostrar a la audiencia algunos “de los resultados más impactantes y de mayor trascendencia” al respecto de este enfoque.
¿Por qué son rápidos los tiburones? Preguntó. Los científicos, comentó, situaron primero la posible respuesta en la forma de estos animales, pero esta observación no proporcionaba la totalidad de la explicación, pues algunos de los escualos tienen una cabeza aguda y plana pero otros son achatados.
Se descubrió más tarde su piel está cubierta de escamas ordenadas de una forma que minimiza la fricción con agua. Esta solución natural fue reproducida en trajes para la natación, cuyo patrocinio inicial corrió por parte de Speedo, una importante marca de artículos deportivos.
Esta ingeniería fue utilizada por primera ocasión en los trajes de baño utilizados en competencia dentro de los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. El resultado, fue la obtención de mejores marcas en las competencias deportivas, expuso.
Otro ejemplo emblemático de lo que la biomimética puede resolver es el caso del Shinkansen, el tren bala japonés cuya ingeniería ha logrado una velocidad de traslado de más de 300 kilómetros por hora.
Su diseño original, de perfil ovalado, sin embargo, presentaba una dificultad en algún momento irresoluble, el denominado “efecto túnel”. Al introducirse el vehículo en un volumen acotado, el rompimiento del aire interno producía por la velocidad de avance del mismo, un ruido estruendoso e insoportable.
El problema fue solucionado por Eiji Nakatsu, un ingeniero aficionado a la ornitología, quien encontró la inspiración para dar respuesta a este problema en la especie Alcedo atthis o Martín pescador.
Esta pequeña ave se zambulle en el agua para atrapar con su pico peces sin salpicar, debido a su cuerpo hidrodinámico. Con este principio se hizo un nuevo diseño para el tren bala japonés, comentó.
Otro ejemplo ofrecido por el investigador, de estimulantes resultados, pues ha generado ganancias multimillonarias, es el uso de “cardos” artificiales. Esto es lo que ofrece la empresa Velcro, quien ha difundido esta solución para adherir dos superficies, una mullida y otra recubierta de pequeñas espinas terminadas en diminutos ganchos.
La observación de lo que le ocurre en el campo a cualquiera que camine entre cardos alpinos, ver en su ropa pequeños cuerpos espinosos adheridos, fue la solución que generó un imperio económico que han utilizado muchas marcas de ropa y zapatos, por citar algunas utilizaciones.
La biomimética, sumada a nuevos paradigmas científico-tecnológicos como la nanotecnología abre posibilidades insospechadas para la generación de nuevos materiales, comentó.
